El Renacimiento renace en Par¨ªs
El Museo del Louvre propone un viaje al mundo art¨ªstico de la Florencia del siglo XV a trav¨¦s de 140 obras
¡°Es dif¨ªcil explicar un milagro". Con esta frase, la conservadora italiana Beatrice Paolozzi Strozzi, directora del florentino Museo dil Bargello, valoraba la apertura hace unos d¨ªas de la exposici¨®n La primavera del Renacimiento en la sala Napole¨®n del Museo del Louvre. La pinacoteca aloja una muestra concebida junto con el Palazzo Strozzi con la que se quiere ahondar en el surgimiento de lo que Ortega y Gasset llam¨®, en 1933, ¡°el m¨¢s confuso y hoy por hoy indominado de entre todos los periodos de nuestra historia occidental¡±.
?Por qu¨¦ utilizar la palabra milagro (del lat¨ªn miraculum, y esta del verbo mirare, maravillarse)? Paolozzi, que ha comisariado la exposici¨®n junto con Marc Borand, conservador jefe del departamento de Esculturas del Louvre, considera que, ¡°incluso hoy d¨ªa, el Renacimiento es considerado un milagro de transformaci¨®n, no solo en las artes sino en la concepci¨®n del hombre. Un cambio que afecta a la sociedad, la pol¨ªtica, la moral individual y la del colectivo¡±.
La muestra, subtitulada La escultura y las artes en Florencia. 1400-1460, rinde homenaje a esa transformaci¨®n proponiendo un viaje a la Florencia del siglo XV, cuyos artistas, que habr¨ªan de provocar la admiraci¨®n del mundo entero, hallaron en los cl¨¢sicos de la antig¨¹edad grecorromana la inspiraci¨®n necesaria para trascender las imposiciones del g¨®tico y esculpir un arte nuevo. El trayecto hist¨®rico y art¨ªstico presentado logra, as¨ª, abstraer al espectador de la atenci¨®n recibida por la celebrada pintura renacentista y hacerle reparar en la fuente de inspiraci¨®n que, para maestros como Donatello, Lorenzo Ghiberti, Filippo Brunelleschi, Luca della Robbia, Nanni di Banco, Desiderio da Settignano, Filippo Lippi, Mino da Fiesole y Michelozzo, supusieron sus antecesores.
En el recorrido cronol¨®gico de la exhibici¨®n, que alberga 140 obras divididas en diez secciones, se pretende ilustrar las innovaciones formales que alumbran el Renacimiento, pero tambi¨¦n la traslaci¨®n a la escultura del humanismo, ¡°un movimiento filos¨®fico y literario que buscaba en las ra¨ªces de la Antig¨¹edad, en la Roma republicana, el saber del hombre antiguo¡±, en palabras de Beatrice Paolozzi.
Bormand destaca ¡°los pr¨¦stamos de obras excepcionales¡± que han permitido a las pinacotecas francesa e italiana articular ¡°un recorrido tem¨¢tico en torno al cruce de cuestiones de estilo con el contexto hist¨®rico, social y cultural de algunas de las obras m¨¢s importantes de este periodo¡±. El conservador del Louvre alaba tambi¨¦n las labores de restauraci¨®n de algunas de las obras presentadas y ¡°la generosidad de pinacotecas como el museo estatal de Berl¨ªn, que ha cedido tres de sus obras maestras: entre ellas, la Madonna Pazzi de Donatello¡±.
La muestra es un inventario de motivos, musas y mecenas
La entrada a la muestra est¨¢ presidida por la monumental Cabeza de caballo o Protom¨¦ Carafa de Donatello, fechada en torno a 1455, que aparece emparejada con su antecesora, una Protom¨¦ M¨¦dicis escupida en bronce en el siglo IV a.C. Pero el elemento fundamental de la exposici¨®n son los relieves sobre El sacrificio de Isaac realizados para las puertas del Baptisterio de San Juan en Florencia por Ghiberti y Brunelleschi en 1401, en respuesta a un concurso p¨²blico que anuncia la irrupci¨®n del Renacimiento. En ellas, observan los comisarios, se advierte la influencia del Spinario o Ni?o de la espina y el Torso de Centauro; un ejercicio de an¨¢lisis comparativo que planea sobre toda la exposici¨®n.
Seg¨²n Paolozzi, los relieves ¡°son un ¨¢mbito de la escultura que permite, por primera vez, aplicar en el arte figurativo el principio de la perspectiva de Brunelleschi¡±. A ellas les acompa?a la maqueta del Duomo de Florencia realizada por el arquitecto y escultor florentino.
La Primavera del Renacimiento que ofrece en su rentr¨¦e el museo parisiense es un inventario de motivos, musas y mecenas que fueron obrando la mencionada transformaci¨®n en la rep¨²blica florentina: la escultura funeraria, los cambios estil¨ªsticos en la imaginer¨ªa religiosa, los spiritelli o ni?os alados, los condottieri, las figuras ecuestres, las figuras religiosas, la revalorizaci¨®n de la terracota mediante la policrom¨ªa, la introducci¨®n de la perspectiva en la pintura y la escultura, la presencia del mecenazgo institucional y privado¡
Cuando aparece la pintura en la exposici¨®n, es para realzar su huida del plano y su m¨ªmesis de la escultura: los comisarios la encuadran en un ep¨ªgrafe denominado La pintura esculpida, donde se entremezclan los frescos de Hombres y mujeres ilustres de Andrea del Castagno, encargados por Filippo Carducci, con el San Pablo de Masaccio.
De la escultura tallada en m¨¢rmol San Jorge y el drag¨®n de Donatello ¡ªomnipresente en la muestra¡ª destacan los comisarios en el cat¨¢logo que ¡°conjuga por primera vez en una obra de arte la perspectiva lineal y la perspectiva a¨¦rea¡±. Para ello, el maestro ¡°crea la t¨¦cnica del stacciato o muy bajo relieve, con la que el relieve se aten¨²a progresivamente hacia el fondo para donar una impresi¨®n de profundidad¡±.
Cierra el recorrido en el Louvre la maqueta del Palazzo Strozzi de Florencia, atribuida a Giuliano da Sangallo y Benedetto da Maiano. Un ejemplo, para los comisarios, de la ¡°magnificencia¡± anhelada por los mecenas privados para perpetuar su memoria a trav¨¦s del arte y de la arquitectura.
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