Los primeros acordes del guateque del Sonorama
Artistas como Tri¨¢ngulo de amor bizarro, Misscafeina y Coque Malla abren el festival de m¨²sica 'indie' y pop de Aranda de Duero, por el que pasar¨¢n Amaral, Ellos y Lapido, entre otros
Como en los guateques de anta?o, anoche, en la primera jornada del Sonorama al chico le cost¨® acercarse a la chica de primeras. Todo estaba dispuesto para el ritual de fiesta y baile que hasta el domingo disfrutar¨¢n unas 45.000 personas -seg¨²n calcula la organizaci¨®n- en la ciudad burgalesa de Aranda de Duero. Ellas, con sus vestidos m¨¢s cortos; ellos, con sus vaqueros m¨¢s limpios. El vino que ba?a la Ribera del Duero compitiendo en la barra con otras bebidas espirituosas y, en la atm¨®sfera, un aroma estival a baile en la plaza. Una fiesta de esas en las que los ni?os aprovechan para apuntarse a los planes de los mayores. Solo se hicieron cuesta arriba los primeros acordes de la fiesta de bienvenida de un festival que desde hace 14 a?os se ha convertido en el peque?o salto mortal para los grupos indies espa?oles.
La Sonrisa de Julia sab¨ªa que su empresa ayer era complicada. Abrieron el festival cuando a¨²n el sol quemaba un poco y el polvo del recinto no se hab¨ªa aliado todav¨ªa con el baile. Por eso, pese a las arengas del cantante a los "esp¨ªritus sonor¨¢micos", ese t¨ªmido joven en busca de chica para el guateque se resguardaba entre sus colegas a la espera de una mejor excusa musical para acercarse a su presa. El meneo del pop con teclados que salud¨® a la noche de Eladio y los seres queridos fue allanando el camino que Coque Malla y su pr¨¦dica decadente hicieron suyo. Su interpretaci¨®n "poderosa" (en palabras del propio artista) de Termonuclear, su nuevo disco, mand¨® a los m¨¢s peque?os a la cama en un intercambio de generaciones que daba fuerza a los mozos para empezar a arrimarse. El exl¨ªder de Los Ronaldos grit¨® y se quej¨® del poco tiempo que ten¨ªan ante la mirada de Iv¨¢n Ferreiro, que le da la vez a su colega esta noche.
Mientras Malla se desped¨ªa, Misscaffeina pon¨ªan a punto maquillaje y guitarras al otro lado del recinto. Su pop ?o?o de estribillos pegadizos acab¨® con la distancia entre chicos y chicas que se entregaron al baile de esta banda de Madrid cocida al calor de las redes sociales como un buen lechal. Para culminar su haza?a antes de que Tri¨¢ngulo de Amor Bizarro y Sex Museum hicieran de las suyas, sacaron a una joven rubia con vestido corto para interpretar con menos retranca y m¨¢s pop el ¨¦xito de Raphael, Qu¨¦ sabe nadie. Zahara, la que otrora le pusiera la banda sonora a la Vuelta a Espa?a, se despidi¨® tras su breve incursi¨®n satisfecha por el trabajo bien hecho. Ellos y ellas ya estaban pegados para lo que quedaba de jornada y festival.
El rock del desierto de La Frontera poco pudo hacer con un p¨²blico que se resisti¨®, incluso, a El L¨ªmite del bien y el mal con tal de hacerse un hueco en la primera fila de Tri¨¢ngulo de Amor Bizarro. Los gallegos llegaban avalados por sus cuatro premios de la M¨²sica Independiente con solo dos discos en el mercado. Adem¨¢s del empuj¨®n del Primavera Sound, terreno vedado para muchos de los que pueblan el cartel del Sonorama. El sonido le jug¨® una mala pasada a sus guitarras y sintetizadores, aunque A?o santo, su ¨²ltimo trabajo, hizo un requiebro y para regusto del p¨²blico alcanz¨® un momento de catarsis entrada la madrugada. Tri¨¢ngulo remat¨® con un tema nuevo de un disco que no ver¨¢ la luz hasta el a?o que viene y desapareci¨® dejando hu¨¦rfanos a los chicos del guateque. Hipnotizados por el movimiento de caderas del cantante de Sex Museum arrastraron a sus parejas al ¨²ltimo concierto del escenario central, cuando no se dejaron llevar por las letras pegadizas de Varry Brava en la carpa del recinto.
A las tres de la ma?ana solo quedaba una alternativa. Convencer a la chica para alargar la noche en el Caf¨¦ Central de Aranda con Ni?o del ruido y Chema Rey DJ, o tratar de conseguir un tel¨¦fono. Para compartir camping a¨²n quedan tres d¨ªas de conquista con lechal, vino, Amaral, Rin??¨¦r?se, Nacho Vegas y Teenage Fanclub.
Babelia
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