Violencia genuina

Noticia de alcance en el mundo de los estrenos semanales: hay una pel¨ªcula que no se parece a nada que haya visto usted antes. Por mucho que se llame Stoker, poco tiene que ver con el universo del autor de Dr¨¢cula. Por mucho que el personaje masculino se llame Charlie, sea el t¨ªo de la joven protagonista femenina, venga de no se sabe d¨®nde, act¨²e de modo inquietante y haya un ramalazo incestuoso en el comportamiento de ambos, nada tiene que ver con La sombra de una duda y con el universo Hitchcock. Eso son homenajes verdaderos, simples gui?os para entendidos, con poco alcance dentro del engranaje sist¨¦mico de la pel¨ªcula, lejos de la copia, las referencias y hasta el reciclaje. Por no parecerse, esta primera pel¨ªcula estadounidense del coreano Park Chan-wook ni siquiera se asemeja demasiado a su obra anterior, a la inmensa Old boy (2003), a Sympathy for Mr. Vengeance (2002) y Sympathy for lady Vengeance(2005). Stoker es genuina e ins¨®lita. Tambi¨¦n un ejercicio de manierismo en el alambre del exceso. Un obra minimalista en su fondo, sostenida ¨²nicamente por la puesta en escena.

A pesar de establecer apuntes, m¨¢s que reflexionar, sobre temas tan trascendentes como el descubrimiento de la sexualidad, el poder de la sangre y el legado de la demencia, en manos de casi cualquier otro director, el guion de Stoker hubiera podido convertirse en una nader¨ªa no lejos de ciertas estupideces sangu¨ªneas para adolescentes. En las de Chan-wook estamos ante una acumulaci¨®n de detalles formales que casi no admite comparaci¨®n. ?Demasiados? Quiz¨¢ s¨ª, porque una pel¨ªcula resulta insostenible si siempre est¨¢ en la c¨²spide, si no hay respiro para el espectador, si casi en cada plano su autor quiere demostrar su maestr¨ªa. Y quiz¨¢ no, porque apenas hay ca¨ªdas en su creatividad: con la puesta en escena, con el color, con las formas, con los s¨ªmbolos, con su magia, con su fuerza, con su ritmo hipn¨®tico, con la turbadora banda sonora de Clint Mansell. Detalles meridianos y otros casi imperceptibles para el no especialista, como esos planos con infinito aire en la parte superior y el personaje apostado en la esquina inferior izquierda del encuadre, la m¨¢s molesta, mientras la parte central y derecha est¨¢n absolutamente limpias.

Stoker, eso s¨ª, es una pel¨ªcula dif¨ªcil, que incluso puede resultar compleja para una parte del p¨²blico, sin serlo sobre el papel. Pocas secuencias y muy largas, trama m¨ªnima, pura filigrana t¨¦cnica y, en fin, un relato que no se puede contar, que solo se puede ver. Park Chan-wook aterriza en EE UU legando un pu?ado de secuencias memorables (todos los asesinatos, la pieza de piano a cuatro manos, el cintur¨®n cual anaconda en celo¡­). Con la valent¨ªa de los grandes y con un ejercicio de estilo sobre la po¨¦tica de la violencia que quiz¨¢ no sea un ¨¦xito de p¨²blico pero que se convertir¨¢ con toda probabilidad en pel¨ªcula de culto.