¡®El d¨ªa del juicio¡¯, de Gioachino Belli
En '99 sonetos romanescos', uno de los grandes poetas italianos del XIX, cre¨® una obra desbordante de sarcasmo, iron¨ªa y humor
Desde el mismo coraz¨®n de la fe cristiana sali¨® una de las obras m¨¢s sat¨ªricas, ir¨®nicas, cr¨ªticas, sarc¨¢sticas y c¨®micas sobre el mundo cat¨®lico y fustigadoras del poder. La escribi¨® el gran poeta italiano Giuseppe Gioachino Belli: 2.279 sonetos en romanesco, el dialecto de Roma en el siglo XIX. La editorial Hiperi¨®n ha hecho una edici¨®n biling¨¹e bajo el t¨ªtulo de 99 sonetos romanescos.
Belli (1791-1863), considerado uno de los mejores poetas italianos del XIX junto a Giacomo Leopardi, era un empleado del Vaticano amante de la escritura y que adem¨¢s cre¨® este acercamiento literario al mundo cat¨®lico y su poder pontificio de manera semiclandestina.
A cargo de Luigi Giuliani, el libro no s¨®lo resulta placentero en su lectura, por la gracia e ingenio de Belli, sino que tambi¨¦n es una breve y excelente clase de historia sobre la cultura, la pol¨ªtica y el poder de la ¨¦poca para entender mejor el contexto en que fueron creados los sonetos. Adem¨¢s, cada uno de ellos va acompa?ado de anotaciones que aclaran o ampl¨ªan intenciones o significados de la obra. En la escritura de Belli, dice Giuliani en la introducci¨®n, "el romanesco se configura como una lengua dotada de un poder liberatorio de las inhibiciones personales y de las convenciones sociales"
Religi¨®n, fe, violencia, sexo, poder, abusos, vejez, pecados, son algunos de los temas de Belli en este registro. Al ser la Semana Santa, he hecho una selecci¨®n de tres sonetos afines a esta celebraci¨®n del catolicismo.
LA CREACI?N DEL MUNDO
El a?o que amas¨® Jes¨²s el mundo
(para amasarlo ya exist¨ªa la masa),
verde lo quiso hacer, gordo y redondo
a la manera de un mel¨®n de agua.
Hizo un sol, una luna y un mapamundi,
y de estrellas, calcula, un buen mont¨®n;
de arriba a abajo: aves, bestias, peces;
plant¨® las plantas, y anunci¨®: "Ya basta".
Me olvidaba decir que cre¨® al hombre,
y a la mujer con ¨¦l, Ad¨¢n y Eva;
y les prohibi¨® cogerle cierto fruto.
Pero en cuanto los vio que hab¨ªan comido,
grit¨®, ?por Dios!, sacando un vozarr¨®n:
"?Hombres del porvenir, ya est¨¢is jodidos!"
(4 de octubre de 1831)
EL JUICIO FINAL
Cuatro ¨¢ngeles soplando las trompetas
colocaranse uno en cada esquina
para tocar, y con voz de gigante
le gritar¨¢n al que toque: "?Adelante!"
Entonces surgir¨¢ una retah¨ªla
de esqueletos del suelo gateando
para tomar figura de personas,
como pollos en torno a la gallina.
Y esa gallina ser¨¢ Dios sagrado,
que formar¨¢ dos partes, blanca y negra:
una ir¨¢ al s¨®tano, la otra al tejado.
En ¨²ltimo lugar, saldr¨¢ un derroche
de ¨¢ngeles y, como antes de acostarnos,
se apagar¨¢ la luz, y buenas noches.
(25 de noviembre de 1831)
RESURRECCI?N DE LA CARNE
Apag¨¢dose el sol y roto el mundo,
todas las gentes que en la tierra est¨¢n
ir¨¢n andando al Valle Josefat,
que es tan grande que all¨¢ todos cabr¨¢n.
Padres, hijos, abuelos, bisabuelos,viejos babosos, p¨¢rvulos de leche,hombres cuerdos, chiflados majaderos:no habr¨¢ entre ellos segundos ni primeros.
All¨¢ todos, desnudos y sin ropa,
renaceremos como Ad¨¢n y Eva,
todos con treinta y tres a?os de edad:
al que muri¨® m¨¢s viejo se los quitan,
los ni?os mientras tanto habr¨¢n crecido,
y todos, pues, tendr¨¢n lo que han tenido.
(25 de enero de 1833)
* 99 sonetos romanescos. Giuseppe Gioachino Belli. Edici¨®n, traducci¨®n, introducci¨®n y notas de Luigi Giuliani. Edici¨®n biling¨¹e. Editorial Hiperi¨®n
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