Bienvenidos a la org¨ªa de colores de Carlo Scarpa
La Fundaci¨®n Cini de Venecia re¨²ne 300 piezas ¨²nicas de cristal, dibujos, bocetos originales, fotos y dos documentales del arquitecto
Hombre de pocas palabras. T¨ªmido y testarudo. Un volc¨¢n de ideas con mucho don de gente. El gran arquitecto veneciano, Carlo Scarpa (Venecia, 1906 ¨C Jap¨®n, 1978) logr¨® entrar en el cerrad¨ªsimo mundo de los maestros del vidrio de la isla de Murano. De ellos se hizo compa?ero, conoci¨® sus secretos para aplicarlos al dise?o del cristal, y c¨®mo no, a la arquitectura.
Eso es lo que puede verse en un antiguo monasterio benedictino, actual sede de la Fundaci¨®n Giorgio Cini, que expone hasta el 29 de noviembre, Carlo Scarpa, Venini 1932-1947. Por primera vez han sido reunidas 300 piezas de vidrio, todas de gran valor hist¨®rico y econ¨®mico. Algunas cuestan m¨¢s de 100.000 euros.
La pasi¨®n de Scarpa por el vidrio comienza cuando era estudiante de arquitectura. ¡°Era una persona curiosa, pasaba noches enteras en los hornos. En cualquier cosa que hiciera deb¨ªa entender la materia hasta llegar a la composici¨®n qu¨ªmica. Para trabajar con el vidrio es necesario saber c¨®mo reacciona la materia, seg¨²n la forma que se quiera dar al objeto y seg¨²n los colores utilizados. Scarpa era un verdadero alquimista¡±, explica a EL PA?S el comisario, Marino Barovier, descendiente de una familia, que desde 1.400 crea objetos en Murano. Ha sido adem¨¢s, comisario de anteriores exposiciones de Scarpa, el ¡°mago de la arquitectura, que consideraba el oficio una poes¨ªa¡±.
Barovier ha reunido una treintena de t¨¦cnicas empleadas por Scarpa. Se diferencian entre ellas por la t¨¦cnica de ejecuci¨®n, as¨ª como por el ¡°tejido¡± de vidrio obtenido. El material expuesto re¨²ne piezas ¨²nicas, dibujos, bocetos originales, fotos y dos deliciosos documentales. El primero de ellos (Carlo Scarpa y sus posibilidades infinitas, 1984) narra en 15 minutos las noches de trabajo en la vidriera del maestro Luigi Nono. El segundo (Carlo Scarpa fuera del para¨ªso, 2012) recoge una serie de testimonios de sus disc¨ªpulos. Merece la pena pasar delante de la pantalla 60 minutos para conocer mejor el universo de Scarpa. Se proyecta dos veces al d¨ªa.
Organizado de forma cronol¨®gica, el viaje a trav¨¦s del mundo alquimista de Scarpa arranca con preciosos ejemplos del uso de la t¨¦cnica de burbujas, que no es otra cosa, que el empleo de nitrato de potasio en la masa de arena b¨¢sica para dar vida a una pieza de cristal. La experimentaci¨®n de Scarpa conquist¨® la cr¨ªtica en las ediciones de la Bienal de 1934 y 1936. ¡°Fue m¨¢s all¨¢ de la decoraci¨®n. Los materiales que desarroll¨® cambiaron forma y uso. Dejaron de ser s¨®lo objetos decorativos, y desde el punto de vista arquitect¨®nico, representan nuevas funciones¡±, comenta Barovier. M¨¢s adelante, en 1940 reinventa la antigua t¨¦cnica de las murrine romas, una especie de mosaico de vidrio. Las creaciones rectangulares de Scarpa son una org¨ªa de colores. ¡°Esta es una excusa para reflexionar sobre la importancia del dise?o en la obra de Scarpa. El per¨ªodo muran¨¦s representa un cap¨ªtulo importante en su vocaci¨®n experimental y artesana. Un modo de confrontar el trabajo del Scarpa-dise?ador y el Scapra-arquitecto¡±, contin¨²a.
Da la impresi¨®n de que Barovier ama todo lo relacionado con este arte, seg¨²n ¨¦l, hoy en crisis. ¡°Si uno pasea por Murano, encuentra muchas tiendas que venden productos rigurosamente hechos en China. Hay apenas 60 maestros y pocos j¨®venes deseosos de aprender el oficio¡±. Mientras pronucia lo anterior, se?ala una enorme foto de 1936. En primer plano, un vidriero en plena faena, y fuera de foco, otros seis operarios, casi ni?os, observan atentos. Junto a ellos, Scarpa.
La muestra de Scarpa coincide con la inauguraci¨®n de un nuevo centro expositivo, La salas del vidrio, as¨ª bautizadas por Pasquale Galiardi, director general de la Fundaci¨®n Cini. El espacio ha sido transformado en un acogedor sitio por Annabelle Selldorf. El edificio, de 650 metros cuadrados se encuentra en la parte oeste de la Isla de San Giorgio Mayor. En este sector de la peque?a isla, durante siglos, los monjes benedictinos dedicaron parte de la jornada a cultivar la tierra. ¡°Los benedictinos ten¨ªan un lema: ora y trabaja. La idea es que vengan muchos artistas a exponer, experimentar y por qu¨¦ no, m¨¢s adelante, crear un horno¡±, zanja Galiardi.
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