Las puertas del Cervantes se abren al c¨®mic

"Buscar la verdad de las cosas desde una vertiente fant¨¢stica y nada realista. Me gusta ambientar mis dibujos en un mundo extra?o, ex¨®tico, pero muy pegado a la realidad social que nos rodea". Con estas palabras define Max su trabajo como ilustrador, dibujante? y creador de novelas gr¨¢ficas. Es uno de los artistas espa?oles m¨¢s prestigiosos de su g¨¦nero al que el Instituto Cervantes, de Madrid, abre sus puertas a trav¨¦s de la exposici¨®n Max. Pan¨®ptica (1973-2011), un recorrido en el que muestra desde la osad¨ªa de sus primeros dibujos al trabajo reposado con el que ha llegado al punto que deseaba.

El director del Cervantes, V¨ªctor Garc¨ªa de la Concha, considera esta muestra como un homenaje al trabajo "intensivo y renovador" del autor y "un reconocimiento a la literatura gr¨¢fica que se produce en Espa?a". La trayectoria de Max comienza en la d¨¦cada de los setenta, en la que su obra se ver¨ªa influenciada por el underground norteamericano, especialmente por Robert Crumb. En 2007 fue el primer autor galardonado con el Premio Nacional de C¨®mic. Asimismo, ha publicado trabajos en peri¨®dicos como The New York Times y colabora semanalmente en Babelia, de EL PA?S.

La obra de Max se exhibe hasta el 13 de mayo en la sede madrile?a del Instituto Cervantes. Un trabajo que "se ilumina desde un punto inesperado y muestra los lados que se encuentran m¨¢s ensombrecidos¡±. La exposici¨®n Max. Pan¨®ptica 1973-2011 aborda en cuatro bloques las distintas d¨¦cadas de trabajo del dibujante catal¨¢n, y recoge m¨¢s de 200 obras del autor, entre los que encontraremos dibujos, bocetos, libros, fotograf¨ªas, car¨¢tulas, entre otros objetos. "El mundo del coleccionista en el universo de la ilustraci¨®n no est¨¢ bien pagado. Como s¨¦ que no me van a dar lo que vale mi trabajo prefiero quedarme yo con mi propia obra". Max posee dibujos desde sus inicios: "Cuando uno es joven es m¨¢s insolente. No te importa tanto que los dibujos no sean perfectos. Cada mes publicaba en la revista El V¨ªbora". La desaparici¨®n de las revistas mensuales de c¨®mics en la d¨¦cada de los ochenta y principios de los noventa obliga a muchos dibujantes de c¨®mics a dedicarse a la ilustraci¨®n y otros como Capdevila lo hacen por placer. "Yo hago c¨®mics cuando tengo una buena historia que contar, sino me dedico a otras actividades". En el Instituto Cervantes est¨¢n expuestas las portadas de discos para grupos como Radio Futura, Los Planetas o Kiko Veneno & Juan Perro, personajes como Peter Pank, Gustavo o el m¨¢s reciente Bard¨ªn.

Ahora est¨¢ trabajando en una novela gr¨¢fica, Vapor, que ser¨¢ editada por La C¨²pula este a?o. En ella, dice Max "cuento la historia de un tipo que est¨¢ harto del mundo y decide retirarse al desierto, pero ni siquiera all¨ª puede vivir alejado de lo que aborrece". El libro descubre "c¨®mo el mundo que nos ha tocado vivir se ha convertido en un circo que te hace estar constantemente distra¨ªdo para no reflexionar".

Al contrario que otros dibujantes, Max reivindica su faceta de ilustrador porque "algunos encargos son muy chulos, l¨²cidos y en ellos te puedes explayar. Por ejemplo, el que aparece en la exposici¨®n de la Feria y Fiestas de Sevilla en el que hay una atm¨®sfera m¨¢s acorde a la ciudad y otra parte m¨¢s abstracta m¨¢s pr¨®xima a como yo la imagino. Figura una parte en negro y otra muy colorista; un choque entre una yegua y un toro, entre lo masculino y femenino. Representa una din¨¢mica de principios opuestos, un punto conceptual com¨²n en mis trabajos". Max est¨¢ muy satisfecho de algunas de sus obras, como la portada de Navidad de la revista New Yorker, de la portada del disco con Pascal Comelade, y del libro ilustrado El caballero, la muerte y el diablo, editado por Media Vaca con texto de Marco Venedi.