El museo de arte de Detroit ya tiene precio final
Christie¡¯s finaliza la tasaci¨®n de la colecci¨®n susceptible de venderse para afrontar la quiebra La pinacoteca rechaza sus propuestas para mantenerla intacta
El baile de boda, de Brueguel, el Viejo, costar¨ªa en el mercado de arte entre 100 y 200 millones de d¨®lares; un autorretrato de Van Gogh alcanzar¨ªa los 150 millones; La Visitaci¨®n, de Rembrandt, no llegar¨ªa a los 90 millones. Estos son los tres cuadros m¨¢s valiosos del Instituto de Arte de Detroit (DIA, en sus siglas en ingl¨¦s) de acuerdo con la ¨²ltima y final estimaci¨®n que Christie¡¯s ha realizado esta semana. La oficina responsable de gestionar la bancarrota de la ciudad encarg¨® a mediados de a?os a la casa de subastas que tasara parte de la colecci¨®n del museo de la localidad para tener una idea aproximada de su precio en el caso de que fuera necesario vender parte de sus obras para hacer frente a la quiebra municipal. El informe fue hecho p¨²blico el pasado jueves y en ¨¦l se incluyen recomendaciones para incrementar el valor de la pinacoteca y garantizar su propiedad. Los responsables del DIA no est¨¢n de acuerdo con esas propuestas y han advertido que usar¨¢n todos los mecanismos legales para mantener ¨ªntegra su colecci¨®n.
La casa de subastas estima que la parte de la colecci¨®n que le ha correspondido tasar podr¨ªa alcanzar entre los 454 y los 867 millones de d¨®lares
La potencial venta de parte de las obras del DIA es uno de los episodios que mayor controversia han generado en la cadena de pol¨¦micas y reclamaciones del proceso de la bancarrota de Detroit, en una clara muestra de la complicidad entre arte y pol¨ªtica. Las casi 150 p¨¢ginas del informe de Christie¡¯s ¨²nicamente recogen la valoraci¨®n de 2.773 piezas de las 66.000 que conforman la colecci¨®n del museo, el 5%. Se trata de las obras que se adquirieron directamente con fondos de la ciudad que son las que que, de acuerdo con el responsable de administrar la quiebra, Keyvn Orr, se podr¨ªan vender m¨¢s f¨¢cilmente, ya que las dem¨¢s est¨¢n protegidas por las condiciones de los contratos de cesi¨®n o de pr¨¦stamo de sus titulares originarios.
La casa de subastas estima que la parte de la colecci¨®n que le ha correspondido tasar podr¨ªa alcanzar entre los 454 y los 867 millones de d¨®lares, en el caso de que se vendiera, un precio ligeramente superior al que estableci¨® en el informe preliminar que entreg¨® a Orr a principios de diciembre. Muchos acreedores y expertos en arte consideran que las cantidades asignadas est¨¢n bastante por debajo de su valor real. ¡°Es l¨®gico que se tenga esa sensaci¨®n, pero hay que tener en cuenta que hay obras, como la de Bruegel, que no suelen estar en el mercado y no hay una posibilidad de comparar o establecer paralelismos con otros precios que hayan podido alcanzar piezas similares en otras subastas, precisamente porque no suelen incluirse en los lotes¡±, han explicado a este diario desde Art Media Agency. La tasaci¨®n de Christie's es un fen¨®meno in¨¦dito, ya que muy pocos museos tienen estudios sobre los que costar¨ªan sus piezas de ponerse a la venta.
Las recomendaciones incluyen servirse de las obras como aval para futuros pr¨¦stamos a la ciudad, arrendar parte de las obras a otros museos, crear un fondo que permita a otras pinacotecas alquilar o ceder algunas piezas, permitir a instituciones o particulares sin ¨¢nimo de lucro adquirir las piezas para cederlas, de nuevo, de manera permanente al DIA y realizar exposiciones itinerantes
Desde que comenz¨® a barajarse la posibilidad de que parte de la colecci¨®n del DIA se empleara para hacer frente a los 18.000 millones de d¨®lares en los que se cifra la deuda de Detroit, la instituci¨®n ha sido muy clara en que va a tratar por todos los medios de que no se venda ni una sola pieza. ¡°El DIA considera que la ciudad de Detroit y el museo mantienen la colecci¨®n en calidad de un fideicomiso que pertenece directamente a sus ciudadanos¡±, ha se?alado la galer¨ªa de arte en un comunicado. Sus responsables han advertido en varias ocasiones de que desprenderse, no s¨®lo del 5% tasado, sino de una ¨²nica obra, supondr¨ªa el fin de la instituci¨®n.
