Solo uno de cada cuatro catalanes lee libros en catal¨¢n
Un 67% de los catalanohablantes son lectores, cifra que supera en 13 puntos a la de los castellanohablantes
De cada 10 catalanes, seis han le¨ªdo como m¨ªnimo un libro en el ¨²ltimo a?o -podr¨ªa ser peor: en EE UU son menos de cinco-, un ejercicio que es la segunda opci¨®n de consumo cultural m¨¢s extendida despu¨¦s de escuchar m¨²sica; y el ritmo de los que leen es tan notable que hace que en Catalu?a salga una media de cuatro libros le¨ªdos por persona mayor de 14 a?os. Con estas positivas premisas arranca hoy la Diada de Sant Jordi en pleno s¨¢bado de Semana Santa.
Los datos forman parte del extenso estudio El consumo de libros en Catalu?a 2010, elaborado por el Bar¨®metro de la Comunicaci¨®n y la Cultura. La profundidad en la encuesta, realizada a 30.887 catalanes durante todo ese a?o, permite retratar fielmente los h¨¢bitos de usos y compra. Ah¨ª, la lectura no es tan positiva, como m¨ªnimo para la edici¨®n en catal¨¢n: de los 3,7 millones de catalanes lectores s¨®lo uno de cada cuatro lee libros en catal¨¢n (25,3%), mientras que los que lo hacen en castellano son el 70%. De esos datos se deduce que en hay actualmente unas 961.000 personas que son lectoras de libros en catal¨¢n. Traducido quiere decir que el 15% del total de la poblaci¨®n lee en la lengua propia de Catalu?a. El estudio demuestra asimismo que los catalanohablantes son m¨¢s lectores (67%) que los castellanohablantes (54%).
Independientemente de la lengua, el retrato robot del lector de libros en Catalu?a responde a una mujer, de 25 a 34 a?os, con estudios superiores, trabajadora y que pertenece a la clase media-alta.
Las cifras del bar¨®metro sobre h¨¢bitos de lectura muestran tambi¨¦n otra curiosidad: los lectores catalanohablantes tienden a practicar un biling¨¹ismo casi perfecto a la hora de leer: el 48% de sus lecturas son en catal¨¢n; el 50%, en castellano. Por el contrario, los lectores castellanohablantes son much¨ªsimo m¨¢s monoling¨¹es: sus lecturas son, en el 88%, en castellano.
Aunque pudiera pensarse lo contrario, ese consumo monoling¨¹e de libros en castellano se mantiene de manera independiente de si han nacido ya en Catalu?a (el 85% en castellano frente al 13% en catal¨¢n) o si lo han hecho en el resto del Estado (el 92% en castellano; el 6% en catal¨¢n). La cifra a¨²n es m¨¢s curiosa si se tiene en cuenta que los lectores que tienen como lengua inicial una extranjera leen m¨¢s libros en catal¨¢n (13%) que los castellanohablantes (9%).
?D¨®nde est¨¢n los catalanes m¨¢s lectores? Pues en las comarcas del Giron¨¨s, Baix Empord¨¤ y Garraf; los que menos, en el Baix Pened¨¨s, la Terra Alta y Segarra. Leer m¨¢s en catal¨¢n que la media se da en Osona, Priorat y Pallars Sobir¨¤, mientras que en Val d'Aran, Montsi¨¤ y Baix Pened¨¦s es donde menos. La lectura en castellano es mayoritaria en el Garraf, Barcelon¨¨s y el Baix Llobregat.
El estudio constata, en definitiva, que en solo ocho de las 41 comarcas catalanas hay m¨¢s lectores de libros en catal¨¢n que en castellano: Priorat, Garrotxa, Les Garrigues, Osona, Pallars Sobir¨¤, Solson¨¨s, Conca de Barber¨¤ y Ribera d'Ebre.
Derivado de la cuesti¨®n cuantitativa, el consumo de libros en Catalu?a en 2010 empieza a detectar tambi¨¦n un fen¨®meno sociocultural importante: la base de lectores m¨¢s o menos espor¨¢dicos se ampl¨ªa muy levemente, pero casi al mismo ritmo que desciende la proporci¨®n de grandes consumidores de libros.
As¨ª, los que m¨¢s han ascendido son los que han le¨ªdo al menos un libro (6,8%), seguidos por los que pudieron pasar 2010 habiendo le¨ªdo tres (3,6%). En total, la frecuencia de lectura m¨¢s baja se ha incrementado en el 3,7% en relaci¨®n con 2009. La paradoja es que la frecuencia de lectura m¨¢s alta ha disminuido en el mismo periodo el 3,2%; los que ahora devoran menos libros son los que suelen leer cinco al a?o (el 10,4% menos). Los que leen seis o m¨¢s se mantienen fieles (0,9% menos).
La crisis tambi¨¦n se deja sentir en las estad¨ªsticas: el crecimiento del n¨²mero de libros obtenidos a partir del pr¨¦stamo bibliotecario (22% m¨¢s que en 2009), as¨ª como los que han sido dejados por amigos (con un incremento del 6,4%) y los que han sido objeto de regalo (el 8,5% m¨¢s) son el rastro de la crisis, que se ratifica con un descenso en la compra de libros para uso propio del 9%. Como era de esperar en un libro que cada vez es m¨¢s otra forma de ocio que una herramienta cultural, 6 de cada 10 ejemplares le¨ªdos en Catalu?a fueron novelas en todas las tem¨¢ticas inimaginables: hist¨®rica, aventuras, policiaca, rom¨¢ntica...
Las biograf¨ªas y las memorias se consolidan entre los g¨¦neros mayores, mientras que la poes¨ªa sigue siendo minoritaria.
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