Nueva York, im¨¢n de poetas
El ensayista Julio Neira rastrea la presencia de la ciudad en distintos autores nacionales
Con unos versos sobre las aves que, confundidas por la luz, chocaban contra Estatua de la Libertad en 1895, el ingeniero, abogado y escritor catal¨¢n Melchor de Palau inaugur¨® una peculiar tradici¨®n tem¨¢tica en la poes¨ªa espa?ola. Desde entonces, sobrevolando categor¨ªas generacionales y est¨¦ticas, m¨¢s de 200 poetas espa?oles han tratado el brillo y las sombras de esa ciudad.
En Geometr¨ªa y angustia. Poetas espa?oles en Nueva York (Fundaci¨®n Jos¨¦ Manuel Lara) e Historia po¨¦tica de Nueva York en la Espa?a Contempor¨¢nea (C¨¢tedra) Julio Neira rastrea esta presencia a trav¨¦s de un recorrido cronol¨®gico que abarca hasta el 2011. ¡°Es una constante a lo largo de todo el siglo. El tratamiento es tanto positivo, resaltando la libertad y el crisol de culturas, como negativo, en denuncia de un sistema que no tiene en cuenta a los m¨¢s desfavorecidos. Tambi¨¦n se da la mirada simult¨¢nea¡±, explicaba el profesor Neira durante la presentaci¨®n de su ensayo en octubre en el Instituto Cervantes de Nueva York. ¡°Pero esto no es un caso cerrado, en los primeros 12 a?os del siglo XXI el n¨²mero de poetas que han tratado la ciudad es igual al de quienes lo abordaron a lo largo de todo el siglo XX. Ha pasado de ser una novedad a ser un cl¨¢sico¡±. Aunque ha excluido a poetas latinoamericanos, Neira incluye a autores, como Cristina Peri Rossi o Andr¨¦s Neuman, que a pesar de haber nacido en otros pa¨ªses, est¨¢n afincados en Espa?a desde hace tiempo.
El complemento a este estudio lo ha presentado Neira, en compa?¨ªa de Luis Garc¨ªa Montero, en Madrid, a trav¨¦s del poemario en el cual ha recopilado casi 150 poemas de una treintena de escritores: desde Ruben Dar¨ªo y Federico Garc¨ªa Lorca, hasta Felipe Ben¨ªtez Reyes, pasando por Luis Cernuda y Juan Ram¨®n Jim¨¦nez. El volumen est¨¢ dividido en varios cap¨ªtulos que establecen una cartograf¨ªa sobre la ciudad y lo que inspira: La llegada, Geograf¨ªas, La ciudad del cheque, Culturas y Despedidas. En la presentaci¨®n del libro, Fabulosa como un leviat¨¢n, el profesor, deja claro, casi desde el comienzo, que "en la formaci¨®n de la tradici¨®n de Nueva York en nuestra poes¨ªa hubo de tener influencia decisiva el Diario de un poeta reci¨¦n casado, de Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, que en 1917 daba cuenta po¨¦tica de su viaje y estancia nupcial en esa ciudad el a?o anterior".
En el ensayo Historia po¨¦tica de Nueva York... ¡ªdefinido por su autor como un censo de textos po¨¦ticos¡ª la fijaci¨®n por la ciudad queda enmarcada dentro del cambio social del siglo XX y el nacimiento de la poes¨ªa urbana. Del fl?neur de Baudelaire se llega a la megal¨®polis moderna, met¨¢fora perfecta de la vida contempor¨¢nea y de la angustia del hombre, encarnada en la ciudad de los rascacielos. Si Walt Whitman y Hart Crane son dos referentes fundamentales en la tradici¨®n po¨¦tica americana que trataron Nueva York en sus versos, en la espa?ola destaca la influencia de tres textos clave en la poes¨ªa contempor¨¢nea que transcurren en esta ciudad, a cargo de Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, Federico Garc¨ªa Lorca y, m¨¢s adelante, Jos¨¦ Hierro.
