Pilar Donoso, l¨²cida cronista de una familia
Sabemos que una bella actriz norteamericana de reparto precipit¨® el suicidio del poeta y novelista italiano Cesare Pavese. Eso lo explican su epistolario y su ¨²ltima llamada telef¨®nica desde un hotel de Tur¨ªn. Esa mujer fue el detonante. ?Pero d¨®nde empez¨® todo? ?En qu¨¦ rinc¨®n de sus a?os j¨®venes o de su infancia o de un poema comenz¨® a larvarse la tragedia? Ayer nos lleg¨® la noticia del suicidio de Pilar Donoso (Madrid, 1967), hallada muerta en su casa de Santiago de Chile en la noche del martes. Desconocemos el desencadenante de semejante decisi¨®n. Aunque saberlo tampoco nos sirva de nada. Porque, como en el suicidio de Pavese, lo que cuenta es el principio de todo. Y ese principio lo desconocemos. Es imposible conocerlo. As¨ª que s¨®lo nos queda conjeturar y rastrear en las palabras que escribieron.
Pilar Donoso escribi¨® un libro sobre su padre, el novelista chileno Jos¨¦ Donoso (1924-1997), titulado Correr el tupido velo (Alfaguara, 2010). La impresi¨®n que deja su lectura es la de una persona que desde peque?a tuvo que apechugar con las c¨ªclicas angustias y desesperaci¨®n de sus padres adoptivos. Terribles jornadas de depresiones y no menos terribles jornadas de alcohol de ambos. Y por si fuera poco todo ello para una ni?a, d¨ªas de escasez monetaria, a lo que se sumaba una patol¨®gica necesidad de reconocimiento por parte de Jos¨¦ Donoso. La lectura de ese libro desasosegante no inclu¨ªa la sensaci¨®n de ira por parte de quien lo escribi¨®. Pilar Donoso escribi¨® un libro para neutralizar sus demonios interiores. Ahora nos preguntamos si lleg¨® realmente a neutralizarlos. Correr el tupido velo nunca me pareci¨® un libro atormentado, sino uno que describ¨ªa dos vidas atormentadas. Y con eso tuvo que convivir la ni?a y adolescente Pilar Donoso.
Cuando termin¨¦ de leer su ¨²nico libro, tuve la certeza de que su autora no hab¨ªa escrito nada que nos hiciera entrever el resentimiento o la venganza. Nada que nos pareciera una herida abierta, imposible de cicatrizar. Todo lo contrario. Las palabras corr¨ªan un velo, sin ira ni cuentas pendientes. Expres¨¦ alguna vez que escribir sobre los padres se estaba convirtiendo en un sospechoso subg¨¦nero literario: amarillismo biogr¨¢fico de la peor especie. Correr el tupido velo corr¨ªa ese peligroso riesgo sin caer en ¨¦l. Pilar Donoso escribi¨® un libro honesto, lleno de preguntas acerca de los abismos que bordearon sus padres. Y en los que cayeron. Me acord¨¦ de El pedigr¨ª de Patrick Modiano y de Tiempo de vida de Marcos Giralt Torrente. Es decir, aut¨¦nticos exponentes de un g¨¦nero literario de altura moral y verdadero horizonte est¨¦tico. En esa estela y clave literaria trabaj¨® Pilar Donoso. Le¨ªmos la investigaci¨®n que llev¨® a cabo en su proceso, en su itinerario vital. Pero nunca supimos, ni sabremos ya jam¨¢s, qu¨¦ averigu¨® la hija y la escritora para s¨ª tras esa penosa labor.
La publicaci¨®n de Correr el tupido velo signific¨® para Pilar Donoso la ruptura matrimonial, tras veinte a?os de feliz convivencia, y el abandono de sus tres hijos. Tambi¨¦n episodios de ansiedad. Como si aquellas p¨¢ginas le hubieran estallado en las manos. Con ese crudo y doloroso libro le lleg¨® una inesperada incomprensi¨®n familiar y la consiguiente soledad. Le¨ªdo el libro, me qued¨® una especie de sensaci¨®n de contagiosa nostalgia. Cuenta Pilar Donoso que en medio de toda esa torturada atm¨®sfera familiar, siempre guard¨® en su memoria un peque?o para¨ªso terrenal: Calaceite, el pueblo de la franja catalano-aragonesa donde quiz¨¢ viviera sus horas m¨¢s felices y plenas jugando en la calle con los ni?os de su edad. Algo en la vida de pronto se nos hace irrespirable. Porque la vida misma deja de tener sentido. Creo que Pilar Donoso descubri¨® un d¨ªa que es imposible escribir sobre alguien sin escribir sobre uno mismo. Y tambi¨¦n que es imposible que el dolor que nos rode¨® durante tanto tiempo no nos haya dejado una huella demasiado insoportable.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.