El arte de rodar en Estados Unidos
¡®La vida inesperada¡¯ y ¡®Una noche en el viejo M¨¦xico¡¯, participantes en el festival de M¨¢laga, han sido filmadas con equipos espa?oles en Nueva York y Texas La ganadora del certamen, ¡¯10.000 km¡¯, tambi¨¦n se realiz¨® en parte en Los ?ngeles
Si un festival sirve de escaparate de tendencias, la 17? edici¨®n del festival de cine espa?ol de M¨¢laga ha mostrado que hay que ir a rodar donde lo pidan las historias. Si la inauguraci¨®n corri¨® por cuenta de No llores, vuela, de Claudia Llosa, una drama de fr¨ªo y espiritualidad filmado ¨ªntegramente en Canad¨¢, la clausura ha venido de la mano de Emilio Arag¨®n, que se ha ido hasta Texas para su Una noche en el viejo M¨¦xico.
Por medio adem¨¢s estaban La vida inesperada, de Jorge Torregrosa, una comedia rom¨¢ntica de espa?oles en Manhattan, y la ganadora del festival, 10.000 km, de Carlos Marques-Marcet, se desarrolla en parte en Los ?ngeles, al contar la relaci¨®n a distancia de una pareja que se comunica por ordenador desde Barcelona y la ciudad californiana. Parte de la producci¨®n de este filme la ha realizado La Panda, empresa conformada por espa?oles en la meca del cine. En el caso de Claudia Llosa, No llores, vuela se rod¨® en Canad¨¢ por la necesidad de localizaciones en lugares fr¨ªos, con hielo en las carreteras y nieve en los paisajes. ¡°Necesitaba esa atm¨®sfera, y que fuera, se sintiera, real¡±, contaba su realizadora en la Berlinale, certamen donde estren¨® su drama.
En La vida inesperada, Jorge Torregrosa ¨Cque vivi¨® ocho a?os en Estados Unidos- ahonda en los dolores de los inmigrantes gracias al personaje al que da vida Javier C¨¢mara, un actor que lucha por ganarse la vida con su talento¡ y con otros diversos trabajos, y al que la visita de su primo altera su rutina. El guion es obra de Elvira Lindo, vecina varios meses al a?o de esta ciudad, que lo escribi¨® especialmente para C¨¢mara¡ al que conoci¨® all¨ª durante el estreno de Hable con ella. ¡°Yo creo que hay una pel¨ªcula en c¨®mo se ha hecho esta pel¨ªcula. Cosas tronchantes en el choque de culturas¡±, asegura su director, al que le toc¨® erigirse ¨Cpor su anterior vida all¨ª- en el engranaje entre ambos equipos, el espa?ol y el estadounidense. ¡°Fue muy divertido ver c¨®mo los norteamericanos, tanto los actores como los t¨¦cnicos, iban abri¨¦ndose poco a poco, porque suelen ser muy fr¨ªos, y llegando a la calidez de los espa?oles, a un buen clima que ayuda a los matices emocionales de los personajes, a lograr cosas dif¨ªciles en la interpretaci¨®n¡±.
Emilio Arag¨®n tampoco ten¨ªa escapatoria. Una noche en el viejo M¨¦xico es un libreto de William D. Wittliff, tejano de nacimiento y escritor de pel¨ªculas como Leyendas de pasi¨®n o La tormenta perfecta. ¡°Yo voy donde me llevan las historias. Elegimos con mucho cuidado las localizaciones para tener bien atado el rodaje. A¨²n as¨ª, pas¨¦ unas horas terribles porque a pocos d¨ªas de empezar a rodar anunciaron que un hurac¨¢n se dirig¨ªa directamente hacia donde est¨¢bamos. De los nervios me sali¨® un herpes en la mano. Finalmente, cambi¨® de direcci¨®n, y pudimos filmar¡±. Como en la de Torregrosa, en este western en el siglo XXI hay actores estadounidenses (Robert Duvall), como espa?oles (Luis Tosar, Javier Guti¨¦rrez) y de otras nacionalidades (Jeremy Irvine, Angie Cepeda, Joaqu¨ªn Cosio). ¡°Se admiraron mutuamente. Duvall un d¨ªa, en un aparte, me dijo de Tosar: ¡®This guy is good¡¯ (Este chico es bueno). A m¨ª me importaba mucho el equipo t¨¦cnico, porque ellos conforman el ambiente y son los primeros cuyos comentarios debes de tener en cuenta como director¡±.
