Teatro en el ADN de una ciudad
Buenos Aires, capital mundial de la escena, cuenta con inabarcables y extraordinarios espect¨¢culos de teatro comercial e independiente
Buenos Aires, capital mundial del teatro. Dicho as¨ª habr¨ªa voces que reclamar¨ªan ese intangible t¨ªtulo para Nueva York, Londres o San Petersburgo. Incluso para Tel Aviv si se echa mano de estad¨ªsticas de asistencia. Pero el teatro no lo hacen s¨®lo, ni solos, los creadores. Los espectadores son parte responsable e importante del espect¨¢culo, hasta el punto de tener el poder de transformar, hasta niveles incre¨ªbles, en inmovilidad y silencio, lo que ocurre sobre el escenario. Y no hay sitio como Buenos Aires, donde el p¨²blico est¨¦ tan profundamente comprometido con los inabarcables teatros y creadores de esa ciudad, cuantitativa y cualitativamente.
En casi todos los pa¨ªses las personas con h¨¢bitos teatrales van a un espect¨¢culo (sobre todo si es musical), convirtiendo el hecho en una actividad social que incorporan a sus vidas, por diferentes razones, incluida la l¨²dica o la del consumo cultural. En Buenos Aires no. Los bonaerenses incorporan el teatro a sus necesidades psicol¨®gicas y casi fisiol¨®gicas; es un h¨¢bito, una regla com¨²n y habitual como la de ducharse o lavarse los dientes. Simplemente van; sin plantearse nada, no hay reflexi¨®n en ese hecho, sin embargo s¨ª la hay, y mucha, en las consecuencias de haber ido, en el sentido de que esa reflexi¨®n aparece y la convierten en otro placer m¨¢s, con una intensidad que var¨ªa en funci¨®n de lo que se haya ido a ver.
Ya sea teatro comercial, alrededor de esa abarrotada calle Corrientes, por la que docenas de muchachos reparten folletos (no de restaurantes o atracciones tur¨ªsticas) de montajes teatrales y buenos. Ya sea teatro independiente. Ese bendito teatro independiente porte?o (que no es nuevo y viene creciendo desde los a?os setenta) repartido por toda la ciudad, por todos los barrios, realizado en salas, casas, almacenes, garajes, patios, naves¡ Un teatro inabarcable, del que permanentemente emergen figuras en direcci¨®n y autor¨ªa, que nutren otros teatros de la ciudad, de Am¨¦rica, de Europa, del mundo y que han dado nombres como Jaime Kogan, Eduardo Pavlosky, Ricardo Bartis, Ricardo Monti, Ricardo Talesnik, Alfredo Arias, Daniel Veronese, Spregelburg, Alejandro Tantani¨¢n, Javier Daulte, Claudio Tocachir, Santiago Loza, Rodrigo Garc¨ªa, Pablo Messiez¡..
Y en cuanto a la interpretaci¨®n, la lista ser¨ªa desmedida, aunque s¨ª se pueden ver estas semanas en Buenos Aires actuando a Alfredo Alc¨®n, Dario Grandinetti, Cecilia Roth, ?scar Mart¨ªnez, Federico Luppi, Ricardo Dar¨ªn, Elvira Lois, Ricardo Portaluppi, Lautaro Perotti, Horacio Pe?a, Pompeyo Audivert, entre otros importantes actores.
