Las mil vidas del cine Louxor de Par¨ªs

Cuando el cine Louxor de Par¨ªs se inaugur¨® en 1921, vecinos de la zona pon¨ªan el grito en el cielo por haber destruido vivienda para construir un templo dedicado a algo tan trivial como el ocio. Ahora, son tres asociaciones de vecinos del mismo quartier, el muy popular barrio de Barb¨¨s, a los pies de Montmarte, las que han obrado por recuperar este centro dedicado al celuloide, abandonado desde hac¨ªa d¨¦cadas. Despu¨¦s de a?os de restauraci¨®n financiada por el ayuntamiento de Par¨ªs, la m¨ªtica sala -tanto por ser la m¨¢s antigua de la capital como por su peculiar arquitectura de estilo neoegipcio- abri¨® ayer al p¨²blico con una apuesta por el cine de arte y de ensayo y con la mirada puesta al sur del Mediterr¨¢neo.

Ideado por el arquitecto Henri Zipcy para el grupo Lutetia-Wagram, el Louxor de Par¨ªs ha tenido mil y una vidas desde su primera inauguraci¨®n hace casi un siglo. Convertida de inmediato en un cine de ¨¦xito, en los a?os 30 lo compr¨® Path¨¦ quien decidi¨® cambiar todo el decorado interior de su majestuosa sala, con capacidad entonces para m¨¢s de 1.100 personas, del estilo neoegipcio mezclado al art d¨¦co original al neogriego. A partir de los a?os 70, sufri¨® una p¨¦rdida de p¨²blico y acab¨® cerrando en 1983. Un tiempo reconvertido en discoteca gay, estaba abandonado desde principios de los 1990, s¨ªmbolo de la crisis de las salas de cine y del deterioro del barrio.

Constitu¨ªa, en palabras del alcalde de Par¨ªs, Bertrand Delano?, un verdadero ¡°insulto al patrimonio y a la vida de barrio¡±. El ayuntamiento compr¨® as¨ª el edificio en 2003, respondiendo a la demanda de varias asociaciones de vecinos. Desde el inicio, ten¨ªa claro que el edificio restaurado servir¨ªa de centro cultural dedicado al sur, un gui?o al barrio que fue tierra de acogida de la inmigraci¨®n magreb¨ª, aunque no fue hasta que se puso en marcha el proyecto que se impuso la idea de volver a su origen de sala de cine. En total, se han invertido 25 millones de euros en su restauraci¨®n, cuatro menos de lo que preve¨ªa el presupuesto inicial.

El nuevo edificio mantiene la fachada del edificio, inscrito en la lista de Monumentos Hist¨®ricos de la Ciudad de Par¨ªs, del que ha restaurado con esmero los grandes mosaicos que recorren los laterales, alternando dibujos de cobras y de escarabajos y recuperando el porche de entrada. El equipo de arquitectos, liderado por Philippe Pumain, tambi¨¦n ha reconstruido elementos que hab¨ªan desaparecido, como los cuatro imponentes pilares que se elevan sobre el edificio y culminan en cuatro soles que, ahora, se iluminan de noche, as¨ª como las nueve vidrieras que adornan el antiguo bar hoy reconvertido en peque?o espacio de exposiciones.

Pero uno de los mayores retos ha sido sin duda recrear el interior de la principal sala, bautizada Youssef Chahine, en honor al cineasta egipcio fallecido en 2008 y con capacidad para unas 344 personas y un gran balc¨®n a la antigua. Partiendo de dos fotograf¨ªas en blanco y negro y un inventario de la sala en el momento de su inauguraci¨®n, Pumain, apoyado por un equipo de 40 profesiones diferentes, tuvo que excavar la sala para completar la informaci¨®n sobre los dibujos originales. Estos se han reproducido luego partiendo de cero. La sala, para permitir una insonorizaci¨®n, consiste en un suerte de caja metida en el interior de la sala original y separada por unos resortes.

En los subsuelos del antiguo edificio, el equipo ha cavado dos nuevas salas de dimensiones m¨¢s peque?as: una de 140 asientos, con un escenario que permitir¨¢ tambi¨¦n acoger espect¨¢culos variados y conferencias, y otra m¨¢s peque?a, m¨¢s confidencial, con 74 asientos de cuero en un ambiente de club de cine. El centro dispone tambi¨¦n de un nuevo bar, construido en lo que antiguamente era el segundo balc¨®n y que ahora queda demasiado alejado de la pantalla.

La gesti¨®n y programaci¨®n de la sala corre a cuenta del tr¨ªo formado por Carole Scotta, Martin Bidou y Emmanuel Papillo, quienes deber¨¢n cumplir con la propuesta de una sala de arte y ensayo que sepa atraer al p¨²blico local y con un acento puesto a los cineastas del sur. De momento, se estrena a la grande esta noche con la presentaci¨®n de The Grandmaster, del hongkon¨¦s Wong Kar-wai. La semana que viene estrenar¨¢ la esperada adaptaci¨®n de Michel Gondry de La espuma de los d¨ªas, la novela de Boris Vian.