David Trueba se encierra en un ba?o
El cineasta se lanza a una aventura cinematogr¨¢fica con 'Madrid, 1987', una pel¨ªcula sin ning¨²n tipo de ayudas, presupuesto m¨ªnimo y sin distribuidora
El azulejo es de un tono verdoso desva¨ªdo, las cortinas de la ba?era son transparentes y parece que ya huelen a viejas, solo un ventanuco en lo alto de la pared ofrece algo de aire exterior. David Trueba ha encerrado en un ba?o a un viejo periodista y una joven estudiante durante un d¨ªa y medio. Est¨¢n los dos desnudos y solo una peque?a toalla de un rosa sucio tapa de vez en cuando a algunos de los atrapados. La cerradura se ha atascado y no pueden salir. Hace mucho calor, nadie les oye y, entonces, se dedican a hablar, a explorarse.
Hablan de la vida, del sexo, de la literatura. David Trueba (Madrid, 1969), columnista de EL PA?S, parece que se ha lanzado a la clandestinidad. Sin ning¨²n tipo de ayudas, un presupuesto m¨¢s que m¨ªnimo, sin distribuidora, el cineasta se ha metido en esta aventura de contar este duelo al desnudo. Madrid 1987, protagonizada por Jos¨¦ Sacrist¨¢n y Mar¨ªa Valverde, se ha presentado en el festival de cine de San Sebasti¨¢n en la secci¨®n especiales de Zabaltegi. "Hemos venido igual de desnudos", dec¨ªa divertido el realizador de Soldados de Salamina y Obra maestra, entre otras. Y ha comprobado que s¨ª, que su pel¨ªcula puede tener vida y futuro, y ya hay contactos con posibles distribuidoras.
Ha comprobado que su pel¨ªcula puede tener vida y futuro, y ya hay contactos con posibles distribuidoras
"No tengo vocaci¨®n de clandestino. Me encontr¨¦ que el proyecto le parec¨ªa poco comercial a todos los agentes industriales, productores, distribuidores y televisiones. Solo me quedaban dos opciones, guardar el guion en un caj¨®n o hacerla. Y decid¨ª seguir adelante, prescindiendo de muchas cosas y qued¨¢ndome con las esenciales. No es mi vocaci¨®n hacer cine as¨ª, pero lo que tampoco es mi vocaci¨®n es la queja y la inactividad", asegura Trueba, quien no se ve a s¨ª mismo como un cineasta consolidado. Nunca se ha visto en una situaci¨®n tan extrema como con Madrid 1987, pero s¨ª recuerda las dificultades que ha encontrado en su carrera.
"Las puertas siempre est¨¢n cerradas, ya no lo considero injusto, sino como parte de lo que pasa en la industria en este pa¨ªs, una industria a la que le cuesta ver las cosas antes", dice Trueba. "Adem¨¢s hay como una especie de base establecida de que todas las pel¨ªculas sean iguales y molesta mucho que alguien se salga del tiesto. Acepto el designio como lo aceptan todas las personas que est¨¢n viviendo situaciones profesionales muy duras. No es m¨¢s injusto lo m¨ªo que lo que est¨¢n viviendo muchos periodistas o los empleados de grandes empresas".
Pagar
Trueba considera que el cine no es algo que te tengan que pagar. "Si te lo pagan bien, y cuando no te lo pagan busca otra manera, pero no dejes de hacerlo si crees en ello. Yo cre¨ªa en esta pel¨ªcula y la quer¨ªa hacer". La idea inicial de rodarla en un plat¨®, a lo largo de muchas semanas se cambi¨® por un cuarto de ba?o real, de apenas cinco metros cuadrados. "Al final todo es para bien. Las limitaciones nos han hecho ser m¨¢s rigurosos y tener menos posibilidades y explotar muy bien las que tienes. La gran sorpresa para m¨ª fue encontrarme a dos actores, uno bastante consolidado, Jos¨¦ Sacrist¨¢n, y Mar¨ªa Valverde, muy bien posicionada en estos momentos, que se entusiasmaron con esta experiencia". Y los dos desnudos a lo largo de hora y media. "Quer¨ªa dejar a la pel¨ªcula desnuda para retratar solo el car¨¢cter de la gente en ese tiempo, tan diferentes a los actuales. La desnudez de los personajes para m¨ª era fundamental, ver y tocar la piel madura frente a la joven".
A lo ¨²nico que no ha renunciado Trueba es a lo que estaba escrito en el guion y a la pel¨ªcula que quer¨ªa hacer. No ha tenido ni silla de director, ni combo y su equipo se ha reducido al m¨ªnimo -"tambi¨¦n porque no cab¨ªamos en el ba?o"-. Tambi¨¦n los actores se han olvidado de las comodidades y las roulottes. "No es ning¨²n experimento. Est¨¢ dirigido al p¨²blico que quiere ver a dos actores interpretando, hablando, intelectual y f¨ªsicamente. Hay espectadores para este tipo de pel¨ªcula", defiende este realizador y escritor, que echa de menos que exista calidad literaria detr¨¢s de apuestas visuales. "El cine siempre ha sido ambas cosas, la uni¨®n de ambas es la esencia de las pel¨ªculas".
En 1987 gobernaba en Espa?a Felipe Gonz¨¢lez con mayor¨ªa absoluta. Madrid 1987 narra el encuentro entre Miguel (Jos¨¦ Sacrist¨¢n), un veterano articulista, temido y respetado, y ?ngela (Mar¨ªa Valverde) una estudiante de primer curso en la universidad. Atrapados en el ba?o del apartamento de un amigo se ven obligados a pasar un d¨ªa y medio solos hasta que les rescata el due?o del piso (Ram¨®n Fontser¨¦). Es el encuentro de dos generaciones. Se establece entonces un duelo en el que se mide el deseo, el talento, la experiencia y las perspectivas personales. Trueba ya ten¨ªa escrito este guion cuando el diario EL PA?S le ofreci¨® escribir una columna sobre televisi¨®n. "Fue pura casualidad y me hizo mucha gracia. El destino".
El realizador ha buscado el retrato del duelo entre los que vivieron la transici¨®n en Espa?a y los que no ten¨ªan edad para ello, como ¨¦l mismo, estudiante de primero de periodismo en 1987. "Los columnistas de entonces eran venerados, respetados. Al mismo tiempo, hab¨ªa como una especie de frustraci¨®n al ver c¨®mo se instalaba el cinismo, la mentira y una cierta comodidad. La generaci¨®n que vivi¨® la Transici¨®n, tremendamente satisfechos con ellos mismos, nos miraban como si nosotros tuvi¨¦ramos algo de culpa por vivir ya en una democracia, sin tener que luchar como ellos", a?ade para acabar: "Tambi¨¦n con los pol¨ªticos de entonces que siguen mirando por encima del hombro a los pol¨ªticos actuales. No creo que aquellos pol¨ªticos fueran mejores que los de ahora, solo que les toc¨® vivir una ¨¦poca m¨¢s excitante".
Babelia
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