Rohmer de multisalas
El director Emmanuel Mouret logra, a veces, una afortunada concisi¨®n po¨¦tica pero no consigue que su tono se imponga sobre las convenciones de un vodevil minimalista
Al actor y director Emmanuel Mouret nada le har¨ªa m¨¢s feliz que obtener el t¨ªtulo de digno heredero de Eric Rohmer con este particular Ars amandi para los tiempos de la microficci¨®n. La pel¨ªcula confirma que en Mouret hay, en efecto, una versi¨®n de Rohmer, pero quiz¨¢ no la que ¨¦l desear¨ªa: un Rohmer de multisalas, capaz de poner algunos rostros familiares del nuevo cine franc¨¦s al servicio de esa monserga cultural que se empe?a en proponer que todo franc¨¦s es, esencialmente, una versi¨®n reci¨¦n duchada de Pepe La Peste, la untuosa mofeta rom¨¢ntica de los dibujos animados de la Warner. O sea, alguien nacido por y para el amor en un universo sin aparentes tensiones sociales, ni atisbos de la ca¨ªda del sistema. En este universo de postal, capaz de hacer salivar a una oficina de turismo empe?ada en desempolvar la vieja idea de Par¨ªs como Ciudad del Amor (concepto, sin duda, con mayor sex-appeal que, por ejemplo, el de Par¨ªs, olla a presi¨®n multicultural o Par¨ªs, la de los suburbios incendiados), la cuesti¨®n de g¨¦nero tambi¨¦n toma un curioso atajo: ellas parecen a punto de protagonizar la ¨²ltima palabra en anuncios de perfume y, en el modus operandi de sus relaciones con el sexo opuesto, combinan el inevitable calientabraguetismo con un pudor ideal para alimentar la narrativa sobre la sempiterna guerra de sexos en sus registros m¨¢s t¨®picos.
El arte de amar
Direcci¨®n: Emmanuel Mouret.
Int¨¦rpretes: Fran?ois Cluzet, Ariane Ascaride, Emmanuel Mouret, Julie Depardieu, Pascale Arbillot, Judith Godr¨¨che.
G¨¦nero: Comedia. Francia, 2011.
Duraci¨®n: 85 minutos.
A estas alturas de la cr¨ªtica, el lector ya tendr¨¢ suficientemente claro que El arte de amar no despierta las simpat¨ªas del rese?ista. Conviene, pues, hablar tambi¨¦n de las virtudes de este sexto largometraje como director de Mouret, que ordena su naturaleza fragmentaria con r¨®tulos que parecen detectar en los proverbios rohmerianos su idea plat¨®nica: la pel¨ªcula se abre con una de sus mejores piezas, que logra una afortunada concisi¨®n po¨¦tica pero no consigue que su tono se imponga sobre un conjunto que, en ocasiones, se rinde a las convenciones de un vodevil minimalista. La historia de ese m¨²sico empe?ado en detectar y aislar la melod¨ªa del amor tiene un potencial enigm¨¢tico que solo reaparece en la historia de esa chica, sumida en un a?o de abstinencia, que sue?a ver cumplida la generosa oferta de sexo sin culpa con su novio que le propone su mejor amiga.
En otros casos, como la historia atomizada que protagoniza Fran?ois Cluzet, basta con que el espectador sustituya mentalmente al actor de Intocable por Arturo Fern¨¢ndez o Pedro Osinaga para reparar con qu¨¦ tipo de material se est¨¢n manteniendo alarmantes relaciones de proximidad. Con sus historias entrecruzadas, Mouret construye un juguete ligero y eficaz, pero tambi¨¦n rotundamente irritante en sus vaivenes entre la ocasional sutileza y el lugar com¨²n.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.