Wagner de verano a la rusa

La conmemoraci¨®n en 2013 del bicentenario de los nacimientos de Wagner y Verdi, que ya ha marcado la programaci¨®n de la temporada extinguida, sigue proyectando su influencia sobre los festivales de verano.

Si a Verdi y su airado y escasamente resignado Requiem tuvo el honor de inaugurar el Festival de Peralada, Valery Gergiev, la figura m¨¢s medi¨¢tica que circular¨¢ este verano por Peralada en el ¨¢mbito cl¨¢sico, escogi¨® Wagner como autor ¨²nico del concierto que dirigi¨® al frente de la Orquesta del Teatro Mariinsky de San Petersburgo.

Wagner que ya tolera mal las versiones de concierto, a¨²n tolera peor el despiece y el troceado de los pica-pica oper¨ªsticos impuestos por la mercadotecnia, la crisis y el p¨¢nico del p¨²blico moderno ante un espect¨¢culo que le pueda obligar a apagar el m¨®vil durante m¨¢s de dos horas.

El ¡®zar¡¯ dirigi¨® con eficacia, pero fatigado, sin su energ¨ªa hipn¨®tica

Los wagnerianos practicantes, si transigen ideol¨®gicamente con el corrupto formato, toleran bien los conciertos Wagner porque insertan mentalmente las piezas que se les proporcionan en los monumentales rompecabezas dram¨¢ticos del alem¨¢n que conocen al dedillo; para el resto de los mortales los conciertos Wagner pueden resultar m¨¢s inc¨®modos y confusos que cualquier otro concierto de retales oper¨ªsticos y la cosa empeora si, como en este caso, no hay ni traducci¨®n simult¨¢nea ni un mal resumen argumental en el programa de mano.

En la primera parte, por ejemplo, ocupada enteramente por el primer acto de La valquiria, si no se sab¨ªa que el tenor y la soprano, obviamente abrasados de pasi¨®n seg¨²n indicaba la m¨²sica, eran hermanos, el asunto perd¨ªa morbo. Que el bajo, perpetuamente enfadado, era, con toda seguridad, el marido cornudo de ella lo intuy¨® hasta el m¨¢s lerdo. En la segunda parte, con la prodigiosa unci¨®n del preludio del acto primero de Lohengrin dando paso a la airada imprecaci¨®n de Isolda y, a continuaci¨®n, la solemne obertura de Los maestros cantores de N¨²remberg conduciendo a la intimidad sublime de la Muerte de amor de Isolda, el encontronazo de emociones y sensaciones fue may¨²sculo.

El balance musical del concierto fue bueno pero qued¨® algo por debajo de las altas expectativas que hoy en d¨ªa genera un nombre como Valery Gergiev y su Orquesta del Teatro Mariinsky. La orquesta sonaba bien, con cuerpo y car¨¢cter, pero el sonido no era inmaculado y el zar Valery dirig¨ªa con eficacia de profesional ducho en el tema, pero fatigado, sin la energ¨ªa hipn¨®tica de otras ocasiones. Los cantantes, la soprano Mlada Judol¨¦i (Sieglinde), el tenor Avgust Amonov (Sigmund) y el bajo Mikhail Petrenko (Hunding), eran todos solistas de la compa?¨ªa del Teatro Mariinsky. Petrenko estuvo s¨®lido y aplomado, Judol¨¦i y Amonov, empezaron descolocados, especialmente el tenor, de dicci¨®n alemana confusa, poco suelto y demasiado pendiente de la partitura, pero acabaron bien, intensos. En conjunto resultaron correctos, pero la correcci¨®n no es suficiente en este caso.

En la segunda parte s¨ª se alcanz¨® el nivel esperado. La holandesa Eva-Maria Westbroek, que brilla ya en los escenarios oper¨ªsticos en los papeles wagnerianos de mayor exigencia, fue una Isolda majestuosa, apasionada, imponente, poderosa, generosa de medios, adecuada de estilo. Ella fue la triunfadora.

El Festival de Peralada, que complet¨®, su particular aportaci¨®n al bicentenario Wagner con el estreno en Espa?a el s¨¢bado (repetici¨®n hoy domingo) de Das Liebesverbot (La prohibici¨®n de amar), una ¨®pera de juventud que Wagner no incluy¨® en su canon, orientar¨¢ sus pr¨®ximas sesiones cl¨¢sicas a repertorio m¨¢s llevadero con la actuaci¨®n del tenor Piotr Beczala (d¨ªa 5), una representaci¨®n de Norma (d¨ªa 6) con Sondra Radvanovsky en el papel principal, el estreno absoluto de la ¨®pera Wow! de Alberto Garc¨ªa Demestres (d¨ªa 14) o una gala de grandes estrellas del ballet con ?ngel Corella como invitado (d¨ªa 16).

Alejandro Sanz (d¨ªa 7), que a 200 euros una platea pone techo econ¨®mico al festival, Gloria Gaynor (d¨ªa 8) y Paco de Luc¨ªa (d¨ªa 9) destacan en la oferta no cl¨¢sica de los pr¨®ximos d¨ªas.