Espaldas mojadas
Huir de la penuria, del hambre, de la ausencia de oportunidades es un necesidad que viene de antiguo y que cada d¨ªa recobra lamentable actualidad. En Espa?a se hicieron con frecuencia pel¨ªculas sobre el tema cuando se deb¨ªa emigrar a tierras de Am¨¦rica, Europa o simplemente a regiones m¨¢s pr¨®speras en el propio pa¨ªs. Y ahora, inevitablemente, volver¨¢n a hacerse si los cineastas atienden a su realidad inmediata. Hace unos pocos a?os el festival de San Sebasti¨¢n dedic¨® un ciclo a pel¨ªculas sobre la emigraci¨®n ¡ªTodos somos emigrantes, dec¨ªa su leyenda¡ª y en el festival de Cannes raro es que, edici¨®n tras edici¨®n, no figuren pel¨ªculas sobre el tema. Sin ir m¨¢s lejos, el a?o pasado Aqu¨ª y all¨¢, del espa?ol Antonio M¨¦ndez Esparza gan¨® el premio de la Semana de la Cr¨ªtica, recorriendo desde entonces festivales de medio mundo en los que ha obtenido nuevos galardones, mientras que, parad¨®jicamente, su estreno en Espa?a paso sin pena ni gloria. M¨¦ndez Esparza hablaba de la emigraci¨®n mexicana hacia Estados Unidos, de la emigraci¨®n clandestina, claro est¨¢, y este a?o ha sido otro espa?ol, Diego Quemada-D¨ªez, tambi¨¦n afincado en M¨¦xico, quien ha hablado del tema en su opera prima, La jaula de oro, una de las historias m¨¢s impresionantes que sobre esta tragedia se hayan filmado desde que el mexicano Alejandro Galindo dirigiera Espaldas mojadas en 1955, a pesar de que han sido y siguen muchas, y no solo mexicanas.
No todo es evasi¨®n y experimentos formales lo que se ve en Cannes. En su muy variado programa figuran pel¨ªculas de todo signo, pero las buenas cr¨®nicas sobre la realidad inmediata adquieren especial protagonismo fuera de la competici¨®n oficial. En otras secciones, igualmente oficiales, florecen estas pel¨ªculas y no ser¨ªa raro que en los premios de Un certain regard, donde La jaula de oro se ha presentado, figurara esta vibrante y demoledora obra que aun siendo primeriza contiene el talento de un autor experimentado.
Narra la aventura de tres adolescentes que huyen de Guatemala para alcanzar el ansiado para¨ªso estadounidense, a los que se une otro muchacho, un indio tzotzil que no habla espa?ol. Est¨¢ narrada con sobriedad y dureza, sin sentimentalismos ni cabriolas narrativas, pero tambi¨¦n con ternura y cierto sentido del humor. El que sea una coproducci¨®n minoritaria con Espa?a quiz¨¢s le permita tener m¨¢s suerte cuando se estrene entre nosotros, siempre, naturalmente, que queden cines donde poder hacerlo. Es curioso c¨®mo ha trascendido en Europa el cierre de la distribuidora Alta Films as¨ª como muchos de sus cines y naturalmente en Cannes. Est¨¢ siendo rara la entrevista en la que no se pregunte sobre ello.
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