Matt Damon y Gus Van Sant, juntos contra el ¡®fracking¡¯
Matt Damon, adem¨¢s de ser un actor notable, con registros muy variados aunque el estrellato lo haya conseguido interpretando a un h¨¦roe del cine de acci¨®n en la mod¨¦lica saga de Bourne, tambi¨¦n demostr¨® junto a su amigo Ben Affleck cuando empezaban su carrera que ten¨ªan cosas que contar. Escribieron el gui¨®n de la interesante El indomable Will Hunting y creo recordar que gan¨® un merecido Oscar.
Aquella pel¨ªcula la dirigi¨® Gus Van Sant, se?or con el que ocurre algo extra?o y es que su cine me resulta muy digno cuando hace pel¨ªculas artesanales y alimenticias y sin embargo me parece insoportable cuando realiza proyectos personales, empe?ados en ser art¨ªsticos y vanguardistas. El Gus Van Sant que venera la cr¨ªtica como Dios manda, el de Elephant, Last Days y otros pretenciosos engendros, suele ponerme de los nervios. Y no tengo claro si en Drugstore cowboy, la mejor pel¨ªcula que he visto sobre las drogas, Gus Van Sant se lo montaba de mercenario o era la pel¨ªcula que ¨¦l quer¨ªa hacer, pero en cualquier caso logr¨® una obra maestra.
Matt Damon ha escrito junto al actor John Krasinski el guion de Promised Land. Tambi¨¦n la produce y la protagoniza. Y le ha encargado a Gus Van Sant que la dirija. Quince a?os mas tarde vuelve a repetirse el proceso de El indomable Will Hunting. El resultado no es apasionante pero s¨ª muy correcto. Damon, alguien con opini¨®n propia sobre el estado de las cosas, centra aqu¨ª su historia en el fracking, que es la perforaci¨®n del subsuelo para conseguir gas natural. Interpreta al empleado de una gran compa?¨ªa, al que han encargado junto a una colega que trate de convencer a los agobiados campesinos en un pueblo del profundo Sur para que vendan sus tierras a la multinacional. Describe la catarsis de un hombre desgarrado entre lo que le dicta su conciencia y su s¨®rdido deber profesional, alguien que debe ocultar en nombre del gran negocio los peligros para el ecosistema que acompa?an a esas perforaciones del suelo, que debe convencer con enga?os y manipulaci¨®n para que vendan sus ra¨ªces a gente que est¨¢ asfixiada econ¨®micamente, sin capacidad para negociar con los poderosos. Es una pel¨ªcula bien escrita, rodada e interpretada, a la que lastra un desenlace dif¨ªcil de creer, mas cercano a la utop¨ªa que a la realidad.
El que s¨ª siente descarnado apego a no enmascarar la realidad y una mezquina vocaci¨®n naturalista es el director austriaco Ulrich Seidl. En Para¨ªsos: esperanza cierra su infame trilog¨ªa sobre la forma que tienen de pasar las vacaciones algunos seres de su inconfundible y repelente universo.
La primera entrega la protagonizaban se?oras europeas y cercanas a la ancianidad que hac¨ªan turismo sexual en ?frica, damas sin el menor atractivo f¨ªsico ni espiritual que alquilaban insaciablemente carne joven y acorralada por la miseria. La segunda hablaba de una fan¨¢tica religiosa que repart¨ªa su ocio entre los latigazos en su cuerpo, el redentor cilicio y el incansable proselitismo para integrar en su parroquia a los descarriados y a los pecadores. En Esperanza, Ulrich Seidl va todav¨ªa mas lejos en su complacido retrato de las taras. La protagonizan ni?as y ni?os marcados por una obesidad desmesurada a los que meten en un internado muy estricto durante sus vacaciones para que aprendan a disciplinar su cuerpo y su ¨¢nimo.
Pero lo que le interesa ante todo a Seidl son las obsesiones sexuales de estas adiposas criaturas y todo lo que huela a enfermizo y desprenda fealdad. La relaci¨®on de una de estas ni?as con un rijoso m¨¦dico cincuent¨®n bordea la pornograf¨ªa sentimental. Ulrich Seidl tiene mucho ¨¦xito en los festivales de cine. Les parece el rey de la provocaci¨®n, consideran enormemente inquietante y transgresor su identificable mundo. A m¨ª me parece asqueroso. Y algo a¨²n peor. Es profundamente aburrido.
La polaca En el nombre de, dirigida por Malgoska Szumowska, se centra en el tormento que sufre un cura entre sus principios religiosos y su homosexualidad. Pero sus pesares no logran hacerse contagiosos. Eso s¨ª, provoca un tedio excesivo la forma en que los describe la directora.
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