¡°Muchos autores en este momento est¨¢n escribiendo el mismo libro¡±
El argentino Patricio Pron publica el conjunto de relatos 'La vida interior de las plantas de interior' La obra re¨²ne cuentos y experimentos muy distintos entre ellos
Una pareja se compra un gato. Un acontecimiento cuando menos anodino. Y de escaso inter¨¦s, salvo para la propia pareja y, quiz¨¢s, para sus amigos. Sin embargo este cuento, cuya trama preve¨ªa que el animal se convirtiera en un obst¨¢culo para la relaci¨®n de sus due?os, derrot¨® a Patricio Pron: ¡°Todos mis relatos empiezan con la pregunta: ¡®?Puedo yo hacer esto?¡¯. Y en ese caso la forma era dificultosa de realizar. Hubo un par de historias que termin¨¦ sin resultados satisfactorios. El autor que soy con las facultades que poseo no puede escribirlas¡±. As¨ª que el gato se qued¨® fuera de La vida interior de las plantas de interior (Mondadori), el nuevo libro de relatos que el escritor argentino (Rosario, 1975) acaba de publicar.
S¨ª entr¨®, en cambio, una galer¨ªa de personajes bastante m¨¢s peculiares. De una mujer que, en una lavander¨ªa de B¨¦lgica, lee noticias de actrices porno muertas a un caballo prehist¨®rico que piensa en el fil¨®sofo Emp¨¦docles de Agrigento, La vida interior de las plantas de interior lleva al lector a conocer un mundo repleto de surrealismo e iron¨ªa. ¡°Es una combinaci¨®n entre la trascendencia y la estupidez que caracteriza buena parte de la vida¡±, resume Pron.
Es, tambi¨¦n, un laboratorio de experimentos literarios. Cambios continuos de narrador, saltos de registro y de estilo, prosa fren¨¦tica y m¨¢s pausada, un relato (El cerco) que recuerda a la pel¨ªcula Amelie: pocas de las 140 p¨¢ginas de La vida interior de las plantas de interior se parecen entre ellas. ¡°Hay autores que procuran con cada obra nueva aproximarse a un tono y un estilo que son los mismos, libro tras libro. Y hay otros que vamos en la direcci¨®n contraria¡±, tercia Pron. Aunque se niega a nombrar a representantes de la primera categor¨ªa.
Sea como fuere, la escasa creatividad de sus colegas es tambi¨¦n el tema central de Un jodido d¨ªa perfecto sobre la tierra, uno de los cuentos del libro. En ello, Pron relata la insoportable y autobiogr¨¢fica experiencia de ser jurado de un concurso literario al que llegan solo textos casi id¨¦nticos: ¡°Me jur¨¦ que jam¨¢s volver¨ªa a hacerlo. En l¨ªnea general falta originalidad. Es el resultado de un establecimiento de condiciones gen¨¦ricas, literarias y narrativas que los autores normalmente no cuestionan¡±.
El mercado, seg¨²n Pron, tambi¨¦n juega contra la innovaci¨®n: ¡°Muchos autores en este momento est¨¢n escribiendo el mismo libro. Se debe en parte al negocio editorial pero tambi¨¦n al deseo de ciertos escritores de producir algo que tenga ¨¦xito¡±. ?Qu¨¦ escritores? Todo lo que se obtiene es un ¡°es bastante visible¡± y el ejemplo de ¡°las novelas de la crisis¡±.
Con su personal¨ªsimo estilo, Pron tambi¨¦n est¨¢ teniendo mucho ¨¦xito. A sus 36 a?os ya cuenta con premios, aplausos de cr¨ªticos y colegas y un CV literario donde lucen libros como El comienzo de la primavera y El mundo sin las personas que lo afean y lo arruinan. De hecho, a veces hasta se sorprende de sus resultados. ¡°Estuve en M¨¦xico de promoci¨®n y ten¨ªa ocho entrevistas al d¨ªa durante cinco d¨ªas. Jam¨¢s pens¨¦ que hab¨ªa tantos medios all¨ª y que tuvieran inter¨¦s en lo que escribo. Creo que la charla n¨²mero 40 era intercambiable con la 39 y la 38¡¡±, recuerda Pron.
Inevitable, tal vez para cualquiera. Y m¨¢s a¨²n para alguien que no puede estar ¡°m¨¢s de 15 minutos¡± prestando atenci¨®n a algo. ¡°Carezco de paciencia¡±, a?ade Pron. De ah¨ª que, por ejemplo, no sea el mejor compa?ero para ir al cine: ¡°Tengo un inter¨¦s muy limitado en las pel¨ªculas. Las que s¨ª me importan las veo en cuatro o cinco partes. Me suele ocurrir que no recuerdo si las he visto o no, y de qu¨¦ van¡±.
Desde luego, no le ayuda su memoria ¡°patol¨®gicamente mala¡±. Y que ha ido a peor desde que Pron viv¨ªa en Alemania: ¡°No pod¨ªa dormir y un m¨¦dico me recomend¨® ansiol¨ªticos y antidepresivos. Los tom¨¦ durante m¨¢s de un a?o, y a veces los mezclaba con alcohol. Eso dej¨® secuelas en mi memoria¡±. Indefenso ante el olvido, el argentino ha edificado un m¨¦todo infalible: ¡°Tomo diarios de forma permanente. De lecturas, de presentaciones de libros, de espect¨¢culos teatrales, de conversaciones con amigos, de sue?os. Se trata de documentar una vida que de otra forma se perder¨ªa¡±. Algo parecido hac¨ªa, con los tatuajes, el protagonista de Memento. A lo mejor Pron hasta habr¨¢ visto la pel¨ªcula. Aunque, claro, otra cosa es que lo recuerde.
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