Presencia espa?ola en la cartelera porte?a
La presencia espa?ola no es peque?a en Buenos Aires. Tras la visita de El veneno del teatro, de Rodolf Sirera dirigida por Mario Gas (con Miguel ?ngel Sol¨¢ y Daniel Freire), y a¨²n en cartel la exitosa M¨¢s de 100 mentiras, musical basado en canciones de Sabina, la semana pasada, el exigente p¨²blico y cr¨ªtica bonaerenses, se rindieron ante la calderoniana La vida es sue?o, de la Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico y Helena Pimenta. No s¨®lo hubo en todas las funciones aplausos en mitad de la obra y largas y cerradas ovaciones al final, sino que tras el mon¨®logo de ¡®sue?a el rico¡¡¯, de Blanca Portillo convertida en Segismundo, el p¨²blico comenz¨® a bramar con gritos, cercanos al placer y la gran catarsis, durante tiempo. Fue en el Teatro San Mart¨ªn, que pertenece al Complejo Teatral Buenos Aires, dirigido por Alberto Ligaluppi desde hace a?os, que agrupa a los teatros p¨²blicos bonaerenses (salvo el Col¨®n). Este concretamente con tres salas de exhibici¨®n y varios pisos que acogen m¨²ltiples y diferentes actividades culturales. ¡°Yo s¨ª sostengo que Buenos Aires es la capital mundial del teatro, donde la gente es totalmente permeable al teatro, como en ning¨²n otro sitio¡±, se?ala Ligaluppi, quien ha programado estas fechas un trabajo de Alfredo Alc¨®n. ¡°El bonaerense tiene el h¨¢bito de ir al teatro, muy arraigado y de manera muy profunda¡±, se?ala Alc¨®n, actor tambi¨¦n muy admirado en Espa?a, donde ha trabajado en numerosas ocasiones, que por fin ha puesto en pie como director y actor Final de partida, de Samuel Beckett, obra que le persigue hace d¨¦cadas
El mismo Teatro San Mart¨ªn estrena esta noche y produce El cr¨ªtico, del autor espa?ol vivo m¨¢s representado internacionalmente, Juan Mayorga, con puesta en escena de Guillermo Heras, director espa?ol pr¨¢cticamente afincado en Latinoam¨¦rica quien ha contado con dos actores sobresalientes: Horacio Pe?a y Pompeyo Audivert. Tambi¨¦n Heras est¨¢ al frente del proyecto que se estrena en septiembre en coproducci¨®n con la CNTC espa?ola, Los ?spides de Cleopatra, de Francisco de Rojas Zorrilla, que en enero viajar¨¢ a Espa?a.
Corrientes y Daulte
A escasos metros de este gran centro esc¨¦nico de la calle Corrientes est¨¢ el teatro La Plaza donde los populares (tambi¨¦n en Espa?a) actores Cecilia Roth y Dario Grandinetti representan Una relaci¨®n pornogr¨¢fica, de Philippe Blasband. Roth tiene claro que para ella el teatro es un ¡®refugio¡¯, tanto para el actor como para el espectador. ¡°Es un refugio en la guerra y en la paz y en esta ciudad los hay para todos los gustos. Por suerte. Adem¨¢s para un actor es un gimnasio donde nunca se deber¨ªa dejar de entrenar; el escenario es donde afinas lo que tienes y te adue?as de tu trabajo¡±. Su compa?ero en la funci¨®n a?ade que el teatro forma parte del ADN cultural de los argentinos: ¡°Y el gran responsable es el teatro independiente; adem¨¢s las crisis nunca perjudican a la creaci¨®n, s¨®lo a la venta de entradas, aunque tampoco creo que gracias a las crisis surjan las grandes creaciones, como a veces se dice¡±. La obra que ambos representan est¨¢ dirigida por uno de los gur¨²s del teatro argentino, Javier Dualte, que cuenta con varias obras en cartel en su ciudad, como la triunfadora Amadeus, con el maravilloso actor ?scar Mart¨ªnez en el Metropolitan Citi, donde tambi¨¦n se representa, dirigida por ¨¦l, El hijo de puta del sombrero.
Desde el 5 de junio se podr¨¢ ver en el Teatro Maipo la vuelta de Ricardo Dar¨ªn y Valeria Betucelli a los escenarios con Escenas de la vida conyugal, dirigidos nada menos que por la enorme actriz Norma Aleandro.
