La invasi¨®n de las narices rojas
Un 'ej¨¦rcito' de payasos desembarca en los territorios palestinos para celebrar con circo y risas la primera edici¨®n del Festiclown
La ¨²ltima vez que Iv¨¢n Prado visit¨® Palestina tuvo que enfrentarse a la contradictoria Shin Bet, la polic¨ªa fronteriza israel¨ª. "Me expulsaron por intentar organizar el Festiclown", cuenta desde Jerusal¨¦n el payaso gallego. "Mi ¨²nica cercan¨ªa con el terrorismo es la bioqu¨ªmica gallega, es decir, el pelazo negro que hered¨¦ de mi madre". Un a?o despu¨¦s, el director de este encuentro de narices rojas y risas solidarias lo ha conseguido. Desde el jueves y hasta el 12 de septiembre se celebra en Cisjordania, Ramala, Nablus y Jerusal¨¦n la primera edici¨®n de Festiclown Palestina.
Desde hace 12 a?os, Prado dirige en Galicia Pallasos en rebeld¨ªa,un colectivo que trabaja en la cooperaci¨®n internacional a trav¨¦s de la risa, vinculado al Festiclown. "Nacimos con el objetivo de revolucionar la risa a trav¨¦s del compromiso social", cuenta el director. "Y as¨ª hemos podido enviar caravanas a Chiapas y otros lugares de Am¨¦rica Latina". La comitiva que llega ahora a Palestina se compone de 20 compa?¨ªas internacionales, adem¨¢s de otras tantas palestinas, con la participaci¨®n especial de Palestinian Circus School, que desde 2006 trabaja con los j¨®venes.
"Solo el primer d¨ªa se prev¨¦n unas 4.000 personas en Nablus", adelanta el clown italiano Leo Bassi. Uno de las decenas de payasos que se desplegar¨¢n por hospitales, colegios, centros sociales y plazas con "su poder curativo, rebelde, sensual y revolucionario", como explica Prado. "Los espect¨¢culos se har¨¢n con valent¨ªa y un punto de locura que permita demostrar que lo imposible es posible, y lo posible bello como demuestra Bassi". El clown italiano representar¨¢ a un hombre muy duro, un negociador de paz que, al mismo tiempo, es incapaz de tomar decisiones. "La met¨¢fora de aquellos que viajan a Palestina en busca de una soluci¨®n y se marchan sin conseguir nada", cuenta el payaso desde Francia antes de partir a Palestina.
La serie de espect¨¢culos Tierra adentro llenar¨¢ espacios p¨²blicos de circo para una audiencia de todas las edades como ya pas¨® en la primera caravana organizada por Payasos Sin Fronteras en 2003. Aunque en esta ocasi¨®n, los ni?os no tendr¨¢n que acallar las bombas. "Est¨¢bamos pint¨¢ndonos para salir a actuar en un campo de refugiados cuando empezaron a bombardear", recuerda Prado. "El p¨²blico empez¨® a cantar y a aplaudir para que no nos fu¨¦ramos. Ah¨ª entend¨ª que quer¨ªan vivir una hora de normalidad e ilusi¨®n como cualquier ni?o en cualquier parte del mundo".
Prado y sus compa?eros han hecho del clown un nuevo tipo de embajador de la humanidad. En sus palabras, "un casco azul de la libertad". "Tenemos la responsabilidad de demostrar a los palestinos que hay se?ores blancos, que no son militares o polic¨ªas, con capacidad para hacer el tonto y plantar semillas para la reconciliaci¨®n y un futuro de paz", dice Bassi. "S¨¦ que estas palabras suenan muy cutres hoy en d¨ªa, pero prefiero mantener mi inocencia y tener clara mi misi¨®n con humildad".
Adem¨¢s, los artistas impartir¨¢n talleres formativos para ni?os y adolescentes bajo el nombre Y la nave va. Clases que se complementar¨¢n con cursos intensivos de risoterapia para profesionales de la salud y la educaci¨®n. "La gente que formamos en 2009 ha pasado por la c¨¢rcel. Ni?os de 15 a?os con las huellas de la prisi¨®n israel¨ª y el desgaste cotidiano de no ver futuro", relata el director del Festiclown. "Aun as¨ª, su m¨¢xima ilusi¨®n es ir con el circo palestino a los campos de refugiados". Es la paradoja de este lugar: "gente que sufre la opresi¨®n, la cultura belicosa israel¨ª, pero es capaz de seguir pensado en la alegr¨ªa y la ilusi¨®n".
![Una imagen de la caravana a Palestina que en 2009 sirvi¨® de proleg¨®meno al Festiclown](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/TKBMIGAZI5POD4PRLXOH5Y2Z4U.jpg?auth=470d662642e0cb7d64fb27d6374cb7bdf46c5fb2be5dcccdb10768f31e3be5ea&width=414)
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