Jacinto Ant¨®n o la pasi¨®n del periodismo-aventura
¡®H¨¦roes, aventureros y cobardes¡¯ re¨²ne los reportajes y cr¨®nicas recientes del periodista de EL PA?S
Seguro que muchas de las p¨¢ginas de H¨¦roes, aventureros y cobardes (RBA) las ha le¨ªdo el lector de este peri¨®dico, donde se han ido publicando a lo largo de los a?os. Configuran un singular espacio narrativo-informativo, ajeno a la contemporaneidad o apenas rasante con la novedad, enmarcado por los conceptos de miedo, hero¨ªsmo, aventura y azar. Su autor, Jacinto Ant¨®n, tiene un estilo inconfundible, cercano, ligeramente humor¨ªstico pero de un apasionamiento contagioso, para contar las mil formas de la aventura del hombre enfrentado a los l¨ªmites de su resistencia y las formas m¨¢s ex¨®ticas que adopta la vida. Gracias a sus intensas lecturas adolescentes conoce bien a los cl¨¢sicos griegos y latinos, a los emperadores romanos pero tambi¨¦n a los exploradores del ?rtico y del ?frica negra, a los pilotos de guerra y las costumbres m¨¢s extra?as de la fauna tropical. Para ¨¦l no tienen secreto los exploradores, los aventureros de la guerra de Secesi¨®n americana, los pilotos de caza y los ¡°grandes cobardes¡± de la Historia: desde el cobarde del Titanic al cobarde de la guerra zul¨² o el que acompa?aba al general Custer.
¡°El tema del coraje y del miedo y de c¨®mo vencerlo es actual siempre¡±, dice Ant¨®n. ¡°Empapa a toda la sociedad, encuentra eco en cualquier lector de hoy d¨ªa. En esto hay algo profundo que levanta resonancias en nosotros. En alguna de sus cr¨®nicas, ¨¦l mismo pregon¨® con coqueter¨ªa inversa que es m¨¢s medroso que temerario, pero la pr¨¢ctica del periodismo le ha permitido salvar ese obst¨¢culo: ¡°Aunque padezco de claustrofobia puedo bajar a una tumba, de hecho, he bajado a muchas que si hubiera ido como turista no hubiera entrado¡±.
Un tema al que siempre vuelve es el del Tercer Reich y los jerarcas nazis. ¡°Me interesan como paradigma del mal¡±, explica, ¡°tiene un registro muy amplio de gente entregada al mal¡. en el cual piensas que en alg¨²n sitio tambi¨¦n podr¨ªas caber t¨²¡±.
Una de las piezas m¨¢s destacadas del libro es la entrevista con Gitta Sereny, autora de libros de conversaciones con Speer, el arquitecto y ministro de armamento de Hitler, y con Franz Stangl, el jefe del campo de Treblinka. ¡°Ella se dio cuenta del contagio moral¡ a veces te crees que el revestimiento de periodista te inmuniza, pero no es as¨ª, te quedas desnudo, para bien y para mal. T¨² haces de filtro de ese material, para que llegue a los lectores, pero cuando pasa por ti te deja tocado. Es lo grande de este oficio: que te emociona¡±.
El arriba firmante conoci¨® a Jacinto Ant¨®n hace d¨¦cadas, en el Ritz de Barcelona, durante la rueda de prensa de un roquero que ¨¦l cubr¨ªa para El Pa¨ªs, en cuya redacci¨®n ha trabajado siempre. ¡°Muchas de estas cosas las escrib¨ª en la redacci¨®n, sentado al lado de Agust¨ª Fancelli. Nos re¨ªamos, nos envi¨¢bamos correos, ¨¦l aconsej¨¢ndome ¡®sigue por ah¨ª, Jacinto¡¯. Una vez me dijo: ¡®Eres el ¨²nico periodista que conozco que est¨¢ o en el pasado o en el futuro, pero nunca en el presente, y eso provoca los l¨®gicos problemas de cierre¡±, concluye, sonriendo.
Babelia
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