El Rey pidi¨® a Mario Vargas Llosa que presida el Instituto Cervantes

Cuando el domingo pasado son¨® el tel¨¦fono de Mario Vargas Llosa y el Nobel escuch¨® la propuesta de su interlocutor, la respuesta parec¨ªa clara. Fue el rey Juan Carlos quien llam¨® al escritor para pedirle que presidiera el Instituto Cervantes. El autor de Conversaci¨®n en la catedral pidi¨® unos d¨ªas para pens¨¢rselo, aunque agradeci¨® al jefe del Estado el honor.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pidi¨® personalmente al monarca que hiciera la propuesta en nombre del Gobierno. El Rey, que siempre ha situado las pol¨ªticas ling¨¹¨ªsticas entre sus temas de preferencia, y que ha mostrado un claro compromiso con los avances que en este sentido ha hecho la Real Academia Espa?ola en su estrategia panhisp¨¢nica y el Cervantes, no lo dud¨®, apuntan fuentes de Exteriores y del entorno de Vargas Llosa.

Los planes del PP para la instituci¨®n que debe ense?ar y promocionar el idioma y la cultura en espa?ol por todo el mundo son ambiciosos. Sus dirigentes pretenden que la lengua se convierta en la pieza clave de la acci¨®n cultural exterior, como ha apuntado en su estrategia tanto el ministro de Educaci¨®n, Cultura y Deporte, Jos¨¦ Ignacio Wert, como el secretario de Estado de Cultura, Jos¨¦ Mar¨ªa Lassalle.

Es un plan que ya estaba en el ¨¢nimo de gobiernos anteriores pero que se ha revelado dif¨ªcil de coordinar. Hasta la fecha han existido multitud de organismos ¨Cel m¨¢s importante de todos, el propio Cervantes- pero todos han dependido de distintos ministerios. Nadie quer¨ªa renunciar a sus cuotas de poder a favor del otro y eso generaba pugnas, tiranteces y hasta batallas como las que protagonizaron en su d¨ªa Miguel ?ngel Moratinos y C¨¦sar Antonio Molina. Aquella controversia acab¨® con la salida de Molina de Cultura.

Quien presenci¨® todo en primera fila fue el actual secretario de Estado de Cultura cuando era portavoz del PP en el Congreso de los Diputados. Ahora, con su nuevo cargo, Jos¨¦ Mar¨ªa Lassalle no ha querido que el nuevo Gobierno cometa el mismo error. Por eso pretende que el Cervantes se convierta en una instituci¨®n clave y que quede controlada por la ¨®rbita de presidencia del Gobierno, m¨¢s que por un ministerio concreto.

Y es ah¨ª donde sin duda podr¨ªa jugar un papel de representaci¨®n crucial el premio Nobel. Vargas Llosa, due?o de una agenda internacional privilegiada tanto en el plano cultural como en el pol¨ªtico, presidir¨ªa el Cervantes con un perfil marcadamente simb¨®lico. Como presidente del Instituto, actuar¨ªa como una especie de embajador plenipotenciario de la lengua espa?ola en el mundo y se sentar¨ªa en el patronato (donde ahora es vocal) junto al Rey, que es su presidente de honor.