?Qu¨¦ nos quedar¨¢ de la microcultura?
Teatro m¨ªnimo, cine con m¨®viles, relatos de una frase, 'nanopoemas': las formas de creaci¨®n en formato corto crecen sin parar pero su impacto real es un enigma
Con este reportaje les queremos llamar a la reflexi¨®n y la participaci¨®n. Las expresiones art¨ªsticas en formato peque?o se han convertido en una tendencia y un fen¨®meno. Se multiplican las 'nanopropuestas' culturales, pero tambi¨¦n crecen sus detractores. ?Cree usted que se trata de una moda pasajera o es un g¨¦nero que ha llegado para quedarse? Bajo estas l¨ªneas les ofrecemos un canal para el debate. O tal vez prefiera pasar a la acci¨®n y dejarnos aqu¨ª su aportaci¨®n al microrrelato. Eso s¨ª, en tan solo 280 caracteres.
Una se?ora mayor colorea un ¨¢lbum de dibujos para ni?os, sentada a la mesa de su cocina. A los pocos segundos, su joven hija vuelve al hogar. Las dos mujeres entablan una conversaci¨®n ¨ªntima sin preocuparse apenas de la decena de invitados que, posados en unos taburetes, llenan el min¨²sculo cuarto y escuchan en silencio. Pasan algo menos de 15 minutos, el tiempo suficiente para que la madre encuentre las palabras para explicar a su hija por qu¨¦ su padre no volver¨¢. El di¨¢logo termina. Los aplausos de los invitados cierran la sexta y ¨²ltima representaci¨®n de la noche de Pap¨¢ se ha ido. Maribel Vitar y Mara Ballestero, las dos actrices, se despiden del p¨²blico con una reverencia.
Jos¨¦ Luis Pardo alude a "la crisis del formato largo, sobre todo en literatura"
Fernando Savater: "Esta jibarizaci¨®n de la cultura resulta dudosa"
La obra citada es una de las tapas de teatro de la carta del n¨²mero 9 de la calle Loreto y Chicote de Madrid. Un tema, seis obras, seis representaciones por noche de mi¨¦rcoles a domingo. Cada funci¨®n cuesta cuatro euros y dura un cuarto de hora. Estos n¨²meros encierran la f¨®rmula ¨¢urea que resuelven las salas del Microteatro Por Dinero. Entre 5.000 y 8.000 personas (seg¨²n Ver¨®nica Larios, una de los 21 socios que dirigen el barco) mezclan cada mes ca?as y p¨ªldoras de teatro, siguiendo una receta que en octubre celebra su primer aniversario.
"Respecto al teatro tradicional se gana en intimidad y libertad", asegura Elvira Lindo. La escritora, autora de varios guiones teatrales, es el bol¨ªgrafo tras los di¨¢logos de Pap¨¢ se ha ido. "Me gusta mucho esta f¨®rmula. Ves una o m¨¢s obras, tomas una ca?a. Es m¨¢s inmediato y m¨¢s alternativo. Nunca hab¨ªa visto a los actores tan de cerca", afirma Lindo.
Pero no solo de teatro vive el prefijo micro. De hecho, ¨²ltimamente parece encajar bien en todo tipo de puzles culturales. Entre fen¨®menos m¨¢s asentados (microrrelatos) y otros m¨¢s recientes (micropoes¨ªa, festivales de microcine rodado con un m¨®vil), lo peque?o desfila a menudo en las pasarelas de la cultura. "Hay varias causas. La crisis del formato largo, de los grandes relatos, sobre todo en la literatura, es una de ellas. En segundo lugar, los nuevos medios tecnol¨®gicos favorecen contenidos m¨¢s f¨¢ciles de difundir y descargar. Es el sabor de lo ef¨ªmero", aclara el fil¨®sofo y ensayista Jos¨¦ Luis Pardo.
Comunicaci¨®n urgente
"No tenemos tiempo, necesitamos una comunicaci¨®n m¨¢s urgente, entender las cosas de un disparo", tercia la micropoetisa Ajo. Por ello, sus pistolas llevan desde 2004 cargadas de proyectiles fugaces como: "Olvidan solo quienes tienen tiempo". Ese a?o Ajo public¨® Micropoemas, el primer libro que recog¨ªa sus obras. Desde entonces la brevedad no ha dejado de ser el primer punto de su manifiesto art¨ªstico. "Es mucho m¨¢s dif¨ªcil: decir mucho con poco significa complicarse la vida", defiende Ajo.
