D¨ªas perros en Bogot¨¢
El fot¨®grafo Alec Soth cuenta c¨®mo fue su estancia en Bogot¨¢ los meses que esper¨® la entrega de su hija adoptiva
Carmen tiene 10 a?os y aunque naci¨® en Bogot¨¢ solo la descubri¨® hace un par de semanas, cuando su pap¨¢, el fot¨®grafo estadounidense Alec Soth (Minneapolis, Minnesota, Estados Unidos, 44 a?os) la llev¨® de vuelta para que lo acompa?ara a inaugurar la muestra Dog Days, Bogot¨¢, un proyecto que es una suerte de ¨¢lbum familiar para la peque?a, un regalo muy personal de Soth que retrata una ciudad con personajes y espacios an¨®nimos y tambi¨¦n muchos perros callejeros, flacos y solitarios.
Soth tom¨® las fotograf¨ªas hace 10 a?os cuando viaj¨® con su esposa a Bogot¨¢ para adoptar a Carmen. Era poco lo que conoc¨ªan sobre Colombia, excepto, se?ala Soth, ¡°las noticias estereotipadas acerca de armas y violencia. Pero tambi¨¦n sab¨ªa que esa imagen era el resultado de una muy limitada cobertura de los medios¡±.
La espera para llevar a Carmen a casa empez¨® a hacerse larga por el excesivo papeleo que hab¨ªa que llenar, llevar y traer. Su madre biol¨®gica, como lo contar¨ªa luego Soth en un libro que lleva el mismo nombre de la muestra, les hab¨ªa entregado a los nuevos padres un ¨¢lbum con cartas, fotos y poemas para su hija. ¡°Espero que la dureza del mundo no har¨¢ da?o a tu sensibilidad. Cuando pienso en ti espero que tu vida est¨¦ llena de cosas bellas¡±, escribi¨® la madre. As¨ª que Soth, como si se tratara de un pedido, tom¨® su c¨¢mara y empez¨® a recorrer las calles de la capital colombiana.
¡°Pens¨® que (las im¨¢genes) ser¨ªan una memoria para su hija¡±, cuenta Ana Mar¨ªa Cifuentes, la curadora de la muestra que estar¨¢ colgada hasta finales de noviembre en el Museo de Bogot¨¢. Pero no fue algo premeditado, sino m¨¢s bien ¡°una conjunci¨®n de la espera que estaba viviendo y el descubrir una ciudad tan extra?a para ¨¦l como Bogot¨¢, en la que su futura hija hubiera podido vivir¡±, dice Cifuentes.
Soth salt¨® a la fama en 2004 cuando una de las fotograf¨ªas que hab¨ªa tomado para su libro Sleeping by the Mississippi, se convirti¨® en la imagen de la Bienal del Whitney Museum of American Art en Nueva York y a ¨¦l, en uno de los grandes descubrimientos del momento, que le valieron, despu¨¦s, convertirse en miembro de la mundialmente reconocida agencia Magnum. Su trabajo en Bogot¨¢ fue la antesala de lo que ocurrir¨ªa con su obra, que hoy hace parte de importantes colecciones p¨²blicas y privadas.
La Bogot¨¢ de Soth va de un extremo al otro. Es una calle solitaria, unos j¨®venes con su peque?a hija en un coche, la pared de una casa con una colecci¨®n de portarretratos donde se ve que unos ni?os crecen, camas vac¨ªas, hombres en busca de trabajo, un polic¨ªa-m¨²sico, un gallo de pelea, una pistola sobre un escritorio, una mujer atropellada, y muchos perros callejeros.
¡°?l no conoc¨ªa nada ni a nadie de lo que fotografi¨® y sin embargo se ve una cierta proximidad porque logra captar momentos y espacios muy ¨ªntimos. Soth no es muy viajero. Se ha centrado m¨¢s en su pa¨ªs¡±, cuenta la curadora de la muestra, aclarando que la serie de Bogot¨¢ es algo ¨²nico en el conjunto de la obra de Soth.
Adem¨¢s es un trabajo mucho m¨¢s ¨ªntimo y por eso las fotograf¨ªas son peque?as, como las que cualquiera tomar¨ªa para un ¨¢lbum familiar. ¡°Yo normalmente no me siento c¨®modo tomando fotos fuera del lugar donde no hablo mi idioma. Pero debido a las circunstancias era necesario¡±, dice el artista, reconocido por hacer su trabajo durante sus frecuentes viajes por carretera.
Para Soth se trat¨® de un ejercicio ambiguo. ¡°Una y otra vez la gente fue amable y acogedora. Pero tambi¨¦n descubr¨ª el miedo. Ten¨ªan miedo de ser robados o heridos. Me entristeci¨® que tanta gente maravillosa tuviera que vivir con miedo¡±, dice el artista.
El t¨ªtulo de la muestra, Dog Days, muestra, a su manera, esa realidad bogotana. En Colombia, es com¨²n utilizar la expresi¨®n ¡°d¨ªas perros¡± para referirse a malos momentos, pero para Soth, no es as¨ª. Sabe que puede ser confuso pero esta expresi¨®n tiene que ver m¨¢s con ¡°el tiempo de espera¡±, ese que tuvieron que pasar Soth y su esposa para poder recibir a Carmen.
De regreso a Minneapolis ¨Cdonde naci¨® y vive¨C Soth termin¨® poniendo las im¨¢genes en un peque?o libro hecho a mano y nada m¨¢s pas¨® durante varios a?os. ¡°Pero yo estaba orgulloso del trabajo y quer¨ªa publicarlo¡±. Finalmente lo hizo con la editorial independiente que ¨¦l maneja y tambi¨¦n con una serie de exposiciones, una de ellas fue en el museo Jeu de Paume (Par¨ªs), en 2008.
Llevar las fotos a Bogot¨¢ tardar¨ªa una d¨¦cada. Los curadores de la muestra, que seleccionaron 35 de las m¨¢s de 60 fotograf¨ªas que hacen parte de la serie original, se centraron en temas como la construcci¨®n de una memoria visual ¨Cen este caso para Carmen¨C, en la combinaci¨®n entre lo documental y la intervenci¨®n art¨ªstica, y por ¨²ltimo, en las lecturas y miradas sobre la capital colombiana. ¡°Invita a una reflexi¨®n sobre el origen, sobre la creaci¨®n del recuerdo y la relaci¨®n entre imagen y reminiscencia¡±, dice, a manera de abrebocas, un texto en el Museo de Bogot¨¢.
All¨ª lleg¨® Soth acompa?ado de su peque?a Carmen. ¡°Ella se sinti¨® muy orgullosa de su herencia y yo muy agradecido, una vez m¨¢s, por todo lo que Colombia me ha dado¡±.
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