Un sainete desafinado en torno a un violonchelo Stradivarius
La rotura de un instrumento de 1694 pone en apuros a Patrimonio Nacional
Los procedimientos para cuidar este tipo de piezas son siempre extremadamente cuidadosos. En todo momento hay alguien sujet¨¢ndolo o pendiente de cualquiera de los movimientos a los que se someta a la obra de arte. Pese a todas estas precauciones, un violonchelo Stradivarius de incalculable valor y propiedad de Patrimonio Nacional se rompi¨® el pasado 13 de abril en el Palacio Real mientras estaba siendo manipulado por los conservadores de la entidad p¨²blica. Un accidente ¡°lamentable¡±, seg¨²n fuentes de la instituci¨®n, que no hab¨ªa sucedido nunca en toda su historia.
Una pieza as¨ª ¡ªfabricada en 1694¡ª es ¨²nica e irremplazable, as¨ª que es muy dif¨ªcil calcular su valor. Pero un instrumento de caracter¨ªsticas parecidas (solo quedan unos 60 violonchelos Stradivarius en el mundo), construido en 1717 y propiedad de Amaryllis Fleming (medio hermana de Ian Fleming) se subast¨® en 2008 por algo m¨¢s de dos millones de euros. Pero eso son pujas p¨²blicas, en las privadas se habla de precios algo superiores. Adem¨¢s, el chelo espa?ol es una pieza mucho m¨¢s singular. Los violines del mismo fabricante s¨ª pueden alcanzar cifras que rondan los 15 millones de euros.
En el momento del suceso, como public¨® El Mundo, el instrumento estaba siendo fotografiado por t¨¦cnicos del organismo p¨²blico. No se sabe muy bien c¨®mo, pero alguien no repar¨® en que se balanceaba y que se iba a caer. El impacto parti¨® el v¨¢stago (el m¨¢stil del instrumento que divide la caja de la parte superior) que qued¨® separado del cuerpo.
En realidad, han precisado fuentes de Patrimonio, la parte rota era un a?adido que se incorpor¨® en el siglo XIX y que se hizo en su momento por cuestiones de gustos sonoros de la ¨¦poca. Por eso, Patrimonio considera, sin restar gravedad al asunto, que la desgracia tiene un arreglo relativamente f¨¢cil.
El coste de la reparaci¨®n, obviamente, correr¨¢ a cargo de las arcas p¨²blicas. Este tipo de piezas de un valor tan alto no est¨¢n aseguradas porque cuentan con el respaldo de la garant¨ªa del Estado.
El violonchelo forma parte de una familia de cuatro instrumentos de cuerda (dos violines, una viola y un violonchelo) que el rey Felipe V encarg¨® al legendario lutier. Al parecer, el monarca se encontraba de viaje por Italia en 1693 y encarg¨® a Antonio Stradivari los cuatro instrumentos para llev¨¢rselos a Espa?a. Pero nunca recogi¨® aquel pedido y fue su hijo Carlos III quien mand¨® a un emisario a por ellos algo m¨¢s tarde.
A esta familia de instrumentos de cuerda, propiedad del Estado, hay que sumar un quinto violonchelo (este sin los bonitos ornamentos de los otros cuatro). Al menos una vez al mes se organizan conciertos en el Palacio Real, pero en muy pocas ocasiones se sacan fuera del recinto y casi nunca de Madrid. Precisamente para evitar accidentes como el de hace un mes.
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