A la zarzuela le gusta el siglo XXI
El veneciano Paolo Pinamonti lidera desde su gesti¨®n en Madrid una gran renovaci¨®n del g¨¦nero chico
Contra el tiempo, contra s¨ª misma, contra gustos, tendencias, modas, decadencias, la zarzuela, como arte, como g¨¦nero, aguanta su pulso con el siglo XXI. Y lo hace consciente de su necesaria renovaci¨®n, pero tambi¨¦n manteniendo un fino equilibrio entre su p¨²blico tradicional y uno joven, que poco a poco va incorpor¨¢ndose. Es la obsesi¨®n de Paolo Pinamonti, director del Teatro de la Zarzuela en Madrid, que est¨¢ consiguiendo un m¨¢s que llamativo ¨¦xito de p¨²blico con su gesti¨®n.
¡°Renovaci¨®n¡±, comenta Pinamonti. ¡°Renovaci¨®n del p¨²blico y de la escena. Es crucial para que un g¨¦nero como la zarzuela sobreviva en el tiempo¡±. A juzgar por el ¨¦xito que la ¨²ltima versi¨®n de La verbena de la Paloma, t¨ªtulo cl¨¢sico de Tom¨¢s Bret¨®n, ha generado con el reciente montaje de Jos¨¦ Carlos Plaza, lo van consiguiendo. Un 95% de ocupaci¨®n, casi 17.000 espectadores en 18 funciones. Pr¨¢cticamente lleno total.
¡°Lo ha hecho muy inteligentemente Plaza, a mi juicio¡±, asegura Pinamonti, veneciano, gran conocedor de la m¨²sica espa?ola, y anterior gestor de ¨¦xito en el teatro San Carlos de Lisboa. ?C¨®mo? ¡°Quit¨¢ndole a la obra ese casticismo que le sobra y centr¨¢ndolo en un debate m¨¢s a tono con el Werther, ese que enfrenta a cualquier joven de cualquier ¨¦poca entre la seguridad o el riesgo de la felicidad¡±.
La receta para que la zarzuela venza el combate del tiempo es la misma que durante las tres ¨²ltimas d¨¦cadas ha triunfado con la ¨®pera. Una apuesta por la modernizaci¨®n esc¨¦nica. Pero la ventaja ¡ªy la dureza tambi¨¦n¡ª del g¨¦nero espa?ol tiene que ver con su doble caracter¨ªstica de espect¨¢culo cantado y hablado. ¡°Eso da fuerza a lo teatral y juega a favor, pero al tiempo es m¨¢s duro para un artista hablar y cantar a la vez. Aun as¨ª, el simulacro del personaje gana en veracidad ante el p¨²blico¡±, comenta Pinamonti. Pero, por otra parte, necesita mucha verdad. ¡°La m¨²sica ayuda en la ¨®pera a que nos creamos situaciones absolutamente inconcebibles no ya en la vida, sino en el teatro. La zarzuela no cuenta al cien por cien con esa coartada¡±.
El propio sistema de los espect¨¢culos apostaba por una baja calidad"
El franquismo, adapt¨¢ndola a sus intereses de marca tipo Spain is different, hiri¨® de muerte con un letal tratamiento casposo a la zarzuela de la misma manera que el nazismo emborron¨® gravemente la obra de Wagner. Pero no es todo. Tambi¨¦n seg¨²n Pinamonti, el g¨¦nero cuenta con pecados de origen: ¡°El propio sistema de los espect¨¢culos apostaba por una baja calidad, hoy, elev¨¢ndola, ya le puedes dar otra dimensi¨®n¡±.
Es lo que trata de aplicar en la disciplina del teatro. Eso, adem¨¢s de buenas batutas y directores de escena de renombre. As¨ª, adem¨¢s de Plaza, Pinamonti convenci¨® el curso pasado a Andr¨¦s Lima, impulsor de Animalario, o este a?o a Graham Vick para afrontar Curro Vargas, de Chap¨ª, al tiempo que mantiene la pasi¨®n por el g¨¦nero en directores de escena que siempre lo han defendido y renovado como Emilio Sagi, que vuelve en diciembre al teatro que dirigi¨® con La del manojo de rosas, de Pablo Soloz¨¢bal.
Son propuestas para que la tendencia a la renovaci¨®n del g¨¦nero chico se consolide. Por el momento, es algo que se da de manera muy natural. ¡°Hace 15 a?os, el 70% del p¨²blico que acud¨ªa al teatro eran mayores de 65 a?os. Ahora es solo el 32%, menos de la mitad¡±, asegura Pinamonti. A ello han contribuido los directores de escena citados y otros muchos, desde Calixto Bieito a Jes¨²s Castej¨®n o Paco Mir, de Tricicle a Luis Olmos, pero tambi¨¦n m¨²sicos conscientes de la importancia de involucrarse con la zarzuela.
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