Guerra abierta en Francia por Camus
Las luchas entre intelectuales, instituciones y partidos ponen en riesgo la exposici¨®n por el centenario del nacimiento del autor de ¡®El extranjero¡¯
Francia lleva tres a?os hablando del A?o Albert Camus. En noviembre de 2013 se cumplen 100 a?os del nacimiento del autor de La Peste y premio Nobel de Literatura en 1957, y Aix en Provence (la ciudad donde est¨¢ depositado el legado) decidi¨® en 2009 conmemorarlo con una gran exposici¨®n. Pero tras innumerables problemas y pol¨¦micas, todo est¨¢ en el aire. El 15 de octubre, la asociaci¨®n Marsella-Provenza 2013, que coordina la capitalidad cultural europea, decidir¨¢ si finalmente se hace la muestra o no. Tras ser anulada y progamada varias veces, la exposici¨®n no tiene comisario y el centenario parece secuestrado por una turbamulta de egos, enemistades, nostalgias y politiqueo provinciano. El primer comisario, Benjamin Stora, historiador de la Argelia colonial, fue despedido hace unos meses. Su sustituto, el fil¨®sofo y viudo oficial, Michel Onfray, ha dimitido ahora mandando una explosiva carta a Le Monde en la que afirma que el centenario es ¡°un burdel y un nido de locos¡±.
La historia es un vodevil de provincias, indigno de la talla cultural del pa¨ªs y de la calidad, la memoria y la obra del fil¨®sofo, novelista, periodista, dramaturgo y humanista nacido en Mondovi (Argelia) el 7 de noviembre de 1913 y fallecido en Villeblevin, Francia, el 4 de enero de 1960.
Una de las grandes estrellas del sainete es la alcaldesa de Aix en Provence, Maryse Joissains-Masini, una especie de trasunto femenino del estent¨®reo Jes¨²s Gil y Gil, que acude a trabajar a su despacho con su caniche, presume de ser amiga de Nicolas Sarkozy, y aunque milita en el centroderecha dice simpatizar con las ideas del Frente Nacional.
El 14 de septiembre, en un reportaje de Le Monde, la alcaldesa admit¨ªa haber le¨ªdo de Camus ¡°lo que se estudiaba en el colegio¡± (El extranjero y La peste), pero aseguraba que la exposici¨®n se har¨ªa finalmente en Aix y que el comisario ser¨ªa sin duda su candidato, Michel Onfray, autor de L¡¯Ordre libertaire. La vie philosophique d¡¯Albert Camus (Flammarion), un libro que a juicio de algunos cr¨ªticos demuestra que el talento filos¨®fico y el esp¨ªritu libertario de Camus le sit¨²an muy por encima de su rival intelectual Jean-Paul Sartre.
Curiosamente, ha sido la presi¨®n de una asociaci¨®n de exprisioneros de la Argelia Francesa, partidarios de la OAS (la extrema derecha colonialista) una de las mejores aliadas de Onfray, ya que los expatriados siempre consideraron ¡°una aberraci¨®n¡± el nombramiento de Benjamin Stora, al que acusan de ser un ¡°jud¨ªo que sostiene las tesis del Frente de Liberaci¨®n Nacional argelino¡±.
En la historia tiene mucho peso el tir¨®n electoral de la comunidad pied-noir ¡ªlos franceses repatriados de Argelia tras la independencia¡ª, que suma unas 130.000 personas solo en el municipio de Aix en Provence y acobarda a los pol¨ªticos locales. Aunque en teor¨ªa Stora fue elegido con la anuencia de Catherine Camus, la ¨²nica hija y due?a del legado del escritor, el Comit¨¦ de Marsella-Provence 2013 no dud¨® en despedir en mayo al historiador, sin dar explicaciones.
La ministra, Aur¨¦lie Filipetti, tom¨® cartas en el asunto en agosto al desaprobar el despido de Benjamin Stora, y amenaz¨® con retirar el logotipo y la subvenci¨®n. Michel Onfray replic¨®, ironizando, que le extra?aba que la ayuda estatal ¡°no fuera para el proyecto Camus sino para su comisario¡±. La alcaldesa de Aix apoy¨® al fil¨®sofo declarando que si Cultura apartaba a Onfray de la exposici¨®n ser¨ªa ¡°un acto de censura digna de los reg¨ªmenes sovi¨¦ticos¡±.
No hizo falta, porque un d¨ªa m¨¢s tarde, el fil¨®sofo, que a¨²n no hab¨ªa sido nombrado oficialmente, escrib¨ªa su propio epitafio en una carta a Le Monde en la que afirmaba que ¡°en Francia, el ambiente de la cultura es de guerra civil¡±, y denunciaba que ¡°todo lo que odiaba Camus¡± hab¨ªa vuelto ¡°como un bumer¨¢n¡± con motivo del aniversario: ¡°Los egos sobredimensionados, las perrer¨ªas de la pol¨ªtica politiquera, las patolog¨ªas mentales, las intrigas de palacio, el compadreo de antiguos luchadores de izquierda reconvertidos al oportunismo socialdem¨®crata, la morgue de la impotencia universitaria, la ?o?er¨ªa de una ministra que confunde el uso p¨²blico del dinero con el castigo ideol¨®gico, la abulia de las instituciones culturales, el doble lenguaje de unos, la esquizofrenia de otros, el periodismo de Par¨ªs¡¡±.
En plena bronca de todos contra todos, la ¨²nica heredera real, Catherine Camus, ha criticado a Onfray por no tener la correcci¨®n de advertirle que renunciaba al puesto y le ha acusado de no haber aprendido lo que su padre le ense?¨®: lealtad y mesura. A vuelta de correo, Benjamin Stora tambi¨¦n respondi¨® a las invectivas de Onfray: ¡°Acusa a todo el mundo, olvidando la ¨²nica cosa real: mi despido, que marc¨® el inicio de todo este asunto. Durante tres a?os hemos trabajado y no ha habido la menor pol¨¦mica. Ese es el ¨²nico hecho tangible¡±.
El final de su carta suena bastante sensato, dentro de la locura colectiva: ¡°El gran perdedor de esta historia es Albert Camus¡±.
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