Antonio L¨®pez: "Mi vocaci¨®n ha salido bien, parece"
El pintor de Tomelloso dice que el inacabado cuadro de la familia real no estar¨¢ listo para la retrospectiva del Thyssen de junio.- El artista dio ayer una conferencia-entrevista en la Universidad Carlos III
El pintor Antonio L¨®pez (Tomelloso, 1936) est¨¢ estos d¨ªas trabajando en muchas obras. Faltan solo dos meses para que se inaugure en el Museo Thyssen de Madrid una gran retrospectiva de su obra. "Todo va a llegar por los pelos", dice. Al artista no le gusta hablar de la que ser¨¢ una de las grandes exposiciones del a?o en la capital. Destaca que se ver¨¢, sobre todo, su producci¨®n "desde 1993 hasta aqu¨ª". Sin embargo, lo que no colgar¨¢ de ninguna pared del museo ser¨¢ el famoso e inacabado retrato de la familia real, un encargo que recibi¨® en 1993 y del que ha hecho "much¨ªsimos cambios, porque ha habido un salto en el tiempo desde que lo empec¨¦".
L¨®pez habl¨® ayer en la Universidad Carlos III, en Getafe (Madrid) -en la c¨¢tedra Bancaja de este centro- de su vida, obra y del arte, sobre todo del espa?ol, que se ha caracterizado, en su opini¨®n, por "el respeto a representar las cosas m¨¢s cotidianas tal y como son". "El artista espa?ol, y yo tambi¨¦n, por su sensibilidad no es barroco, sino exaltado", sentenci¨®. L¨®pez record¨® en su charla los inicios: "Todo empez¨® de la mano de mi t¨ªo", el tambi¨¦n pintor Antonio L¨®pez Torres, que convenci¨® a los padres del entonces aprendiz de 14 a?os para que estudiara en la Escuela de Bellas Artes, en Madrid. Hoy, con 75 a?os, sigue "descubriendo cosas" y al echar la vista atr¨¢s afirma con evidente satisfacci¨®n: "Mi vocaci¨®n por la pintura ha salido bien, parece".
A L¨®pez no le gustan las etiquetas cuando le preguntan por su estilo. ?l se escapa: "Nos apa?amos como podemos, el nombre es lo de menos", pero al final no le molesta lo de "hiperrealismo, que est¨¢ muy bien".
El autor de obras como Madrid desde capit¨¢n Haya, ante un auditorio joven, sobre todo alumnos de Bellas Artes, comenz¨® su conferencia-entrevista con timidez, con la mirada baja y tamborileando sobre la mesa ante la cascada de alabanzas de la presentaci¨®n, pero con las preguntas se apasion¨® y era un torrente dif¨ªcil de cortar. A los que quieran vivir de la pintura les dijo que "lo tienen tan dif¨ªcil como siempre; ahora hay muchas ayudas pero tambi¨¦n muchas m¨¢s vocaciones". En cualquier caso, para ser un artista su receta se compone "de fuerza, salud, suerte y talento".
El arte moderno
Mientras dos pantallas proyectaban sus primeras obras el artista mostraba la sonrisa de la nostalgia. "Conoc¨ª el arte moderno por los libros, porque no estaba a mi alcance y lo que ve¨ªa en el Prado era antiguo, se quedaba muy atr¨¢s". Un joven L¨®pez se recorri¨® Italia a finales de los cincuenta para conocer el arte del Renacimiento. "Pero como yo era un ignorante, me decepcion¨®, sin embargo me sirvi¨® para descubrir al gran arte espa?ol que estaba all¨ª, Vel¨¢zquez, Zurbar¨¢n, Ribera..."
Despu¨¦s lleg¨® la etapa en la que, cuando reinaba la abstracci¨®n, ¨¦l consolid¨® su estilo realista. "?ramos un grupo de pintores que decidimos decir las cosas con un lenguaje diferente, pero en aquella ¨¦poca los abstractos y los realistas est¨¢bamos m¨¢s cerca que ahora, m¨¢s conectados". As¨ª, su amigo el pintor Lucio Mu?oz, entonces bromeaba con las obras del manchego: "Est¨¢ bien lo que pintas, pero qui¨¦n va a comprar un cuarto de ba?o", en alusi¨®n a cuadros como Lavabo y espejo, pero L¨®pez le respond¨ªa que hac¨ªa ese "realismo ¨¢spero" porque necesitaba purificarse. El creador de La alacena sostiene que lleg¨® al realismo "de la mano del surrealismo, pero tambi¨¦n de la abstracci¨®n, del dada¨ªsmo" y que todo ello le sirvi¨® para "llegar a hacer expresivo un cenicero, por ejemplo".
Muchas han sido sus fuentes. "Est¨¢bamos hechizados por Picasso" y por un abanico que abarca desde "las pinturas de Altamira, el auriga de Delfos, la pintura prerrenacentista o Chirico".
La Gran V¨ªa
De sus conocid¨ªsimos cuadros sobre la Gran V¨ªa madrile?a, L¨®pez arranc¨® las risas de los asistentes cuando explic¨® que entroncan con la tradici¨®n del artista espa?ol, "que por respeto se entrega a algo aunque no le guste, como me pasa a m¨ª con Madrid, que no me gusta". Y de la Gran V¨ªa, al ladito, a la Puerta del Sol, donde plant¨® su caballete el pasado verano para atrapar su luz. Es una zona en la que vivi¨® de joven y compraba los materiales. La plaza emblema de Madrid "es un sitio feo, pero tiene algo que me conmueve, en definitiva es un retrato del espa?ol colectivo".
Tambi¨¦n rememor¨® su experiencia en el cine, cuando trabaj¨® con V¨ªctor Erice para rodar El sol del membrillo, la obra que contaba el proceso de creaci¨®n de un cuadro. "Mereci¨® la pena, pero lo pasamos tan mal, fue tan duro, que es una pel¨ªcula que no puedo volver a ver".
Y por ¨²ltimo, en esta ¨¦poca de crisis global, ?qu¨¦ papel le queda al arte?, le preguntaron. "El que ha tenido siempre. Ser testigo de los acontecimientos, contar la verdad". A pesar de todo lo que ¨¦l cont¨® durante dos horas y media de conferencia y preguntas, L¨®pez descarta escribir unas memorias de todo lo que ha vivido: "Ni se me pasa por la cabeza".
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