El eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil
Como era previsible, el tejido teatral se est¨¢ rompiendo por el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil: cada vez me encuentro a m¨¢s actores sin trabajo. Se est¨¢ poniendo muy dif¨ªcil hacer teatro y vivir de ello. Los c¨®micos van al paro porque cada vez se montan menos obras, y se montan menos obras porque va menos gente al teatro, y van menos al teatro porque las entradas han subido, y porque el circuito de giras y bolos ha saltado por los aires, y porque los teatros oficiales han visto dr¨¢sticamente recortados sus presupuestos, y, madre del cordero, porque los se?ores que nos gobiernan decidieron subir el IVA del 8% al 21% con la peregrina idea de recaudar m¨¢s, consiguiendo, pescadilla (o pesadilla) mordi¨¦ndose la cola, que vaya menos gente al teatro. Nuestro gobierno, claro est¨¢, dice que no hay remedio. No es cierto: es una cuesti¨®n de voluntad, de inter¨¦s por la cultura. El gobierno franc¨¦s, que hab¨ªa aumentado el IVA para libros y espect¨¢culos en vivo al 7% en abril de 2012, lo ha bajado al 5,5% desde el pasado enero. O sea, que se puede.
Har¨¢ unas semanas, en estas p¨¢ginas, el empresario teatral Carlos Rottenberg dec¨ªa que el semillero de la escena argentina (tercera potencia mundial despu¨¦s de Londres y Nueva York) est¨¢ en las salas independientes. Pregunto c¨®mo est¨¢ ese sector por aqu¨ª. Divisi¨®n de opiniones: unos se echan a re¨ªr, otros se echan a llorar. Un grupo ¡°independiente¡± (aqu¨ª se r¨ªen) o ¡°alternativo¡± (aqu¨ª lloran) depende de a) unas subvenciones cada vez m¨¢s escasas, que adem¨¢s, b) se cobran cuando se cobran, o, c) de la magra taquilla. Sucede, me dicen, que antes el p¨²blico pod¨ªa permitirse un cierto riesgo (esto es, ir a ver a grupos poco conocidos), pero que ahora, con las entradas mucho m¨¢s caras, solo tiende a pagar, cosa l¨®gica, por espect¨¢culos muy garantizados. Cuesta much¨ªsimo, en sentido literal, armar una producci¨®n, cuesta darla a conocer (la publicidad es escu¨¢lida) y cuesta amortizarla: menos d¨ªas de exhibici¨®n, y las giras y bolos (v¨¦ase m¨¢s arriba) reducidas a la m¨ªnima expresi¨®n, porque la mayor¨ªa de los Ayuntamientos no puede o no quiere pagar, o, de nuevo, solo lo hace ante ofertas teatrales de ¨¦xito seguro.
Cada d¨ªa trae una mala noticia. De entre las muchas que afectan al sector, una de las peores es el cierre (¡°por deficitaria¡±) de la sala Tallers del Teatro Nacional de Catalu?a. Me dicen que por dos a?os y yo pongo cara de cre¨¦rmelo. Con esa clausura se cargan de un plumazo el T6, una experiencia ¨²nica en Espa?a, por la que los j¨®venes autores pod¨ªan estrenar y dirigir sus propias obras con una compa?¨ªa estable que variaba cada temporada. Del T6 sali¨®, cabe recordarlo, El m¨¦todo Gronholm, uno de los grandes ¨¦xitos del teatro espa?ol reciente. Me cuentan tambi¨¦n que en Madrid, la heroica sala Kubik, abierta por S¨¢nchez Cabezudo en el barrio obrero de Usera, sin apenas oferta cultural, est¨¢ abocada al cierre por el Ayuntamiento, que ya paraliz¨® su actividad y ahora los brea a ordenanzas: claro, no es un casino.
Comienzan estrategias de supervivencia, muy a la argentina usanza. Ya les habl¨¦ de la sala Flyhard, donde se puede optar por precios realmente alternativos, y que ha conseguido fidelizar a un p¨²blico joven y entusiasta. En la Beckett se ha inaugurado lo que llaman ¡°taquilla inversa¡±: a instancias de la productora Sixto Paz, el p¨²blico de Si existe, a¨²n no lo he encontrado, de Nick Payne, dirigido por Marilia Samper, pagaba a la salida, seg¨²n su valoraci¨®n del espect¨¢culo. Espect¨¢culo, por cierto, sin escenograf¨ªa, por falta de presupuesto. Me dicen que consiguieron llenos diarios y un precio medio de alrededor de 14 euros. Todo esto est¨¢ muy bien pero lo entiendo como soluciones temporales, porque el entusiasmo y la precariedad acaban teniendo un l¨ªmite. Me cuentan que Llu¨ªs Pasqual quiere formar una compa?¨ªa joven ¡°porque hay mucho talento que no puede perderse¡±, porque ya hay muchos actores j¨®venes (y no tan j¨®venes) que est¨¢n dedic¨¢ndose a otras cosas para llegar a fin de mes. Si consigue sacar adelante esa compa?¨ªa ser¨¢ una buen¨ªsima noticia. Y otra similar ser¨¢ si cuaja otro estupendo proyecto: tres de los m¨¢s pujantes directores j¨®venes espa?oles se han unido para conseguir un local en el que dirigir, programar y producir. Seguiremos informando.
Babelia
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