Un ser gozoso

Fue, fundamentalmente, un disfrut¨®n . Pocos personajes han gozado m¨¢s con su vida, su trabajo y sus aficiones que Bigas Luna. Toc¨® muchos palos y en todos dej¨® obras excelentes. Proced¨ªa de un sofisticado concepto del dise?o industrial. Rod¨® algunos cortos porno muy divertidos -como el de una dama que jugueteaba con su secador del pelo hasta que descubri¨® nuevas utilidades. Aprendi¨® el oficio del cine rodando su primer largometraje, una adaptaci¨®n de la novela de V¨¢zquez Montalb¨¢n, Tatuaje. Con su segundo film, el estupendo Bilbao (1977), deslumbr¨® a buena parte de la cr¨ªtica internacional en Cannes y fue apadrinado y distribuido en Italia por otro gran bon vivant, Marco Ferreri.

A partir de ah¨ª, todo vino rodado: m¨¢s largometrajes, descubrimientos de actrices y actores importantes en la industria espa?ola, adaptaciones teatrales espectaculares (unas extraordinarias Comedias b¨¢rbaras, de Valle, (en 2003) videos-arte, escuela personal de j¨®venes cineastas, documentales, spots publicitarios, exposiciones de pintura, alardes gastron¨®micos, viticultor, amante de los burros (en su mas¨ªa de Tarragona ten¨ªa recogidos m¨¢s de una docena), director de cabaret (desde 2008 los espect¨¢culos de El Plata, en Zaragoza, son suyos, como el dise?o de sus urinarios de caballeros con la boca de los Rolling), en definitiva todo lo relacionado con los sentidos.

Le encantaba lo excesivo, desde una masclet¨¢ en la Plaza del Ayuntamiento, al mercado modernista de Valencia en donde descubri¨® a una dependienta de La Boutique de la Lechuga que le fascin¨®. Cuando preparaba la adaptaci¨®n de Son de mar, la novela de Manuel Vicent, asistimos, deslumbrados, todo hay que decirlo, en los alrededores de Denia a la limpieza de una paella en la que se hab¨ªan preparado 1.500 raciones. De todo dejaba constancia en su inseparable c¨¢mara de v¨ªdeo.

El cine ha perdido a uno de sus realizadores m¨¢s interesantes, la cultura a uno de sus m¨¢s polifac¨¦ticos representantes y sus amigos, a un ser extraordinario.