El DIA tampoco est¨¢ de acuerdo con las cinco medidas propuestas por Christie?s para incrementar el valor de la colecci¨®n y asegurar su titularidad. Las recomendaciones incluyen servirse de las obras como aval para futuros pr¨¦stamos a la ciudad, arrendar parte de las obras a otros museos, crear un fondo que permita a otras pinacotecas alquilar o ceder algunas piezas, permitir a instituciones o particulares sin ¨¢nimo de lucro adquirir las piezas para cederlas, de nuevo, de manera permanente al DIA y realizar exposiciones itinerantes. ¡°Muchas de las iniciativas no s¨®lo reportar¨ªan ganancias simb¨®licas sino que pondr¨ªan en serio riesgo la colecci¨®n. La idea de un fondo jam¨¢s se ha puesto en pr¨¢ctica y adolece de condiciones concretas sobre la m¨ªnima participaci¨®n econ¨®mica en el mismo¡±, puntualizan desde el museo.
La protecci¨®n sobre la colecci¨®n del DIA no est¨¢ muy clara. El fiscal general del Estado de Michigan argumenta que su venta ser¨ªa ilegal porque la obra forma parte del patrimonio p¨²blico de la localidad, pero varios juristas aseguran que el responsable de gestionar la bancarrota s¨ª podr¨ªa forzar la venta si se prueba que no existen otras alternativas viables para hacer frente a la deuda.
El DIA y las crisis econ¨®micas de Detroit
Esta no es la primera vez que el DIA se ve amenazado, con todo. En sus casi 128 a?os de historia el museo ha sufrido los embates de las crisis c¨ªclicas de la econom¨ªa de Detroit. La galer¨ªa se constituy¨® como una entidad privada en 1885 y sus problemas financieros comenzaron casi desde el principio. En 1893, al constatar que las donaciones de particulares no eran suficientes para mantener las obras, sus propietarios se vieron obligados a solicitar fondos p¨²blicos de la ciudad.
En 1919, el Instituto de Arte pas¨®, finalmente, a manos del Ayuntamiento y la colecci¨®n se cedi¨® a ciudad, financi¨¢ndose a trav¨¦s de partidas presupuestarias asignadas a parques y jardines y a la polic¨ªa. Es en las dos d¨¦cadas siguientes cuando el museo empezaron a adquirir sus piezas m¨¢s emblem¨¢ticas, casi todas las que han sido tasadas por Christie?s. Durante la Gran Depresi¨®n los ciudadanos comenzaron a cuestionarse si una ciudad pod¨ªa permitirse tener un museo en plena crisis econ¨®mica. El declive de Detroit en los 70 y la inflaci¨®n rampante provoc¨® un recorte dr¨¢stico de los fondos destinados al mantenimiento del DIA.
En sus casi 128 a?os de historia el museo ha sufrido los embates de las crisis c¨ªclicas de la econom¨ªa de Detroit
En el 75 el deterioro financiero de Detroit oblig¨® al Ayuntamiento a cerrar las puertas de la pinacoteca durante varias semanas como parte de su plan de recuperaci¨®n. Al comienzo de los 90, un nuevo recorte presupuestario determin¨® que el DIA se viera obligado a cerrar varias salas y a adelantar el horario de cierre. En 2009, en plena recesi¨®n, el museo tuvo que despedir a m¨¢s de medio centenar de empleados.
Aunque en 2012 los ciudadanos aprobaron el establecimiento de un impuesto espec¨ªfico para mantener el museo, en plena bancarrota, cada vez son m¨¢s quienes sostienen que es una inmoralidad proteger las obras del DIA mientras las pensiones y los servicios p¨²blicos b¨¢sicos de la ciudad penden de un hilo. Quienes se oponen a la venta, por el contrario, aseguran que lo que se obtenga por las piezas no s¨®lo no mitigar¨¢ en absoluto el problema del endeudamiento de Detroit sino que destruir¨¢ una de las instituciones m¨¢s prestigiosas de la ciudad, debilitando a¨²n m¨¢s, la fragilidad social y econ¨®mica de la localidad.
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