El fen¨®meno de Timbre 4 y Claudio Tolcachir
De una generaci¨®n posterior a Daulte es el treinta?ero Claudio Tolcachir, sin duda el que empuja m¨¢s fuerte dentro y fuera de Argentina, con su brillante compa?¨ªa y sala Timbre 4, sus textos inquietantes y sus impresionantes actores. ?l tiene claro que dictaduras, revoluciones, movimientos pol¨ªticos y culturales atravesaron el teatro independiente porte?o como espacio de encuentro, catarsis, reflexi¨®n, resistencia: ¡°Contamos con un p¨²blico muy curioso que espera desaf¨ªos y la relaci¨®n teatro p¨²blico es muy exigente y demandante; pero muy amorosa¡±. Timbre 4 que se toma como s¨ªmbolo de lo que se ha venido a llamar teatro a la argentina, del que ahora se ha contaminado mucho Madrid, es solo un exponente de toda una cultura teatral. ¡°La funci¨®n que cumple el teatro en una sociedad como la nuestra es la de un espejo revulsivo que incomode, que movilice, que no te deje escapar, que nos haga m¨¢s piadosos y menos ciegos y que entretenga en el sentido m¨¢s profundo y apasionante de esa expresi¨®n¡±, dice el creador de Timbre 4 donde adem¨¢s de exhibirse muchos espect¨¢culos, ahora se pueden ver todos los de Tolcachir, incluidos Jam¨®n de diablo (un cabar¨¦ y su primera obra) y Emilia, su ¨²ltima creaci¨®n impresionante, profunda, paralizante, que en octubre y en Espa?a, el autor y director montar¨¢ con actores espa?oles, lo que impedir¨¢ ver a esa bestia esc¨¦nica que es Carlos Portaluppi, actor en Emilia, que tambi¨¦n representa magistralmente estos d¨ªa en la bonaerense sala Beckett La historia del se?or Sommer, de Patrick S¨¹skind, adaptada por el director Guillermo Ghio.?
La recuperaci¨®n emblem¨¢tica de El Picadero
El Teatro del Picadero, pegadito a Corrientes, ha recuperado lo que fue un espacio de creaci¨®n esc¨¦nica en plena dictadura argentina, pero que dur¨® tan s¨®lo unos d¨ªas. En 1981 fue destruido por un atentado seguido de incendio, preservando ¨²nicamente la fachada, y convirti¨¦ndose en un icono de la memoria a la cultura de la resistencia. La reapertura en 2012, por Sebasti¨¢n Blutrach y otros socios, fue muy bien acogida por la familia teatral bonaerense y el p¨²blico que ahora acude a ver Forever Young de Eric Gedeon, que en Espa?a version¨® el Tricicle y que aqu¨ª dirige Daniel Casablanca y La noche del ¨¢ngel, de Furio Bord¨®n, con direcci¨®n e interpretaci¨®n de Federico Luppi, entre otros actores.
Las experiencias de el Cubo y Elefante
Una de las exploraciones esc¨¦nicas m¨¢s interesantes la ofrece El cubo, donde se representan numerosas obras. Su creador, Jorge Vidoletti, plantea que con 200.000 euros puede construirse un cubo, que ser¨ªa y es una suerte de centro cultural minimalista, con tres salas simult¨¢neas. Y dentro de ¨¦l, desarmable y transportable un cubito que cobra vida propia por los barrios. ¡°Se trata de una nueva generaci¨®n de teatros, para una nueva generaci¨®n de artistas y espectadores¡±, dice este profesional que proviene del mundo de la arquitectura y que ha escrito un interesant¨ªsimos ensayo, El espacio ocupado, en el que expone sus teor¨ªas de c¨®mo debe ser la relaci¨®n espacial del espectador con el escenario para que se produzca una mayor comunicaci¨®n.
Tambi¨¦n destacable en esta reconfortante mara?a creativa del teatro independiente est¨¢ Elefante Club de Teatro, donde producen y dirigen las obras de Santiago Loza, autor y director a tener muy en cuenta, ya que se perfila como el nuevo crac argentino, del que se puede ver ahora La mujer puerca, interpretada por una espl¨¦ndida actriz, Valeria Lois y en el teatro Abasto El mal de la monta?a. Desde Elefante se ha creado una camada de salas y espacios teatrales (m¨¢s de 20) agrupadas bajo el nombre de Espacios Esc¨¦nicos Aut¨®nomos.
Babelia
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