Mytek: el King Kong mec¨¢nico
"Cierro los ojos y le veo sacudiendo un autob¨²s o electrocut¨¢ndose al agarrar la monta?a rusa convertida en una trampa..."
Hay vi?etas que permanecen imborrables en nuestra memoria, con toda la fuerza primigenia del d¨ªa que nos fueron reveladas en aquel ¨¦xtasis extraordinario de las primeras lecturas. Cierro los ojos y veo a Mytek, ¡°el poderoso¡±, sacudiendo un autob¨²s del que cae gente como confeti, lo vuelvo a ver electrocutarse al agarrar la monta?a rusa convertida en una gigantesca trampa, desvanecido por la falta de energ¨ªa con las trampillas de la espalda abiertas para recargar sus bater¨ªas al sol, y abri¨¦ndose una portezuela en el pecho para mostrar a los rehenes aterrorizados encarcelados tras unas rejas.
Mytek, personaje de aquellos a?os sesenta y principios de los setenta en que le¨ªamos en los vol¨²menes de ediciones V¨¦rtice las aventuras de Zarpa de Acero (un punto cibern¨¦tico si bien se piensa) o de Kelly Ojo M¨¢gico, era un gorila gigante, un trasunto de King Kong, pero, y he aqu¨ª su singular naturaleza, ?era artificial!, un enorme robot en realidad que se controlaba desde una cabina en la cabeza a la que se acced¨ªa por una compuerta en la sien: alucinante.
Mytek es uno (para m¨ª el) gran robot del comic, un g¨¦nero en el que no puedo dejar de mencionar tambi¨¦n a los maravillosos robots de mantenimiento de El sat¨¦lite de los Skorpi, una de mis aventuras favoritas del Flash Gordon de Dan Barry. A Mytek se le sol¨ªa ver la superficie met¨¢lica bajo los desgarros en su piel de mono cuando le alcanzaban proyectiles o le zarandeaban otros monstruos.
Parte de la gracia de Mytek, creado originalmente en 1964 por el guinista Ton Tully en las p¨¢ginas del semanario brit¨¢nico Valiant y dibujado por Eric Bradbury (he ah¨ª un apellido para la fantas¨ªa) y luego por Bill Lacey, resid¨ªa en que pese a ser un ingenio mec¨¢nico a veces adoptaba comportamientos instintivos (feroces, curiosos o tiernos) de una gran bestia.
Lo hab¨ªa inventado en la ficci¨®n el profesor Arnold Boyce para atemperar a una tribu guerrera africana, los energ¨²menos akari, que idolatraban la estatua de un gorila (Mytek) representaci¨®n de fuerza y salvajismo. La peregrina idea del sabio era que los ind¨ªgenas obedecieran al robot crey¨¦ndolo su dios y abandonaran sus belicosas tendencias. Desgraciadamente, se hac¨ªa con el control del poderoso Mytek el villano y contrahecho asistente del cient¨ªfico, Gogra (s¨ª, hay nombres que son una declaraci¨®n de principios), y dedicaba al gorila (y a los akari) a vengarse de la humanidad. Boyce y su amigo, el explorador y cazador Dick Manson, tras muchas peripecias recuperaban al robot, que en el interin adquir¨ªa conciencia propia e iba a la suya independientemente de las palancas de control. Pero Gogra no cejaba y constru¨ªa sus propios robots gigantes para enfrentarse a Mytek en episodios siguientes. Eran Tir¨®n el Invencible y Gogriat, una copia del propio Gogra a gran escala a la que el malo animaba inicialmente por trozos, lo que daba pie a im¨¢genes pesadillescas (?aquella mano andante!). En fin, nada que nuestro poderoso y a?orado Mytek no pudiera resolver: ?Huuur!
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.