Maruja Torres viaja a Egipto en busca de Agatha Christie
La periodista y escritora sigue su romance con el g¨¦nero policiaco Esta vez la detective Diana Dial se enfrenta a un crimen en el Nilo Sin entra?as transcurre en un crucero en el Nilo
Maruja Torres ajust¨® cuentas con L¨ªbano en su primera novela policiaca, F¨¢cil de matar, en la que homenajea a El cartero siempre llama dos veces, de James M. Cain. La segunda, Sin entra?as (Planeta), que present¨® en El Cairo, es todo un homenaje a Agatha Christie y una reivindicaci¨®n ¡°de la sufrida clase media egipcia¡±, que impuls¨® la revuelta de la plaza de Tahrir en El Cairo.
La escritora y columnista sigue los pasos de Muerte en el Nilo, de Agatha Christie, tanto que incluso incluye un dramatis personae como sol¨ªa hacer la autora brit¨¢nica. Maruja Torres (Barcelona, 1943) hizo un crucero en el barco de vapor S. S. Sudan, donde se rod¨® la ¨²ltima versi¨®n de Muerte en el Nilo, protagonizada, en el papel de Hercules Poirot, por David Suchet. ¡°Quer¨ªa empaparme del ambiente y la decoraci¨®n, pero lo he bautizado como el Karnak, el crucero que aparece en la novela de Christie y que va de Asu¨¢n a Luxor¡±.
¡°Es un barco lleno de canallas¡±. Quince sospechosos de asesinato. Solo que aqu¨ª no es Poirot quien soluciona el caso sino Diana Dial, la investigadora amateur de Torres. La v¨ªctima, Oriol Laclau, una especie de cruce entre un conocido coleccionista catal¨¢n de arte egipcio y patrocinador de excavaciones arqueol¨®gicas en Egipto y un no menos popular directivo del Bar?a, muri¨® en extra?as circunstancias en un crucero el a?o anterior. La viuda, postrada en una silla de ruedas, y la hermana del pr¨®cer organizan un nuevo crucero con los mismos invitados para averiguar qui¨¦n es el culpable.
¡°He recreado una Agatha Christie anticolonial. Intento retratar un mundo en extinci¨®n en el que los occidentales creen que pueden hacer lo que quieran. Detesto el cinismo occidental. Eso s¨ª, he situado la novela antes de la ca¨ªda de Mubarak, porque no lo he vivido¡±.
El libro reivindica a la clase media que impuls¨® la revuelta de Tahrir
Torres hab¨ªa estado en Egipto antes por cuestiones profesionales, pero se ¡°enganch¨®¡± cuando viaj¨®, en diciembre de 2005, con un grupo de amigos para esparcir las cenizas de Terenci Moix en Alejandr¨ªa. ¡°Los dem¨¢s regresaron y yo me qued¨¦ y me apasion¨¦. He visto aumentar la pobreza y una clase media cada vez m¨¢s depauperada. Un profesor de la Universidad de El Cairo cobra menos de 200 euros al mes. Y hay mucha gente muy digna que lucha para que sus hijos tengan un futuro mejor¡±.
Pone como ejemplo a Ismail Abd el-Mansuri, que aparece como un estudiante de Filolog¨ªa hisp¨¢nica que trabaja como gu¨ªa tur¨ªstico en el crucero, y est¨¢ inspirado en un caso real. ¡°Sus padres han hecho todo lo posible para que salga adelante. Est¨¢ haciendo su tesis doctoral sobre Terenci Moix¡±, a quien tambi¨¦n homenajea en Sin entra?as. ¡°?Me sabe tan mal no haber viajado con ¨¦l a Egipto!¡±.
Dos extra?as hermanas; un arque¨®logo egipcio, fact¨®tum de Mubarak en materia de antig¨¹edades; su joven novia; un m¨¦dico sumiso; una vieja gloria de la canci¨®n egipcia; un extra?o bi¨®grafo de Laclau son algunos de los sospechosos. Como en las novelas de Agatha Christie, hay suspense, aventura, paisajes maravillosos y un poco de amor. En la presentaci¨®n de Sin entra?as en El Cairo, Torres sigui¨® tambi¨¦n los pasos de la escritora inglesa: las pir¨¢mides de Giza, la Esfinge, el hotel Oberoi¡ en un recorrido fren¨¦tico en el que actu¨® como perfecta cicerona. Torres recupera en esta novela al equipo de Diana Dial que ya apareci¨® en F¨¢cil de matar, como el polic¨ªa liban¨¦s Fattush, que se toma unas vacaciones para acompa?ar a la detective. ?l y Diana son cada vez m¨¢s amigos. ¡°Solo buenos amigos, aunque puede haber malos pensamientos. Ya sabemos que en la vida real el sexo lo fastidia todo¡±. Y Joy, la antigua asistenta filipina de Dial, ahora casada con un egipcio que la obliga a llevar velo. Joy, inspirada tambi¨¦n en un personaje real, ¡°lo est¨¢ pasando muy mal¡±. ¡°Se mata a trabajar para reunir dinero y recuperar a su hija que se la ha quedado el marido¡±. ¡°Escribo para mejorar la vida que es muy jodida, aunque sea en la ficci¨®n¡±.
Dial est¨¢ convencida de que dejar¨¢ de cobrar la generosa pensi¨®n que le pasa su exmarido. Ahora solo acepta los casos que le apetece, no cobra y su ¨²nico objetivo es que se haga justicia. ¡°Cada vez es m¨¢s dif¨ªcil creer en ella, sobre todo despu¨¦s de los de Garz¨®n. S¨¦ que tengo que confiar en la justicia porque soy dem¨®crata pero no puedo evitar tener reparos¡±.
La pr¨®xima novela de Diana Dial se desarrollar¨¢ en Roma. ¡°Un efebo aparece muerto y en pelotas en un edificio de la plaza Navona que pertenece a la Obra P¨ªa. Y hasta aqu¨ª puedo contar¡±.
?Cu¨¢ndo trabajar¨¢ Diana Dial en Espa?a? ¡°Uff, casos como el de Camps y todas esas corruptelas¡ ?Qu¨¦ pereza! Eso s¨ª, quiero que todos mis malos sean espa?oles¡±.
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