Meritorio Joselillo
No fue la suya una faena lucida por la corta embestida de su oponente, pero s¨ª emocionante
Joselillo se jug¨® los muslos y a punto estuvo de que los astifinos pitones del tercero se los llevara prendidos. Comenz¨® el torero la faena de muleta de rodillas en el centro del ruedo, y el toro se vino como una fiera en l¨ªnea recta, de modo que el diestro sinti¨® el calor del roce en las taleguillas. Y el alborotado p¨²blico pamplonica dej¨® de cantar y beber y prest¨® atenci¨®n a lo que suced¨ªa en el ruedo. Es lo que suele ocurrir cuando un h¨¦roe se hace presente, decide poner su vida sobre el tapete y busca el triunfo con la disposici¨®n y la valent¨ªa que lo hizo Joselillo.
No fue la suya una faena lucida por la corta embestida de su oponente, pero s¨ª pre?ada de emoci¨®n porque el torero vino a esta feria dispuesto a salir por la puerta grande. Y eso, amigo, se nota, se transmite y se siente en las gradas. Por eso, los mozos callaron, dejaron las copas a un lado y se aprestaron a admirar a un torero valiente. Se tir¨® a matar de verdad y le concedieron una de esas orejas que no es el fruto a una labor templada y artista, pero s¨ª a una actitud merit¨ªsima.
Lleg¨® Joselillo al sexto con la idea firme de salir a hombros, pero se encontr¨® con un impedimento infranqueable: un marrajo, manso, deslucido, que no ten¨ªa un pase. Arriesg¨® por ambas manos y se empe?¨® en torear, pero un toro peligroso, correoso y muy deslucido le impidi¨® que cumpliera su sue?o. Al final, mat¨® mal, se eterniz¨® con el descabello y su labor qued¨® un poco desva¨ªda. Pero no ser¨ªa justo el olvido para quien vino a la feria a demostrar la materia de la que est¨¢n fabricados los h¨¦roes.
Toros de Dolores Aguirre, bien presentados, astifinos, mansos, desfondados, sosos y sin clase.
Antonio Ferrera: dos pinchazos y cuatro descabellos (silencio); pinchazo hondo, dos descabellos, sartenazo y dos descabellos (silencio).
Eduardo Gallo: media ca¨ªda (silencio); bajonazo (silencio).
Joselillo: estocada (oreja); estocada que asoma, estocada, siete descabellos y el toro se echa (silencio).
Plaza de Pamplona. 7 de julio. Primera corrida de feria. Lleno.
Y todo eso ocurri¨® en el transcurso de una corrida de Dolores Aguirre dura, deslucida, mansa, descastada, brusca, sosa y muy desclasada. Adem¨¢s, hizo viento, mucho viento, amenaz¨® la tormenta, y la ilusi¨®n de la primera corrida qued¨® hecha a?icos.
Abri¨® plaza Antonio Ferrera, que se encontr¨® con un lote infumable, aunque a decir verdad tampoco ¨¦l pareci¨® encontrarse en un momento dulce. Se muri¨® en vida su primero; se desvaneci¨® en plena faena de muleta entre la sorpresa general y se acab¨® el animal. Y sos¨ªsimo fue el comportamiento del cuarto. Pero dicho queda que el torero no se mostr¨® seguro y firme. Banderille¨® a su lote siempre a toro pasado, y mulete¨® con precauciones y muy despegado.
Y quedaba el inter¨¦s por ver a un torero resucitado, que dej¨® buen sabor en San Isidro, y se presenta como una novedad interesante. Eduardo Gallo se llama. Se le ve ilusionado y seguro. No tuvo toros de triunfo, rob¨® algunos muletazos estimables al quinto ¡ªtres naturales tuvieron hondura¡ª, pero qued¨®, quiz¨¢, la sensaci¨®n de que pudo hacer m¨¢s ante su primero, un borrego descastado ante el que se dej¨® enganchar en demas¨ªa la muleta, y ante su segundo antes que se rajara definitivamente y huyera campo a trav¨¦s por el ruedo.
Quede claro, no obstante, que el fracaso fue, sobre todo, ganadero. Lucieron los toros estampa, trap¨ªo y perchas, pero escase¨® la sangre brava, la casta y la clase. Y la decepci¨®n fue mayor porque, ayer, la plaza de Pamplona cumpl¨ªa 90 a?os y luc¨ªa espl¨¦ndida con esas columnas que pertenecieron a la plaza Monumental de Sevilla, ideada por Joselito el Gallo.
Canal + ofrece todas las corridas en Canal Feria de San Ferm¨ªn (dial 114)
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