Mi gran foto era tuya
Veteranos fot¨®grafos destapan una costumbre casi extinguida: el intercambio de im¨¢genes entre fotorreporteros. Un repaso a legendarias discrepancias entre la firma de la imagen y quien hizo clic
Pocapena era el segundo astado para el torero Manuel Granero la tarde del 7 de mayo de 1921, en la plaza de Madrid. En los tendidos, los fot¨®grafos Alfonso S¨¢nchez Garc¨ªa y Baldomero Fern¨¢ndez Raig¨®n, a la espera de la gran foto. Que lleg¨®. La imagen hist¨®rica que tom¨® Alfonso fue la de Pocapena volteando al diestro, que qued¨® en el aire cabeza abajo. El resto de la secuencia no lleg¨® a verse en fotos. Corneado en el muslo, el torero queda sentado en el suelo, apoyado en las tablas. El animal embiste de nuevo y un pit¨®n entra por el ojo derecho del matador. Cogida espeluznante y muerte. La foto que hizo Alfonso, sin embargo, "aparece a?os despu¨¦s en el archivo de Baldomero, quien la hab¨ªa reclamado siempre como suya", explica el fotohistoriador Publio L¨®pez Mond¨¦jar.
En la historia del maltrecho fotoperiodismo espa?ol hay que tener en cuenta la Guerra Civil y la consiguiente destrucci¨®n de archivos; la censura, el exilio...
Otro problema es hacer las fotos pero no poder firmarlas, como ocurri¨® a fot¨®grafos del 'Ya'
"Aquella era una ¨¦poca en la que los fot¨®grafos se intercambiaban im¨¢genes porque no se le daba gran valor a su trabajo, as¨ª ocurri¨® casi desde el principio de la historia del fotoperiodismo espa?ol", se?ala L¨®pez Mond¨¦jar, acad¨¦mico de Bellas Artes. Baldomero fue "uno de los mejores fot¨®grafos de toros que ha habido en Espa?a", pero la cogida mortal de Granero le pill¨® en un tendido lejano y "fue Alfonso, muy cerca, el que logr¨® el fot¨®n". L¨®pez Mond¨¦jar cuenta que fue el hijo de Baldomero, el tambi¨¦n fot¨®grafo Jos¨¦ Fern¨¢ndez Aguayo, fallecido en 1999, quien le dijo que Alfonso le hab¨ªa dado aquella foto a su padre. "Cada uno se puso en un tendido y como se entend¨ªan muy bien...", se?al¨® Fern¨¢ndez Aguayo, responsable de la fotograf¨ªa de obras maestras de Luis Bu?uel como Viridiana. Aquel gesto fue un "hoy por ti, ma?ana por m¨ª". "Probablemente, cada uno public¨® una foto. Alfonso se debi¨® de quedar con la suya y le entreg¨® otra a su compa?ero para que tuviera material que dar", a?ade L¨®pez Mond¨¦jar.
El fotoperiodismo espa?ol naci¨® hace 150 a?os en Catalu?a, m¨¢s o menos cuando La Ilustraci¨®n, propiedad de Llu¨ªs Tasso Serra, public¨® un reportaje gr¨¢fico sobre los desastres ocasionados por un terremoto en Andaluc¨ªa. En la maltrecha historia de este g¨¦nero hay que tener en cuenta la Guerra Civil y la consiguiente destrucci¨®n de archivos; adem¨¢s, posteriormente, la censura, el exilio... "Todo eso ha dificultado mucho la posibilidad de rastrear en aquella ¨¦poca y de atribuir la autor¨ªa de las fotos", explica L¨®pez Mond¨¦jar.
La foto de los guardias de asalto
Otro caso c¨¦lebre fue la foto de los guardias de asalto en Barcelona, disparando, pocos d¨ªas despu¨¦s de comenzar la Guerra Civil. El diario Ahora, republicano, dirigido entonces por el gran periodista Manuel Chaves Nogales, public¨® el 29 de julio de 1936 un reportaje sobre los enfrentamientos en la capital catalana. L¨®pez Mond¨¦jar muestra en su casa, orgulloso, un ejemplar de aquel peri¨®dico con la gran imagen firmada por Gonsanhi, alias del sevillano Antonio G¨®ncer Rodr¨ªguez. La imagen de los guardias parapetados tras unos caballos muertos est¨¢, a?os despu¨¦s, en la maleta que el valenciano Agust¨¬ Centelles se lleva en su exilio, en febrero del 39. Centelles, uno de los m¨¢s grandes del fotoperiodismo espa?ol, carg¨® con 4.000 negativos, y despu¨¦s dej¨® las crudas fotos y un diario de los meses vividos en el campo franc¨¦s de refugiados de Bram. Como otros miles de espa?oles all¨ª padeci¨® miserias, hambre, piojos, terribles diarreas y fr¨ªo, hasta que fue contratado en una casa de fotos en septiembre.
L¨®pez Mond¨¦jar puso el dedo en la llaga cuando los hijos de Centelles vendieron el valioso archivo de su padre al Ministerio de Cultura en noviembre de 2009. ?l sac¨® a la luz que una foto como la de Centelles la hab¨ªa firmado Gonsanhi en el Ahora. Sergi Centelles declar¨® entonces que su familia no quer¨ªa "pol¨¦micas absurdas". "Mi padre nunca me dijo que entre sus fondos hubiese ninguna fotograf¨ªa de otro; le dej¨® la conocida foto del caballo a Gonsanhi para que la publicara con su nombre", una circunstancia que no descarta L¨®pez Mond¨¦jar. Sin embargo, el historiador explica que "Centelles trabajaba con una Leica de 35 mil¨ªmetros y que la foto de la controversia fue tomada en negativo de cristal de 10x15". Mientras que el hijo de Centelles afirma que su padre "ten¨ªa c¨¢maras de placas y trabaj¨® mucho con ellas antes de que se comprara la Leica en 1934".
