Tragedia de familia con detective

En realidad, todas las familias infelices se parecen. Se llamen Oblonsky o Mackey. Vivan en Mosc¨² o en el Dubl¨ªn de novela negra de Tana French por el que paseamos el otro d¨ªa varios h¨²medos periodistas, cabizbajos bajo la llovizna. El itinerario promocional ¡ªtipo Bloomsday pero aqu¨ª Bloodday¡ª de la nueva novela de la autora, Faithful Place (RBA), al que ella, embarazada de seis meses, comprensiblemente no se sum¨®, incluy¨® lugares tan variopintos como la sede de Homicidios de la polic¨ªa en el castillo de la ciudad, el distrito de casas de ladrillo rojo de Liberties (el barrio central de la historia y sus cr¨ªmenes), la catedral de San Patricio o el min¨²sculo pero famoso establecimiento Burdock¡¯s en Werburgh Street ¡ªel mejor fish & chips del mundo, seg¨²n French¡ª, por el que han pasado hasta Bono, Gilbert O¡¯Sullivan y el futbolista Tony Cascarino.

Afortunadamente, el recorrido no nos llev¨® a esos otros escenarios de la novela que son el Dep¨®sito de Cad¨¢veres Municipal y la siniestra casa abandonada del n¨²mero 16 de la calle de Faithful Place, donde aparecen mordisqueados por las ratas los restos de una (ya no tan) bonita chica que desatan la acci¨®n de la historia. Una historia triste, desgarradora, de ilusiones y oportunidades perdidas, de vidas rotas, de amores y odios, de violencia, de alcoholismo, de reproches y de verg¨¹enza. Una historia que te pone al borde de las l¨¢grimas con el coraz¨®n en un pu?o. Sobre todo, pese a estar trenzada con mimbres de relato policiaco, una historia de familia. Modelo Karamazov m¨¢s que Trapp, desde luego.

Al entrevistarla en un hotel de Dubl¨ªn le pregunto a la autora ¡ªque domina la situaci¨®n con sus ojos grises y el aplomo de la actriz que (tambi¨¦n) es¡ª si se imagina lo que supone la lectura de Faithful Place para los que no hemos tenido una infancia precisamente ideal. ¡°Varias personas me lo han comentado, se reconocen en algunos aspectos y les duele. Espero que en ¨²ltima instancia el resultado sea bueno. Mi propia infancia fue muy feliz y me hace sentir un poco atrevida haber escrito un libro as¨ª, espero ser justa. Las familias... oh, s¨ª, soy consciente de lo afortunada que he sido. Lo que me interesaba era mostrar cu¨¢nto te afecta tu ni?ez, c¨®mo define la manera en que ves el mundo y el c¨®mo te ves a ti mismo. Frank, el protagonista, el detective, se ha obstinado toda la vida en no ser como su terrible padre, pero da igual: ese no querer ser as¨ª es precisamente lo que le condiciona y le define. Solo al volver despu¨¦s de tantos a?os a enfrentarse a la familia empieza a liberarse de ella, regresar al n¨²cleo de su conflicto es precisamente su salvaci¨®n¡±. Para no haberlo vivido, parece saber muy bien de lo que habla. ¡°Me importaba mucho no caer en el clich¨¦, que todo sonara verdadero. En ese sentido trabajo en la literatura como en el escenario, soy escritora como soy actriz: empatizo con otras vidas, aunque sean muy distintas a la m¨ªa. Novelar requiere la misma destreza que actuar¡±.

Faithful Place est¨¢ escrita en primera persona. El narrador es Frank Mackey, agente de Operaciones Encubiertas, cuya vida est¨¢ marcada por la necesidad de alejarse de sus padres (especialmente ese progenitor que te hace pensar que ojal¨¢ muriera atragantado con pescado crudo como el padre de Se¨¢n O¡¯Casey), y hermanos, y la lamentable circunstancia de que su novia, la pelirroja Rosie, le dej¨® en la estacada una noche de 1985 cuando iban a fugarse juntos del barrio para tomar el ferry de D¨²n Laoghaire y huir de una vida sin esperanza. Veintid¨®s a?os despu¨¦s, en un Dubl¨ªn al que asoma la crisis, con esa espina del abandono clavada a¨²n en el coraz¨®n, descubre que Rosie no le plant¨®, sino que aquella misma noche... la asesinaron. Imaginen lo que tiene que rebobinar el tipo, por no hablar de buscar al asesino.

Los protagonistas de las novelas de French (Vermont, EE UU, 1973, aunque considera Dubl¨ªn su hogar) sufren esas experiencias tan cruciales. ?Es por eso que no tiene un detective central como otros autores del g¨¦nero? ¡°As¨ª es, no puedo escribir seis novelas con el mismo protagonista en esas tremendas encrucijadas: no ser¨ªa cre¨ªble, eso no te pasa m¨¢s que una vez en la vida real¡±.

Tana French, a la que halaga que le compare Faithful Place con Mystic River, considera que los detectives son personajes perfectos para una novela. ¡°Lo son porque tratan de asuntos como la verdad, la mentira, la justicia, la vida y la muerte; eso son grandes cosas. Puedes llevarlos a los l¨ªmites y lo mejor es cuando se derrumban las paredes que hay entre su vida profesional y su vida privada y ambas se mezclan y se transforman¡±. French opina que la diferencia fundamental entre los detectives de verdad y los de ficci¨®n es que los primeros mantienen en general muy bien separado lo laboral de lo personal. ¡°Pero eso no es muy interesante, lo interesante es lo fr¨¢gil, lo poroso¡±.

En su primera novela, El silencio del bosque, con ecos de druidismo y sacrificios paganos, mostraba su gusto por los elementos fant¨¢sticos. ¡°S¨ª, Faithful Place tiene muchos menos. Lo define el argumento y el protagonista¡±. Bueno, est¨¢ esa casa abandonada, pel¨ªn Stephen King. ¡°?En serio?, ?me encanta Stephen King, es un genio!¡±, exclama la autora lanzando los pulgares arriba. La casa del n¨²mero 16... ¡°Todo el mundo conoce un sitio extra?o donde se rompen las reglas. Un lugar que no entendemos del todo¡±.

El mismo entusiasmo despierta en French la menci¨®n de Tennessee Williams que se refleja en los perdedores Mackey y sus no menos deprimentes vecinos. ¡°Me hubiera encantado, pero no lo he interpretado nunca¡±. El alcoholismo... ¡°Es propio de la gente que se siente atrapada en sus vidas, son conscientes de que podr¨ªan haber hecho otras cosas y luego ya es tarde¡±.

En Faithful Place hay una preciosa y arrebatadora historia rom¨¢ntica. ¡°Es la del primer amor y de la idealizaci¨®n de no saber qu¨¦ hubiera pasado¡±. En esa historia se refugia parte de lo m¨¢s duro de la extraordinaria novela mientras vuelve a la calle y a la lluvia, y las sombras de los amantes se alargan en los muros mojados del Trinity College bajo la mirada enternecida de la estatua de Molly Malone. Camino de casa.