F¨¦lix de Az¨²a:¡°Menos mal que la literatura es una mercanc¨ªa¡±
'Contra Jerem¨ªas' re¨²ne sus art¨ªculos pol¨ªticos. 'Autobiograf¨ªa de papel' repasa la evoluci¨®n de la literatura desde el puro contraste.
F¨¦lix de Az¨²a, vecino de Madrid nacido en Barcelona hace 69 a?os, tiene buena memoria pero se niega a escribir unas memorias. Si en Contra Jerem¨ªas (Debate) re¨²ne sus art¨ªculos pol¨ªticos, en Autobiograf¨ªa de papel (Mondadori) repasa la evoluci¨®n de la literatura desde el puro contraste: c¨®mo era hace 40 a?os, cuando ¨¦l se estren¨® como poeta nov¨ªsimo, y c¨®mo es ahora que vive volcado en el periodismo de opini¨®n. Es la segunda parte de una trilog¨ªa ¡ªcuadros, libros, dioses¡ª que analiza el fin de la cultura tal y como la conoc¨ªamos y que se abri¨® hace dos a?os con Autobiograf¨ªa sin vida,dedicada al ¡°acabamiento¡± del arte.
Formado en el tiempo de los artistas-genios, Az¨²a ha llegado a una conclusi¨®n que expone ¡°sin melancol¨ªa¡±: la cultura producida industrialmente ¡ªo sea, para las masas¡ª es el arte que corresponde a la democracia total. ¡°Lo que se va acabando es la mercanc¨ªa que adem¨¢s era arte. El arte ha sido siempre mercanc¨ªa, qu¨¦ te crees que eran los frescos de Miguel ?ngel. La gracia del arte era que daba muchas m¨¢s cosas. Esta botella de agua produce los efectos de la mercanc¨ªa y ah¨ª se acaban. La obra de arte produce, ll¨¢malo, sentimiento, conocimiento... Y puede durar siglos, como la Il¨ªada. Esa es la parte que se est¨¢ acabando. Todav¨ªa quedan literatos que hacen arte, los dem¨¢s hacen mercanc¨ªa que vende millones, cosa que nunca hab¨ªa sucedido. Pero la literatura art¨ªstica se va acabando, no nos enga?emos¡±.
Cuando se le pregunta qui¨¦nes son esos literatos artistas Az¨²a no duda: J. M. Coetzee, premio Nobel en 2003. ?Y entre los espa?oles? ¡°Mar¨ªas, Vila-Matas...¡±. Igual de rotundo se muestra ante una pregunta dif¨ªcil de responder con un nombre: ?Qui¨¦n dice qu¨¦ es arte y qu¨¦ mercanc¨ªa? ¡°La obra de arte es evidente por s¨ª misma. No hace falta que la defienda nadie. Nadie defendi¨® Los Cantos de Maldoror pero los descubrieron 20 a?os despu¨¦s de muerto Lautr¨¦amont¡±.
Es posible que los cl¨¢sicos se defiendan solos, cosa distinta es qui¨¦n separa, entre los vivos, el grano de la paja. La diatriba entre cr¨ªtica y democracia est¨¢ servida: ¡°Lo que llamo democracia total es un proceso de tecnificaci¨®n tan denso que cada vez es m¨¢s autom¨¢tico. Cuanto m¨¢s total es, m¨¢s dificultades tiene para cuidar de lo excepcional, que desaparece arrastrado por el automatismo de la t¨¦cnica¡±. Para el autor de El aprendizaje de la decepci¨®n, ¡°la excelencia solo se admite ya en el deporte¡±, no en ¨¢mbitos en los que antes se daba por supuesta como la educaci¨®n ¡ª¡°la LOGSE decidi¨® que los suspensos eran de derechas¡±¡ª y las artes.
Si la democracia total es esencialmente cuantitativa y la cultura industrial, su arte, ?la cantidad se convertir¨¢ en un criterio est¨¦tico? ¡°Eso es inevitable. Por eso hablo de acabamiento. La din¨¢mica de la democracia hipertecnificada tiende a eso. Lo cuantitativo aplastar¨¢ a lo cualitativo. Habr¨¢ m¨¢s o menos resistencia, pero el final est¨¢ cantado. Los ni?os de ahora dios sabe d¨®nde encontrar¨¢n la calidad, pero la encontrar¨¢n. Tengo una cr¨ªa de un a?o y cuatro meses y estoy convencido de que no va a echar de menos lo que tenemos nosotros¡±. En ese punto llega la ¨²nica propuesta que se permite el escritor, la ¡°intenci¨®n¡± del libro: ¡°No renuncies a nada, pero de vez en cuando, p¨¢rate a pensar¡±.
De la poes¨ªa a la novela y de esta al ensayo como puente hacia el periodismo ¡ªla ¡°cultura literaria¡± de nuestro tiempo¡ª, Autobiograf¨ªa de papel es un recorrido por el estado de la literatura y, en paralelo, por la trayectoria de su autor. Tal paralelismo despierta en el lector una pregunta que el expoeta y exnovelista escucha como si la esperara: ?no estar¨¢ confundiendo su propio acabamiento con el de la cultura occidental? ¡°Ojal¨¢ fuera eso¡±, responde. ¡°Miles de personas han seguido el mismo movimiento y por eso me parece interesante de contar. Esta no es mi autobiograf¨ªa: el t¨ªtulo es una trampa para vender m¨¢s¡±.
Puestos a redactar certificados de defunci¨®n, es imposible no hablar de la supuesta agon¨ªa de la novela. ¡°Es verdad que se acaban las novelas en tanto que obras de arte de la lengua. Porque eso es la literatura, no el argumento o si te aburre o te divierte¡±, dice Az¨²a. ¡°La gente dice que las novelas de Benet son aburridas, ?y qu¨¦? Como si me dices que es aburrida la Cr¨ªtica de la raz¨®n pura. Pero adem¨¢s de aburrido, ?has visto algo ah¨ª? ?No? Pues a leer a Salgari¡±. Con todo, el autor de Historia de un idiota contada por ¨¦l mismo no habla del pasado con nostalgia: ¡°Menos mal que la literatura es una mercanc¨ªa. Yo doy por buena la supercomercializaci¨®n de la novela, me parece maravilloso que se vendan miles de ejemplares sobre templarios ped¨®filos. Hay finolis que dicen: ¡®El arte no puede ser una mercanc¨ªa¡¯. Est¨¢n locos, solo sobrevivir¨¢ si lo es. Cuanto m¨¢s amplia sea la base, m¨¢s podr¨¢n los editores vocacionales publicar a los j¨®venes, que no tienen imagen. Y ahora solo se vende lo que ya tiene imagen¡±.
Babelia
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