Diario de un poeta reci¨¦n casado, un libro resultado del viaje que Juan Ram¨®n Jim¨¦nez emprende a Nueva York en 1916 para casarse con Zenobia Camprub¨ª, rompe la primera lanza y marca una nueva hoja de ruta para la poes¨ªa espa?ola. El poeta de Moguer desembarca apenas unos meses despu¨¦s de la muerte de Rub¨¦n Dar¨ªo, figura fundamental del modernismo, que hab¨ªa abandonado ¨¦sta urbe a orillas del r¨ªo Hudson poco antes, enfermo y arruinado. Dar¨ªo tambi¨¦n trat¨® Nueva York en poemas como La gran cosm¨®polis. Meditaciones de madrugada. Con Diario de un poeta reci¨¦n casado ¡ªun libro que al final de su vida reconoci¨® que era su favorito porque ¡°nunca se pone viejo¡±¡ª Juan Ram¨®n da un giro radical. ¡°Recibe sensaciones nuevas y descubre las posibilidades expresivas del verso libre y del habla coloquial. Y aunque se muestra cr¨ªtico, no recibe las im¨¢genes de Nueva York como amenaza", dice el poeta Luis Mu?oz, profesor en la Universidad de Iowa, cuyo trabajo tambi¨¦n aparece recogido en el estudio de Neira.
Jos¨¦ Moreno Villa es otro que llega a Nueva York persiguiendo el amor, pero el desenlace de su historia, registrado en verso y prosa, no es tan feliz. Alberti en Cal y Canto de 1928 habla de la ciudad a¨²n sin haberla visitado ¡ªen 1935 se exiliar¨ªa all¨ª¡ª, y un a?o despu¨¦s, en 1929, Lorca llega a Harlem. Su estancia coincide con el crack de la bolsa y el granadino ofrece una visi¨®n mucho m¨¢s descarnada, cruel y, a pesar de todo, bella de la ciudad. ¡°Nada m¨¢s po¨¦tico y terrible que la lucha de los rascacielos con el cielo que los cubre¡±, dijo en una conferencia a su vuelta Espa?a, en la que present¨® por primera vez algunos de los versos que quedar¨ªan reunidos en Poeta en Nueva York, que marca un trascendental punto de inflexi¨®n, y que la pr¨®xima primavera ser¨¢ homenajeado en el Instituto Cervantes y la New York Public Library.
La guerra forz¨® al exilio a muchos como Francisco G¨ªner de los R¨ªos. Miembros de la Generaci¨®n del 27 llegaron a las aulas de las universidades estadounidenses y Neira recoge algunas de las impresiones que tuvieron a su paso por Nueva York, como la carta de Pedro Salinas a su esposa: ¡°Se reconfirma mi impresi¨®n Marg. Oriental y violenta es Nueva York¡±. Tambi¨¦n queda recogido el trabajo de otros exiliados como Concha Zardoya, Gonzalo Sobejano o Joaqu¨ªn Casalduero que en las d¨¦cadas siguientes seguir¨ªan llegando y escribiendo sobre la ciudad. Con la llegada de la democracia, el c¨ªrculo sigue creciendo con poetas que llegan por motivos laborales como Dionisio Ca?as y otros que pasan impartiendo o recibiendo clases, como Julia Uceda. Jos¨¦ Hierro publica Cuadernos de Nueva York en 1998, e inaugura una nueva senda.
Neira destaca el peso que ejerce la cultura estadounidense en todos los planos y la apertura de Espa?a a partir de la Transici¨®n, se?alando a Luis Garc¨ªa Montero como uno de los poetas que m¨¢s ha viajado y tratado esta ciudad. De forma real o literaria, los poetas espa?oles hoy retratan con fijaci¨®n Nueva York, convertida en ¡°meta obligada de un peregrinaje art¨ªstico e intelectual, cuando no comercial de los m¨¢s j¨®venes¡±, escribe Neira. Las lecturas po¨¦ticas se suceden en universidades e instituciones; se abren nuevos di¨¢logos y perspectivas. Los atentados de las torres gemelas es el acontecimiento al que le han dedicado m¨¢s poemas en espa?ol sobre Nueva York. Luis Mu?oz encuentra la clave neoyorquina en el ritmo: ¡°La sobre-excitaci¨®n es la situaci¨®n ideal para un poeta¡±.
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