Un cine que resume lo mejor que dej¨® Yugoslavia
Es curioso c¨®mo un cine que narra la destrucci¨®n de Yugoslavia nace en gran medida, de lo que fue aquel pa¨ªs imposible. El resultado es una gran huella cinematogr¨¢fica
El premio Nobel de la Paz y superviviente de Auschwitz, Elie Wiesel, explic¨® que solo se deb¨ªan hacer pel¨ªculas y novelas sobre el Holocausto basadas en hechos reales, porque ese horror inexplicable y, en su esencia, imposible de transmitir solo admit¨ªa la no ficci¨®n, en cine pero tambi¨¦n en literatura. En cierta medida, ese principio puede aplicarse a Bosnia aunque con una lectura diferente: por muchos filmes que se hayan hecho sobre aquella guerra ¨Cel ¨²ltimo de ellos dirigido por la actriz Angelina Jolie¨C, En la tierra de sangre y miel¨C, solo aquellos escritos o realizados por ciudadanos de la antigua Yugoslavia llegan a captar lo que ocurri¨® all¨ª porque lo vivieron.
Esto no quiere decir que la guerra de Bosnia, y los conflictos balc¨¢nicos de los noventa en general, no hayan dejado huella en otras cinematograf¨ªas, incluida la espa?ola. Son el escenario de algunas buenas pel¨ªculas de periodistas, como?Territorio comanche, La sombra del cazador, Las flores de Harrison o?Wellcome to Sarajevo, de alguna superproducci¨®n b¨¦lica como?Tras la l¨ªnea enemiga o?Savior y de un estupendo, aunque muy violento, filme ambientado en la posguerra sobre la trata de blancas, The Whisteblower. En el terreno documental, la BBC produjo una serie extraordinaria The death of Yugoslavia, que sigue siendo el mejor relato de la destrucci¨®n de un pa¨ªs. Sin embargo, cuando se conmemoran los 20 a?os del principio de la guerra de Bosnia, el legado cinematogr¨¢fico m¨¢s perdurable proviene de directores balc¨¢nicos.
Es curioso c¨®mo este cine que narra la destrucci¨®n de Yugoslavia, la limpieza ¨¦tnica y el horror, nace en gran medida de lo que fue aquel pa¨ªs imposible (que sin embargo existi¨® durante gran parte del siglo XX). Con una tradici¨®n que se remonta a las pel¨ªculas de partisanos de la II Guerra Mundial, el cine yugoslavo fue muy importante y potente. Adem¨¢s, muchas de las pel¨ªculas sobre Bosnia que llegaron a festivales internacionales, e incluso al Oscar, contaron con producci¨®n de Eslovenia, la primera rep¨²blica que se independiz¨® y la que siempre cont¨® con una mejor situaci¨®n econ¨®mica. Se separaron para seguir haciendo cine juntos. No es extra?o que la "yugonostalgia", la a?oranza de aquel pa¨ªs formado por seis rep¨²blicas y seis nacionalidades mezcladas, siga siendo un sentimiento muy extendido, incluso entre los j¨®venes nacidos despu¨¦s de la ruptura, que bailan el pop balc¨¢nico de Bijelo Dugme, el grupo hist¨®rico de Goran Bregovic, celebrando un pasado com¨²n.
Pese a que los grandes relatos literarios del conflicto est¨¢n basados en hechos reales, como Postales desde la tumba, de Emir Suljagic, refugiado en Srebrenica que vivi¨® para contarlo, o No matar¨ªan ni una mosca, en el que Slavenka Drakulic cuenta como personas aparentemente normales pueden convertirse en monstruos, las grandes pel¨ªculas sobre la guerra optan por un camino muy diferente y, en general, se sumergen en el m¨¢s puro surrealismo balc¨¢nico.
Danis Tanovic logr¨® el Oscar a la mejor pel¨ªcula extranjera con Tierra de nadie (2001), Jasmila Zbanic el Oso de Oro en Berl¨ªn con Grbavica (2005), el macedonio Milcho Manchevski acumul¨® galardones con Antes de la lluvia, mientras que Emir Kustunica consigui¨® la Palma de Oro en Cannes con su tan discutible como impactante Underground (1995). El c¨ªrculo perfecto (1997), de Ademir Kenovic, es un filme impresionante sobre el asedio de Sarajevo y el sufrimiento del pueblo bosnio, mientras que Beautiful people (1999), de Jasmin Dizdar, es tal vez la mejor pel¨ªcula que se ha hecho sobre Bosnia aunque esta tragicomedia de episodios transcurre en su mayor parte en Londres. Su arranque es dif¨ªcil de olvidar: un tipo entra en un cl¨¢sico autob¨²s londinense, ve a un tipo y se l¨ªa a pu?etazos: son vecinos del mismo pueblo, uno serbio y el otro bosnio. Dignos herederos de Ivo Andric, el ¨²nico premio Nobel de un idioma que ya no existe, el serbocroata, casi todos estos directores han optado por construir met¨¢foras en la estela de aquel Puente sobre el Drina que resum¨ªa toda la historia de Yugoslavia. Grbavica es una excepci¨®n. Directa como un pu?etazo, trata el mismo tema que Angelina Jolie: la violencia sexual, las violaciones masivas que los milicianos serbios practicaron contra las mujeres musulmanas, un horror que ha dejado una huella tan profunda como las m¨¢s oscuras cicatrices de la guerra.
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