En pos de la diferencia

?Es la burgues¨ªa un mal que todo lo pudre? ?Qu¨¦ nos hace diferente al resto? ?La humanidad diluye las idiosincrasias? Richard Yates hizo una demoledora disecci¨®n de ese problema con su primera novela, Revolutionary road (1961), en la que una joven pareja, April y Frank, que vive en los suburbios de Connecticut intenta escapar al aburrimiento que le rodea. Tratando de huir, April convence a Frank de mudarse a Par¨ªs, donde ella trabajar¨ªa para sustentar a la familia mientras ¨¦l decide que hacer de su vida. El plan del viaje a Francia soluciona en parte los problemas maritales. Porque con esa nueva vida, ser¨ªan diferentes, su talento eclosionar¨ªa, la bohemia triunfar¨ªa en sus almas. Claro que April se esfuerza por concretar el plan, pero Frank no parece tan entusiasmado: los hijos, una amante¡­ lastres que tiran de Frank. Cuando ella descubre que est¨¢ embarazada por tercera vez, el plan tiene que ser cancelado. Y Frank, que es feliz con su trabajo de oficinista, respira aliviado. Por poco tiempo.

Yates, aunque sigui¨® escribiendo (hasta discursos para Robert F. Kennedy), nunca alcanz¨® la profundidad emocional y la disecci¨®n moral de Revolutionary road, y solo tras su muerte en 1992 otros creadores vindicaron su obra. Y su ruido medi¨¢tico no hubiera llegado m¨¢s all¨¢ hasta que San Mendes estren¨® en 2008 la adaptaci¨®n de la novela, que supuso la reuni¨®n de la pareja de Titanic, Leonardo DiCaprio y Kate Winslet (tambi¨¦n aparece Kathy Bates, otro miembro del reparto cameroniano; el primer trabajo de Winslet con el que entonces era su pareja, Mendes; y la confirmaci¨®n del talento de Michael Shannon, que alcanz¨® una candidatura al Oscar.

Revolutionary road es fr¨ªa, fr¨ªa porque lo pide la historia, fr¨ªa como la sombra que acongoja a la pareja, fr¨ªa como el bistur¨ª que Yates, y en el cine Mendes, usa para diseccionar. El talento del brit¨¢nico ¨Chabr¨¢ que ver c¨®mo supera el reto de dirigir un bond en Skyfall- parece no conocer l¨ªmites y todo lo molesta, turbia y desgraciada que es su pel¨ªcula se debe ¨²nica y exclusivamente a su respetuosa reconstrucci¨®n de la atm¨®sfera de la novela. Por desgracia, en el cine Revolutionary road no tuvo la suerte que merec¨ªa. Ha llegado el momento de resucitar su dolor.