Un Lord Byron catal¨¢n en Alemania
El compositor Agust¨ª Charles estrena en Darmstadt su segunda ¨®pera
Al compositor catal¨¢n Agust¨ª Charles (Manresa, 1960) le gusta escribir para la voz. Si por ¨¦l fuera, solo escribir¨ªa ¨®peras. Lo dice euf¨®rico tras el estreno mundial, anteanoche, en el Teatro Estatal de Darmstadt (Alemania) de Lord Byron. Un estiu sense estiu, su segunda incursi¨®n en el mundo de la l¨ªrica. La obra, de gran formato y densa orquestaci¨®n, se presentar¨¢ en el Liceo de Barcelona los pr¨®ximos 25, 27 y 28 de junio y luego recalar¨¢ en Madrid, en los Teatros del Canal, en fecha todav¨ªa por determinar. Son las tres instituciones coproductoras de esta nueva ¨®pera, que con libreto en catal¨¢n del dramaturgo Marc Rosich recibi¨® en la noche del s¨¢bado, con 10 minutos de aplausos y dos llamadas a salir a escena, la aprobaci¨®n del p¨²blico de la que fuera, tras la II Guerra Mundial, la capital mundial de la vanguardia musical.
Despu¨¦s de retratar en 2007 el declive de una gran diva del barroco en La Cuzzoni, que antes que en Barcelona tambi¨¦n se estren¨® en Darmstadt, Charles y Rosich han puesto el foco en su segunda ¨®pera juntos en otro personaje real, el escritor Lord Byron. La acci¨®n de la obra transcurre en la primavera y el verano de 1816 bajo los persistentes efectos de la erupci¨®n del volc¨¢n indonesio Tambora, el escenario es la Europa que se lame las heridas tras las guerras napole¨®nicas y los protagonistas son un grupo de errantes brit¨¢nicos formado por Lord Byron, su m¨¦dico John William Polidori, el poeta y ap¨®stol del amor libre Percy B. Shelley, su amante Mary y la hermanastra de esta, Claire Clairmont. De la reuni¨®n de los cinco en vila Diodati, en la ribera del lago Leman (Suiza), surgieron dos de las m¨¢s destacadas obras de la literatura g¨®tica: Frankenstein y El vampiro.
Pero no es aqu¨ª aquella fruct¨ªfera reuni¨®n literaria el eje de la acci¨®n, sino la egoc¨¦ntrica, caprichosa y tambi¨¦n desp¨®tica personalidad de Lord Byron, su relaci¨®n con el resto de los personajes y de ¨¦stos entre ellos. Una relaci¨®n que el director de escena espa?ol afincado en Alemania Alfonso Romero Mora convierte en l¨²brica en el segundo acto en una libre interpretaci¨®n del libreto, en el que Rosich a menudo introduce citas textuales en ingl¨¦s de fragmentos de obras de Byron, Percy B. Shelley y Mary Shelley.
Charles escribe para esta ¨®pera una densa partitura orquestal, de la que destaca el elaborado trabajo t¨ªmbrico, pensada para una plantilla de un centenar de m¨²sicos, adelgazada en Darmstadt por motivos de rotaci¨®n de los instrumentistas de la orquesta. Pero pese a esta disminuci¨®n de m¨²sicos, el muro de sonido que emanaba del foso de la orquesta se convirti¨® anteanoche en una dif¨ªcil barrera que franquear por los cantantes, para quienes el compositor escribe largas series de recitativos que acaban fatigando al p¨²blico en una ¨®pera que dura dos horas y cuarto.
El canto, escaso para los solistas, lo reserva Charles para el coro, situado en este montaje detr¨¢s de la escenograf¨ªa ?una serie de islotes elevados traslaci¨®n de las personalidades individualistas de los personajes? y cuya funci¨®n es la de crear efectos, dar voz al subconsciente de los personajes y enfatizar las situaciones.
Meritoria la labor del conjuntado reparto de voces alemanas integrado por el bar¨ªtono Malte Godgl¨¹ck, los tenores Norbert Schmittberg y Lasse Penttinen y las sopranos Muriel Schwarz y Margaret Rose Keonn y el contratenor brasile?o Gerson Sales, que da vida a Byron. Su esfuerzo por aprenderse el libreto en catal¨¢n les luci¨® poco, aunque poco le importara al p¨²blico alem¨¢n, ya que sus voces, no en exceso grandes, no siempre lograban superar el muro de sonido que se alzaba del foso.
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