Parte de la historia documental de Chile, para los gusanos
El cineasta Miguel Herberg, que grab¨® a prisioneros de dos campos de concentraci¨®n, entierra la documentaci¨®n por "falta de inter¨¦s" institucional
A partir de ma?ana, Chile tendr¨¢ que escarbar para recuperar parte de la memoria documental de su historia reciente. El cineasta asturiano Miguel Herberg, que trabaj¨® en el pa¨ªs sudamericano en la ¨¦poca en que Augusto Pinochet perpetr¨® un golpe de estado contra Salvador Allende en 1973, a partir del cual comenz¨® una dictadura militar que se prolong¨® hasta 1990, enterrar¨¢ en el cementerio del Arte y de la Cultura de Morille, en Salamanca, su archivo f¨ªlmico, fotogr¨¢fico y documental recopilado en los campos de concentraci¨®n de Pisagua y Chacabuco. El particular camposanto, inaugurado en 2005, ya alberga los restos de un?Pontiac Grand Prix de Javier Utray o las cenizas del escritor Pierre Klossowski. Adem¨¢s, esta tarde a las 20.30 se ha realizado una quema simb¨®lica de 20.000 carteles y libros escritos por Herberg sobre la dictadura chilena en la plaza de Morille porque, asegura, ninguno de los documentos que atesora ¡°le interesan a nadie¡±.
Extracto de 'Chile 73', de Miguel Herberg
Ambas acciones han estado precedidas por la proyecci¨®n de las pel¨ªculas que ma?ana ser¨¢n sepultadas en la sala El Gallo de Salamanca, donde se han mostrado al p¨²blico desde el pasado d¨ªa 19. La universidad de la ciudad castellana, que tambi¨¦n se hab¨ªa comprometido a mostrar el material, ha reculado finalmente, de acuerdo con Herberg. ¡°En el ¨²ltimo momento el rector se ha echado atr¨¢s por las presiones¡±, asegura. A pesar de lo dram¨¢tico del acto de quema y enterramiento, existen copias de las pel¨ªculas y documentos que ser¨¢n inhumados ¡°custodiadas ante notario, y que solo podr¨¢n ser entregadas al pueblo chileno¡±.
La historia del paso de Herberg por el pa¨ªs latinoamericano y de su labor como documentalista arranca en 1972: ¡°Ese a?o me infiltr¨¦ en las filas de la derecha chilena, que estaban preparando el golpe de estado contra Allende¡±. A trav¨¦s de los contactos que se granje¨®, pudo introducirse, una vez Pinochet alcanz¨® el poder, en dos campos de concentraci¨®n. ¡°Despu¨¦s del golpe, pude entrevistar a Pinochet, quien me neg¨® que existieran los campos. Como ten¨ªa permiso para viajar por el pa¨ªs, fui a Antofagasta, y all¨ª entrevist¨¦ al general Lagos, que me dijo: ¡®los prisioneros est¨¢n muy bien, aqu¨ª tienen tiempo para pensar que est¨¢n errados¡¯. Yo le dije que eso lo ten¨ªa que filmar para demostrarlo, y me permiti¨® entrar en Chacabuco¡±.
Una vez dentro, Herberg grab¨®, seg¨²n cuenta, a los hombres que estaban encerrados, porque ¡°al identificar los nombres ya nadie pod¨ªa decir que estaban desaparecidos, que era lo que aduc¨ªa el Gobierno¡±. Como Chacabuco era exclusivamente masculino, el cineasta volvi¨® a acudir al general Lagos, a quien solicit¨® filmar en el campo de concentraci¨®n femenino de Pisagua, permiso que igualmente le fue concedido. ¡°Luego sacamos los materiales de Chile. As¨ª ya no pod¨ªan mantener que estaban desaparecidos, y los prisioneros a los que grab¨¦ fueron liberados¡±.
Hace ¡°dos o tres a?os¡±, Herberg se lanz¨® a una nueva empresa: rodar un nuevo documental con los exprisioneros, ¡°para que me contaran qu¨¦ hab¨ªa sido de sus vidas, ya que en los campos no pod¨ªan contarme nada¡±. La cinta, apunta, ¡°iba a estar producida por la televisi¨®n argentina, pero la televisi¨®n de Chile ech¨® atr¨¢s el proyecto¡±.
La quema y el enterramiento simb¨®licos de estos d¨ªas llegan, explica Herberg, despu¨¦s de numerosos intentos de donar el material que posee a las autoridades chilenas para su difusi¨®n. ¡°Yo ofrec¨ª los documentos a Isabel Allende, porque me parece l¨®gico que est¨¦n en Chile, y hubo un desinter¨¦s total. Tambi¨¦n me acerqu¨¦ al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Chile, y ocurri¨® lo mismo¡±. Como ¡°acto de provocaci¨®n¡±, Herberg anunci¨® ¡°hace tres meses¡± su simb¨®lica protesta. ¡°En Chile se levant¨® un gran esc¨¢ndalo, pero al final ellos est¨¢n hablando de mi y de cualquier cosa menos de lo realmente importante, que es la memoria hist¨®rica¡±.
El director del Museo de la Memoria, inaugurado en 2010 para recordar a las v¨ªctimas de la dictadura de Pinochet, public¨® el pasado d¨ªa 14 una carta abierta conjunta con el Director de la Cineteca Nacional y el coordinador General de la Cineteca Universidad de Chile en el diario La Tercera, en la que se pon¨ªa en duda la autor¨ªa de Herberg sobre el material que pretende poner bajo tierra. ¡°Las im¨¢genes corresponden a filmes de los directores alemanes Walter Heynowski y Gerhard Scheumann, cuyo camar¨®grafo fue Peter Hellmich¡±, reza la misiva. ¡°Cuando el se?or Herberg declara que dicho material es de su autor¨ªa y que va a destruirlo est¨¢ violando los derechos de propiedad intelectual asociado a este valioso registro audiovisual, lo cual nos parece un acto inaceptable¡±.
El cineasta asturiano, por su parte, responde negando la mayor: ¡°Lo hacen para desviar la atenci¨®n. Mi autor¨ªa queda demostrada en el momento en el que yo aparezco realizando entrevistas en las pel¨ªculas, adem¨¢s de que hubo un juicio en Roma en 1975¡±. El revuelo, no obstante, no se ha quedado en Chile y ha alcanzado a figuras como el fil¨®sofo estadounidense Noam Chomsky, que tambi¨¦n ha publicado un carta en la que pide a Herberg que se retracte de sus intenciones. El documento est¨¢ colgado en la web de la editorial Amargord, que edita los libros del intelectual?en castellano, lo mismo que los escritos de Herberg. ¡°Los intelectuales chilenos le han pedido que lo escriba, porque saben de mi relaci¨®n con Chomsky¡±, asegura, para despu¨¦s explicar que conoce al pensador estadounidense a trav¨¦s de su com¨²n casa de publicaci¨®n ¡°y por otros motivos que ahora no vienen al caso¡±.
La documentaci¨®n obtenida en Chile y que est¨¢ destinada a acabar bajo el suelo salmantino podr¨¢ ser desenterrada, seg¨²n explica el cineasta, ¡°si el comit¨¦ del cementerio juzga las condiciones satisfactorias¡±, esto es, si el pueblo chileno la reclama ¡°a trav¨¦s de la protesta¡±. Las copias de seguridad, por su parte, ¡°podr¨¢n ser entregadas al pueblo chileno una vez desenterrada toda v¨ªctima de Franco y Pinochet¡±.
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