El polvo de la historia cubre a creadores viejos y j¨®venes

¡°Chagall dijo en una ocasi¨®n que nunca le quit¨® el barro a sus zapatos, al referirse a las fuentes de su arte tan ligadas a su pueblo natal. Al haber nacido en Sarajevo puedo decir que nunca quit¨¦ de mis zapatos el polvo ¨C el polvo de la historia¡±, reflexiona Braco Dimitrijevic (Sarajevo, 1948), artista conceptual de s¨®lida trayectoria internacional, que dej¨® su pa¨ªs antes de la guerra a principios de los a?os 90, pero que sigue emocionalmente muy unido a ¨¦l. Sus tesis sobre la post-historia, ¡°ese espacio sin verdad final¡±, son centrales en una obra que liquida jerarqu¨ªas temporales y relaciona en un mismo plano obras de arte, objetos y personas creando nuevos v¨ªnculos y lecturas.

¡°A lo largo de 10.000 a?os, la de los Balcanes ha sido una regi¨®n cubierta por capas de historia, tal vez demasiada historia para una regi¨®n tan peque?a¡±, a?ade Dimitrijevic. ¡°Cuando era joven llegu¨¦ a la conclusi¨®n de que nuestro ambiente natural no es el espacio f¨ªsico sino la herencia cultural. Mucho antes de la guerra de 1968, di con otra idea: ¡®No hay equivocaciones en la historia. Toda la historia es una equivocaci¨®n¡¯. Un artista es capaz de transformar esta experiencia en distintas expresiones art¨ªsticas y de tolerancia, pero sabemos que hay periodos en los que la gente no puede manejar el pasado o la historia sin dificultad¡±. Dimitrijevic prepara una exposici¨®n en la galer¨ªa Espaivisor, de Valencia (Espa?a).

Junto a esta figura ya consagrada, han ido surgiendo artistas de generaciones posteriores cubiertos todav¨ªa, como ¨¦l, por el polvo de la historia de sus pa¨ªs. Entre los que han presentado sus trabajos en fechas recientes en Espa?a se encuentra Sejla Kameric (Sarajevo, 1976) que realiz¨® junto con el albano Anri Sala un filme titulado 1395 d¨ªas sin rojo, expuesto hace unos meses en el Macba. Una mujer (Maribel Verd¨²) atraviesa a diario las calles de la ciudad de Sarajevo sitiada y bajo la mira de los francotiradores. No puede vestir nada de color rojo, porque la convertir¨ªa en un blanco m¨¢s f¨¢cil aun.

Maja Bajevic (Sarajevo, 1967) present¨® el a?o pasado en el Palacio de Cristal, del Retiro madrile?o, una instalaci¨®n titulada Continuar¨¢, en la que un pedestal vac¨ªo reclamaba estatuas vivas, un monumento al h¨¦roe an¨®nimo. Junto a ella, 140 esl¨®ganes pol¨ªticos que, fuera de su contexto, pod¨ªan ser utilizables indistintamente. El croata David Maljkovic (Rijeka, 1973) ha expuesto en varias ocasiones en Espa?a (galer¨ªa Nogueras Blanchard y Museo Reina Sof¨ªa), adem¨¢s de obtener el premio Arco 2009. Desde 2006 desarrolla un proyecto titulado Lost memories from these days a trav¨¦s de varios v¨ªdeos, que exploran el pasado cultural de la antigua Yugoslavia, as¨ª como el legado del modernismo. Actualmente expone Scene, Hold, Balast, junto a la artista Lucy Skaer.

La guerra de los Balcanes admite tambi¨¦n otras visiones, como la del holand¨¦s Aernout Mik, que expone en el CA2M, de Madrid. Uno de sus v¨ªdeos, titulado Raw footage, recupera metraje no utilizado en reportajes de diversas agencias de noticias durante los a?os 90 en Bosnia. Son escenas de la vida cotidiana: ni?os jugando a ser solados, reparto de comida, deporte entre los escombros, arrestos. Escenas nunca emitidas en favor de los momentos de acci¨®n b¨¦lica, descartes de la vida y del imaginario visual

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