Centelles trabaj¨® para los servicios de propaganda republicanos y por eso "se llev¨® en la maleta su obra y, muy probablemente, otras fotograf¨ªas que estaban en poder de esos servicios", explica el historiador.
"Lo que me contaron los supervivientes de aquella ¨¦poca es que era una pr¨¢ctica absolutamente frecuente el intercambio de fotos", sostiene L¨®pez Mond¨¦jar. Adem¨¢s, "la dificultad para obtener material y para cubrir la informaci¨®n en los frentes y en la retaguardia llev¨® a los profesionales a agruparse en sociedades", destaca. Hubo varias y por eso "hoy es pr¨¢cticamente imposible saber si las fotos de aquellas agencias eran de uno u otro profesional".
Hacer pero no firmar
Otro caso relacionado con el problema de la autoria de las fotos es poder hacerlas pero no poder firmarlas. Eso le ocurri¨® a los fot¨®grafos del Ya que vivieron tras la guerra espa?ola el reinado de Mart¨ªn Santos Yubero -que muri¨® en 1994- en el peri¨®dico cat¨®lico. "Se apoder¨® de las fotos de los que trabajaban con ¨¦l, a los que llamaba sus ayudantes", agrega L¨®pez Mond¨¦jar. Uno de los que sufri¨® esa situaci¨®n fue Gabriel Carvajal: "Hac¨ªamos las fotos pero al d¨ªa siguiente sal¨ªan firmadas por ¨¦l". Carvajal, de 79 a?os, narra con sorprendente tranquilidad y bonhom¨ªa lo que pasaron ¨¦l y su compa?ero Lucio Soriano, ya fallecido. "Santos Yubero se quedaba todos los negativos en casa, incluidas fotos nuestras, claro".
Carvajal recuerda aquellos duros tiempos mientras su peque?o nieto le reclama atenci¨®n, pero ¨¦l contin¨²a. Sobre todo lamenta las muchas fotos que hizo y en las que nunca pudo poner su nombre: "Las de toros o la de la firma de los acuerdos de Espa?a con Estados Unidos; la firma en Exteriores, a las seis de la ma?ana un d¨ªa de marzo de 1956, del documento que conced¨ªa la independencia a Marruecos. Yo hice esa foto".
M¨¢s peso para las fotos
Esta situaci¨®n la padeci¨® hasta 1960, "cuando el Ya empieza a utilizar el huecograbado y le da m¨¢s peso a la parte gr¨¢fica". Entonces, el director del diario llam¨® a cap¨ªtulo a Santos Yubero, "este lleg¨® a decirnos que iba a escribir una carta en nuestro nombre diciendo que renunci¨¢bamos a la firma. Como nos negamos a ese apa?o, nos mantuvo en el ostracismo y se busc¨® otro fot¨®grafo para poder seguir firmando lo que ¨¦l no hac¨ªa", dice Carvajal. "Solo entonces, cuando empezamos a firmar, los compa?eros de profesi¨®n nos dec¨ªan 'pero si sois buenos fot¨®grafos". Sin embargo, Carvajal no se ha visto resarcido. Santos Yubero vendi¨® en 1988 su archivo a la Comunidad de Madrid y ¨¦l ha tenido que pelear para que sus fotos tengan al menos la r¨²brica "Archivo de la Comunidad de Madrid" y no vea m¨¢s el nombre de su exjefe en su trabajo, "que ser¨ªa a¨²n m¨¢s escarnio".
Otro veterano fot¨®grafo, que corrobora punto por punto la historia de Carvajal, cuenta los intercambios que vivi¨® en su etapa en la prensa deportiva. Unas veces dio y otras, con gran alivio, recibi¨® material. ?l ayud¨®, por ejemplo, a un fot¨®grafo de Pueblo tras un Real Madrid-Inter de Mil¨¢n de la entonces Copa de Europa, en los sesenta. "Se le vel¨® el carrete y vino hecho polvo, entonces le di a elegir una de mis fotos, excepto, l¨®gicamente, la que iba a dar yo para mi peri¨®dico". Gesto de compa?ero. A?os despu¨¦s, ¨¦l era el agobiado cuando no pudo recoger una jugada decisiva en un partido de Espa?a en el Mundial de Estados Unidos. En aquella ocasi¨®n, un fot¨®grafo amigo de Diario 16 le regal¨® la imagen que ¨¦l no pudo hacer y que, suspira, public¨® en su peri¨®dico. Entre medias, casos similares para dar y tomar.
De esa generaci¨®n de grandes reporteros, que fotografi¨® el tardofranquismo y el inicio de la democracia surgi¨®, seg¨²n L¨®pez Mond¨¦jar, poco a poco un mayor sentido de la autor¨ªa de su trabajo. Se avanz¨® hacia un reconocimiento profesional y econ¨®mico. Pero el historiador cree que lleg¨® tarde para los pioneros del fotoperiodismo espa?ol, que nunca estar¨¢n suficientemente valorados. "?Es que eran muy buenos!, eran unos artesanos; adem¨¢s algunos trabajaron en las grandes revistas gr¨¢ficas, como Mundo gr¨¢fico, en las que la imagen era la protagonista". Cay¨® el tel¨®n para un tiempo y un tipo de publicaciones que, por ahora, no volver¨¢n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.