El d¨ªa que cazamos un tibur¨®n blanco
El documental ¡®Vuelve a la vida¡¯, recupera la historia de un mito acapulque?o de los a?os 70
Hubo una ¨¦poca en la que el mayor peligro al que se enfrentaba Acapulco no era la violencia ni las disputas del crimen organizado. En los a?os 70, la ¨²nica preocupaci¨®n que pod¨ªan tener aquellas j¨®venes en bikini que aparecen en las im¨¢genes de archivo ri¨¦ndose junto a galanes 'hollywoodienses' mientras sujetan un margarita era que un tibur¨®n apareciera por esas playas. El tibur¨®n apareci¨® y, como un h¨¦roe de pel¨ªcula, hubo un hombre que se propuso cazarlo y lo consigui¨®. Era Hilario Mart¨ªnez, el ¡®Perro largo¡¯, un personaje acapulque?o de esa glamurosa ¨¦poca con una historia digna de la gran pantalla. El mexicano Carlos Hagerman la rescata en la pel¨ªcula documental ¡®Vuelve a la vida¡¯, que llegar¨¢ a las salas del pa¨ªs el pr¨®ximo 5 de abril.
La noche que Hagerman conoci¨® la incre¨ªble an¨¦cdota de la caza del tibur¨®n blanco en una cena de amigos de boca de uno de sus protagonistas - John Grillo, el hijastro del Perro largo - supo que ten¨ªa que hacer una pel¨ªcula. Se traslad¨® con Grillo a Acapulco para buscar a los supervivientes hab¨ªan participado en la caza y revivir ese d¨ªa con una reuni¨®n en la playa. Los protagonistas recordaron aquella haza?a que se produjo en un ambiente festivo, entre cervezas y mariscos. El Perro largo se sumergi¨® con un arp¨®n y esperaron a que el tibur¨®n picara. Y pic¨®. Con la fuerza de 25 personas consiguieron sacarlo.
¡°En cuanto comenc¨¦ a conocer la historia contada por sus protagonistas me di cuenta de que, mejor que un guion de pel¨ªcula, hab¨ªa que hacer un documental y dejar que ellos mismos hablaran. A los acapulque?os les encanta contar historias, as¨ª que no hubo ning¨²n momento de pudor durante el rodaje¡±.
Los testimonios le descubrieron a un personaje excepcional: un buceador del que aseguraban que pod¨ªa descender hasta 60 metros y aguantar 4,5 minutos bajo el agua a pulm¨®n. Vividor, mujeriego y ¡°muy macho¡±. Que ense?¨® a bucear a la ¨¦lite estadounidense que en aquellos a?os visitaba Acapulco. Que tuvo entre sus alumnos a Johny Weissm¨¹ller, el m¨ªtico actor de Tarz¨¢n. Que enamor¨® a una modelo pelirroja de Nueva York que posaba para Vogue o Harper¡¯s por 100 d¨®lares la hora y que dej¨® a su marido y su carrera para mudarse a M¨¦xico con ese hombre de piel morena que le dijo que era viudo cuando en realidad ten¨ªa dos esposas y ocho hijos.?
Robyn Sidney, 'La Jirafa', como la llamaba el Perro largo, lleg¨® con un hijo rubio y blanquito de tres a?os que creci¨® sinti¨¦ndose un bicho raro. Este documental tambi¨¦n es la historia de esa familia. El reencuentro en Acapulco de los testigos de la caza del tibur¨®n blanco parec¨ªa el argumento de la cinta pero al final Hagerman acab¨® acompa?ando con su c¨¢mara a John Grillo - productor asociado de la pel¨ªcula - y a su madre en un viaje a su pasado en Nueva York.?
¡°Me gusta pensar que el tibur¨®n se fue volviendo una met¨¢fora de algo m¨¢s importante que estaba pasando. Era como ese pasado que est¨¢ ah¨ª escondido y con el que alg¨²n d¨ªa vamos a tener que lidiar. John y su madre regresan a enfrentar los or¨ªgenes y la vida que les toc¨® vivir¡±, explica el director de la cinta.
La cinta tambi¨¦n ha tenido que vivir su propio viaje puesto que se realiz¨® hace tres a?os y, pese a que se present¨® en festivales como el de Morelia, M¨¢laga, La Rochelle o Miami no ha conseguido llegar a las salas mexicanas hasta ahora.
Cuatro d¨¦cadas despu¨¦s, ya sin el Perro Largo pero tambi¨¦n con cervezas y mariscos, los protagonistas rescataron sus recuerdos para este documental con nombre de ceviche y fama de ser el mejor remedio contra la resaca: el ¡®vuelve a la vida¡¯.
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