Vladimir Ashkenazy: ¡°No me quiero arriesgar a dejar de tocar bien¡±
El pianista habla sobre su progresiva retirada de los escenarios al teclado y de su renovada pasi¨®n por la direcci¨®n de orquesta
El concurso Chaikovski de piano hab¨ªa sido concebido como ondeante bandera del poder¨ªo musical sovi¨¦tico. As¨ª que cuando en su primera edici¨®n de 1958, en plena guerra fr¨ªa, el jurado proclam¨® ganador al estadounidense Van Cliburn, el rid¨ªculo fue estrepitoso. El r¨¦gimen lo tom¨® como una humillaci¨®n nacional que no pod¨ªa repetirse. Miraron hacia el banquillo y ah¨ª encontraron a su particular Sputnik del piano: Vladimir Ashkenazy (Gorki, 1937). Un prodigio de 25 a?os y manos menudas preparado para devolver el orgullo a toda una naci¨®n en la siguiente edici¨®n del concurso (en 1965). O m¨¢s le val¨ªa. La partida pol¨ªtica se jug¨® con el Concierto para piano n¨²mero 1, de Chaikovski. Una pieza inc¨®moda para sus cortos dedos. Pero gan¨® (ex aequocon el brit¨¢nico John Ogdon). Un a?o m¨¢s tarde, el h¨¦roe nacional, como tantos otros, no regres¨® de la gira que le hab¨ªa llevado a Reino Unido.
¡°Ahora vuelvo cada dos a?os o menos. Y por supuesto, todav¨ªa me siento ruso: ?nac¨ª ah¨ª! Me fui con 26, as¨ª que hablo el idioma muy bien. Fue un lugar muy importante en mi vida. Tuve una gran educaci¨®n, buenos profesores y grandes amigos. En cuanto al sistema sovi¨¦tico¡ eso fue horrible, pero no hace falta que le cuente mucho acerca de eso, ?no?¡±, dice riendo Ashkenazy, hoy poseedor de la nacionalidad islandesa (su esposa naci¨® ah¨ª) y suiza. El legendario pianista, convertido desde hace a?os en director de orquesta, acaba de terminar una gira por Espa?a al frente de la European Union Youth Orchestra y ha grabado al piano un disco de rarezas de Rachmaninov con Decca, la discogr¨¢fica con la que celebra sus 50 a?os de fidelidad.
El placer que me proporciona la direcci¨®n es el mismo que el piano¡±
Y solo ah¨ª le oiremos al teclado. O en alg¨²n raro concierto a dos pianos con su hijo. Ha contado en otras ocasiones que sufre de artritis en alg¨²n dedo y que por eso ha reducido (casi liquidado) el n¨²mero de recitales. En esta entrevista asegura que sus manos est¨¢n perfectamente y que su paso a un lado se debe a otros motivos. ¡°El placer que me proporciona la direcci¨®n [apura sus ¨²ltimos d¨ªas como titular de la Orquesta Sinf¨®nica de Sidney] es el mismo que el piano. La m¨²sica es indivisible. Solo que es una forma distinta de comunicar: el piano es solo con el p¨²blico y la direcci¨®n es con el p¨²blico y la orquesta. Nunca lo cambi¨¦ del todo. Lo combino. Y nunca lo planee, sucedi¨® de una forma natural. Pero mire, acabo de practicar un par de horas hoy y todav¨ªa grabo discos. Son actividades paralelas.
¡ª?Cree que su leyenda como pianista todav¨ªa eclipsa el resto de cosas que hace?
¡ªMire, la vida sigue y yo tengo mi propia actitud para mi profesi¨®n. Y esto es lo mejor para m¨ª en este momento. Es mi decisi¨®n sobre lo que debo hacer a esta edad. Tengo casi 76 a?os. Mucha gente toca hasta m¨¢s adelante y dejan de hacerlo bien. Yo no quiero llegar a eso. No me quiero arriesgar.
¡°El problema de la m¨²sica es que no genera dinero ni votos¡±
El piano proporcion¨® a Ashkenazy todo. Principalmente por una extraordinaria educaci¨®n, reconoce, recibida en la Uni¨®n Sovi¨¦tica. La paradoja de un pa¨ªs que entierra a un r¨¦gimen y con ¨¦l a parte de aquella obsesi¨®n por la cultura. Por el poder que irradia. ¡°Entonces el apoyo proced¨ªa del Gobierno. Ahora se ha dejado de la mano de la gente. Como en EE<TH>UU, que el apoyo es privado, pero las orquestas est¨¢n en bancarrota. En Francia hay apoyo, y todo funciona. En Inglaterra hay una mezcla¡ En fin, esperemos que en Rusia llegue el apoyo privado y que el Gobierno no olvide las artes. El problema de la m¨²sica es que no genera dinero. Los Gobiernos quieren ser reelegidos con la mayor¨ªa de los votos, y la m¨²sica no est¨¢ en la mayor¨ªa, no da votos. La situaci¨®n no es f¨¢cil. Esperemos que entiendan que las artes son importantes para la poblaci¨®n, aunque a veces nuestras esperanzas se convierten en polvo¡±.
China se esfuerza estos d¨ªas en ocupar poco a poco un lugar en el mapa de la m¨²sica cl¨¢sica. Primero con el piano y lentamente introduci¨¦ndose en la cuerda. ¡°Apoyan mucho la educaci¨®n musical, construyen auditorios¡ Lo aplaudo. Quieren ser miembros leg¨ªtimos de la cultura mundial y es maravilloso. Ojal¨¢ Rusia pudiera hacer m¨¢s cosas as¨ª ahora¡±.
Un ascenso que quiz¨¢ entronque con la inversi¨®n en educaci¨®n y la capacidad de sacrificio para aprender y mejorar con un instrumento. Pero a Ashkenazy esa palabra le suena a herej¨ªa. ¡°?Sacrificio para qu¨¦? No creo que sea un sacrificio. Si quieres conseguir algo musicalmente tienes que dedicar mucho tiempo. Es una actitud seria hacia tu profesi¨®n, no un sacrificio. ?Esfuerzo? Claro, nada viene sin ¨¦l. Pero no creo que el mundo occidental haya perdido esa capacidad¡±. ?l, por supuesto, tampoco.
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