Aqu¨ª parece hallarse una de las claves del g¨¦nero micro. Ya se hable de cine, de teatro o de literatura, no cambian los fundamentos que mantienen de pie el peque?o castillo. "Hay que tener una idea clara de lo que se quiere narrar y caracterizar bien a los personajes", explica Ver¨®nica Larios, de Microteatro Por Dinero. Pero el pilar principal de la estructura, que se repite en casi todas las entrevistas, es otro. "Tienes que contar m¨¢s de lo que te permita el espacio o el tiempo, ser muy sugerente", aclara Elvira Lindo. O, dicho de otra forma, "hay que tirar de un doble filo: algo que se ve y algo que solo se intuye", como cuenta Ajo.
Creadores de comidas ef¨ªmeras, los chefs de la microcultura f¨ªan sus esperanzas al retrogusto. "Un buen microrrelato deja en el lector una angustiosa duda", resume la escritora argentina Ana Mar¨ªa Shua. Tras las huellas de Borges y Cort¨¢zar, pioneros de los microrrelatos, Shua lleva ya cuatro libros depositando interrogantes en la mente del lector.
Una estancia larga en un terreno donde algunos se quedan durante un tiempo casi tan fugaz como sus creaciones. "El microteatro puede ser un buen ejercicio para luego hacer algo con m¨¢s espesor", explica Elvira Lindo. "Desconf¨ªo de los que solo son microrrelatistas: prefiero los que tambi¨¦n tocan otros g¨¦neros", asegura la misma Shua.
De hecho, la argentina es autora de novelas, obras infantiles y cuentos. "Lo m¨¢s dif¨ªcil de escribir es una novela, porque hay que sostener una arquitectura compleja como la de un rascacielos", sostiene Shua. Construir una "casita" (como define a los microrrelatos) en cambio puede ser cuesti¨®n de un instante. En estas palabras est¨¢ encerrado todo el esp¨ªritu de su autora: 'Socorro, socorro, s¨¢quenme de aqu¨ª es un ejemplo de creaci¨®n que Shua realiz¨® en pocos minutos, guiada por una intuici¨®n.
Eso s¨ª, todo arquitecto de lo micro tiene que saber manejar lijas y cinceles. "Los microrrelatos son piedras preciosas, extremadamente pulidas. Los mejores alcanzan la perfecci¨®n m¨¢s absoluta en la literatura. Pero es un g¨¦nero que no acepta el m¨¢s m¨ªnimo defecto: perder¨ªa inmediatamente su valor", explica Shua.
El ¨¦xito
La misma escritora reconoce sin embargo que "cualquiera puede tener un peque?o ¨¦xito, conseguir escribir un microrrelato que est¨¦ muy bien. Aunque no un libro". Y en junio el presidente de la Academia de cine, Enrique Gonz¨¢lez-Macho, se?alaba que "hoy en d¨ªa cualquiera puede hacer pel¨ªculas con una c¨¢mara de 300 euros". Es, por decirlo a la manera de Shua, la angustiosa duda que acompa?a a este fen¨®meno, y que Fernando Savater expresa en un correo electr¨®nico: "Aunque puede haber cosas de calidad, esa jibarizaci¨®n de la cultura resulta dudosa. Es la influencia del zapping primero y del Twitter despu¨¦s en todos los campos". Hablando de Twitter, los microrrelatos tienen una presencia muy viva en la red social.
La soluci¨®n, seg¨²n los entrevistados, es tan sencilla que cabe en una palabra: calidad. "En Espa?a hay 20 millones de escritores, pero publican 10. El talento destaca. Las primeras pel¨ªculas de Amen¨¢bar y Almod¨®var fueron cojonudas. Para otros, el primer trabajo es el ¨²ltimo", respond¨ªa Gonz¨¢lez-Macho. Y para Jos¨¦ Luis Pardo "no hay que obsesionarse con el formato. Al fin y al cabo cuenta el contenido". Que cada lector saque su conclusi¨®n. Ya saben, en eso consiste la angustiosa duda.
Los lectores escriben
Durante el pasado verano EL PA?S SEMANAL organiz¨® entre los lectores un concurso de microrrelatos. Recibimos m¨¢s de 4.000 historias en 140 caracteres de las que se publicaron 163. Esta es la 'microhistoria' ganadora en la ¨²ltima semana: "Como siempre, me hace falta m¨¢s tiempo para volver a empezar", por Alexandra Mart¨ªnez.
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