La 'vanitas' de Arco
Las calaveras salpican la feria con muy diverso objetivo
"Vanitas vanitatum". El g¨¦nero barroco de la Vanitas quiere recordarnos de manera simb¨®lica que estamos de paso, que no hay nada seguro en esta vida y que al final acabaremos como todos: muertos. Es un tema que no ha dejado de representarse de una u otra forma a lo largo de la historia. Menos en las clases de ciencia o los hospitales, el cr¨¢neo o el esqueleto, tan ¨²tiles que son ahora para soportarnos, representan la muerte, la futilidad de tantas prisas y de tantas vanidades. En fin, que como era de esperar, las vanitas han acudido de nuevo a Arco, lleno como est¨¢ tambi¨¦n de otras vanidades.
En una esquina del stand de la galer¨ªa austriaca Mario Mauroner dos esqueletos bailan colgados de unos hilos. Resultan casi enternecedores, de un romanticismo siniestro. La pieza es de hace unos a?os, algo habitual en esta edici¨®n de Arco, y el autor es Javier P¨¦rez (Bilbao, 1968), que titulo la obra Aria da capo, un tipo de aria barroca. Del mismo artista encontramos otro esqueleto, esta vez en la galer¨ªa Max Estrella, que lo presenta por primera vez en la feria. Se trata, no obstante, de un cuerpo decr¨¦pito, casi cadav¨¦rico, pero a¨²n con briznas de vida que se le escapan por las ra¨ªces que le absorben por la espalda. El galerista explica que ha puesto la pieza medio dentro y medio fuera porque, precisamente este a?o ha venido "con el stand m¨¢s alegre desde hace tiempo", y no acaba de verla del todo entre tanto optimismo.
Otro tipo de Vanitas, pero m¨¢s terrenal, es la pieza The African Cocoa Farmer a Bitter Life, de Barthel¨¦my Toguo, artista de Camer¨²n que trabaja entre su pa¨ªs, Par¨ªs y Nueva York utilizando todo tipo de t¨¦cnicas y formatos. El esqueleto, por lo que explic¨® el artista en una entrevista a la RFI francesa durante la pasada FIAC de Par¨ªs, es de un verdadero compatriota fallecido por el hambre debido al encarecimiento de las materias primas. Est¨¢ dentro de un ata¨²d de plexigl¨¢s decorado con peque?as huellas de manos rojas y el contexto en el que est¨¢ expuesto es tan banal que cuesta ver que tal vez no es una vanitas al uso sino una denuncia que podr¨ªa ser pol¨¦mica.
Humor¨ªsticas
Cambiando de tercio, en el Espacio Visor la calavera y los huesos que fotografi¨® el portugu¨¦s Paulo Nozolino en la pieza Rodez nos devuelve al virtuosismo barroco mientras que justo delante, en la galer¨ªa Michel Hansen, el Disco infierno (2005) de Christoph Steinmeyer le pone el toque macabro kitsh con una peque?a calavera con los espejitos de las bolas de discoteca. Humor¨ªstica es la calavera, m¨¢s bien fantasma con tel¨¦fono, de Hans Peter Feeldman en la galer¨ªa Mehdi Chouakri, y la sala de Marta Cervera la calavera aparece en uno de los delicados daguerrotipos de Adam Fuss .
Y, para acabar de alguna manera, la vanitas de Andy Warhol en la serie de cuatro grabados Skulls que realiz¨® en 1976. Calaveras pop. Pueden verse en la pared exterior de la galer¨ªa Faggionato de Londres. En el interior, no se lo pierdan, un espl¨¦ndido cuadro de Gerhard Richter: Old Man. Alter Mann, una pieza de 1971 que est¨¢ a la venta por 1,5 millones de d¨®lares y que ahora est¨¢ tambi¨¦n a la vista de los pobres.
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