Woody Allen: as¨ª es, si as¨ª os parece
A los fans incondicionales de Woody Allen, este documental no nos cuenta demasiadas cosas acerca de ¨¦l que ya no supi¨¦ramos
En Stardust memories, una de las escasas pel¨ªculas de Woody Allen que me resultan insoportables, homenaje demasiado obsesivo a su venerada 8 1/2,este mostraba la neurosis y el hartazgo de un director de cine ante los halagos y el acoso de sus infinitos admiradores. Y est¨¢ claro que lo que deber¨ªa importarnos exclusivamente es la obra y no la personalidad del artista, pero resulta inevitable para los espectadores que consideramos el cine de este hombre como una de las mejores y m¨¢s divertidas cosas que nos han ocurrido, que tambi¨¦n queramos saber cosas de su vida, el testimonio de la gente que ha compartido su existencia o han trabajado con ¨¦l, la metodolog¨ªa para parir infatigablemente pel¨ªculas mejores o peores, pero que siempre contienen ideas, momentos, personajes y di¨¢logos genuinos, que solo pueden ocurr¨ªrsele a un cerebro tan brillante, complejo y afilado como el suyo.
WOODY ALLEN. EL DOCUMENTAL
Director: Robert Weide.
G¨¦nero: documental. EE UU, 2012.
Duraci¨®n: 113 minutos.
El documental Wild man blues hab¨ªa retratado su pasi¨®n por el jazz filmando una gira que realiz¨® con su banda en 1996. En Woody Allen. El documental el director Robert Weide se acerca con comprensible admiraci¨®n a la evoluci¨®n de un cr¨ªo de 15 a?os que enviaba 50 chistes diarios a los peri¨®dicos (cuenta gente cercana que a edad tan temprana ya se las ingeniaba para ganar m¨¢s dinero que toda su familia) hasta convertirse en uno de los directores m¨¢s extraordinarios de la historia del cine.
A los fans incondicionales de Woody Allen, este documental no nos cuenta demasiadas cosas acerca de ¨¦l que ya no supi¨¦ramos. Personalmente, lo que m¨¢s me sobra son los comentarios y las informaciones de cr¨ªticos, ex¨¦getas y bi¨®grafos, por previsibles o sabidas, pero s¨ª resulta nuevo y revelador o¨ªr los datos que nos ofrecen los actores y actrices de sus pel¨ªculas, su exnovia, musa e incondicional amiga Diane Keaton, los productores y agentes que han trabajado con ¨¦l desde el principio de su carrera estableciendo una relaci¨®n fraternal (cuenta Jack Rollins que la primera vez que le vio actuar en un escenario haciendo un mon¨®logo exclam¨®: ¡°Este chaval es m¨¢s que un c¨®mico, es una industria¡±), su hermana, su madre.
Es muy curioso ver los permanentes lugares en los que este hombre ha concebido sus prodigiosos guiones y la eterna m¨¢quina de escribir que los ha transcrito, el barrio de su amada infancia y el odiado colegio de su adolescencia. Pero todo ello lo ha retratado en sus pel¨ªculas, incluido el tormentoso final de su relaci¨®n con Mia Farrow mientras est¨¢n rodando Maridos y mujeres, cuando ella ha descubierto las fotos de su hija Soon-Yi desnuda y declara sobre Allen: ¡°No quiero ver jam¨¢s a esa persona¡±.
Allen confiesa a ra¨ªz de aquella historia que no le importaba lo que nadie pensara y opinara de ¨¦l. Asegura rotundamente: ¡°Lo ¨²nico que se interpone entre la excelencia y yo, soy yo¡±. Sorprende su ofrecimiento a United Artists de que rodar¨ªa gratis una pel¨ªcula para ellos si no estrenaban Manhattan, que no le gustaba nada. Siempre ha tenido claro que no admite ning¨²n control ajeno sobre su obra y le satisface m¨¢s fracasar en un proyecto que le gusta que triunfar en un uno que domina. Sorprende su convicci¨®n de que no tiene la capacidad de concentraci¨®n que se necesita para ser un gran artista ya que lo ¨²nico que quiere es acabar pronto el rodaje e irse a su casa a ver partidos en la tele. Tambi¨¦n se queja: ¡°Ojal¨¢ que hubiera nacido con un gran talento tr¨¢gico en vez de c¨®mico¡±. Por supuesto, muchos de sus espectadores nos alegramos de que no haya sido as¨ª. Agradecemos m¨¢s las risas que las l¨¢grimas.
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