Banquete de formas
En esta secuela, el libro original ya no es ni un referente lejano, pero las virtudes de la primera pel¨ªcula se han intensificado
Adaptaci¨®n ¨Ctan libre que solo se fijaba en el concepto del t¨ªtulo- del hom¨®nimo libro infantil de Judi Barrett, con ilustraciones de Ron Barrett, publicado en 1978, Lluvia de alb¨®ndigas (2009) destac¨® entre otras competidoras m¨¢s hipervitaminadas por la extra?eza de su planteamiento y por algunos dise?os de personajes que esquivaban el modelo Pixar para fijarse en la s¨ªntesis gr¨¢fica del viejo estudio UPA o de la animaci¨®n publicitaria de los a?os 50 y 60. En esta secuela, el libro original ya no es ni un referente lejano, pero las virtudes de la primera pel¨ªcula se han intensificado a trav¨¦s de la b¨²squeda de una identidad gr¨¢fica tan vigorosa como original. La temprana aparici¨®n del villano de la historia ¨CChester V, un cient¨ªfico visionario, situado entre el recuerdo de un Steve Jobs de plastilina y una clonada mascota de cereales- anuncia al aficionado a la animaci¨®n que, a partir de ese momento, va a estar en buenas manos.
LLUVIA DE ALB?NDIGAS 2
Direcci¨®n: Cody Cameron y Kris Pearn.
Animaci¨®n.
G¨¦nero: ciencia-ficci¨®n. Estados Unidos, 2013.
Duraci¨®n: 95 minutos.
Fij¨¢ndose quiz¨¢ en el planteamiento de El mundo perdido, la secuela de Parque Jur¨¢sico, Lluvia de alb¨®ndigas 2 aborda el control de un ecosistema desmandado. La isla poblada de alimentos mutantes podr¨ªa competir en exuberancia visual a la f¨¦rtil prehistoria de Los Croods (2013) y casi se dir¨ªa la respuesta orgi¨¢stica a un recordado concepto disneyniano: el del m¨¢gico mundo de colores. El poder de seducci¨®n visual del conjunto es tal que incluso resulta perdonable la incongruencia que sostiene el conjunto: en la pel¨ªcula uno tiene que interrogarse por la vida emocional de cheeseburgers, marshmellows y otras sustancias alimenticias, pero a nadie parece preocuparle la suerte de un pez en su anzuelo.
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