Ambos eran conscientes de lo que significa Estados Unidos, en la obligaci¨®n de regirse por las normas de los sindicatos, que proh¨ªben la manga ancha de los horarios, algo muy espa?ol, y que dejan muy claras las obligaciones de cada t¨¦cnico. Arag¨®n, por ejemplo, cont¨® con un primer ayudante de direcci¨®n estadounidense, y otro asistente, el espa?ol Carlos Gras, que trabaja tambi¨¦n como ayudante de direcci¨®n. Torregrosa recuerda c¨®mo se iban descubriendo unos a otros. Por ejemplo, cuando los estadounidenses se dieron cuenta que al mando de la fotograf¨ªa estaba Kiko de la Rica, quien por cierto nunca hab¨ªa pisado Nueva York. ¡°Vieron su curr¨ªculo y flipaban, porque en ¨¦l est¨¢n dos pel¨ªculas muy conocidas all¨ª, Blancanieves y Luc¨ªa y el sexo. O, por ejemplo, espiaban en IMDB a Ra¨²l Ar¨¦valo, y se daban cuenta de su cantidad de cr¨¦ditos. Me confesaron que les gustaba el ambiente creado en nuestro rodaje, que en realidad ¨¦ramos una producci¨®n peque?a para lo habitual en Nueva York¡±. El cineasta recuerda que algunas rigideces casi les impiden, por ejemplo, el cameo de Maribel Verd¨². ¡°Ten¨ªamos que tramitar la petici¨®n por el sindicato, y al final decid¨ª que iba a estar por mis¡ Nosotros creo que somos m¨¢s efectivos en estos tama?os peque?os, porque ellos usan mucho personal para trabajos que a veces no necesitan tantas manos¡±.
En el caso de Arag¨®n incluso gente de sindicato visit¨® el rodaje para cotejar que se cumpl¨ªan las condiciones. ¡°Son estrictos con los horarios. En Espa?a puedes pedirle a alguien se quede 20 minutos m¨¢s. All¨ª eso supon¨ªa que al d¨ªa siguiente se empezaba mucho m¨¢s tarde. A cambio agradec¨ª que entendieran lo complicado que es un rodaje en un idioma que no es el tuyo. Contamos con un presupuesto de poco m¨¢s de tres millones, y solo pudimos rodar porque se bajaron sueldos y ahorramos en cach¨¦. El equipo de producci¨®n ajust¨® y ajust¨®. Se lo agradezco en el alma¡±. A pesar de estos rodajes extenuantes (Una noche en el viejo M¨¦xico se film¨® en 23 d¨ªas, y La vida inesperada solo necesit¨® un pu?ado de jornadas m¨¢s) que aumentan la tensi¨®n, los dos cineastas recuerdan con cari?o a sus compa?eros estadounidenses de viaje. Torregrosa cuenta: ¡°La ¨²nica jefa de equipo que no era espa?ola fue la responsable del trabajo de arte ¨Cque en Estados Unidos se denomina product design- y ha sido alucinante. Y repitieron su labor en Espa?a porque construimos en Valencia el interior del apartamento, y de nuevo acertaron. Adem¨¢s est¨¢n los actores: all¨ª todo el mundo es un int¨¦rprete, son capaces de levantar cualquier frase. Por eso sus figurantes son incre¨ªbles, porque no son extras, sino actores que aportan cosas con largas carreras a sus espaldas¡±.
Los dos han salido reconfortados de la experiencia, e incluso Emilio Arag¨®n se plantea complicarse a¨²n m¨¢s la vida: baraja en estos momentos dos guiones, uno en Asturias y otro en China, que deber¨ªa, por tanto, rodarse all¨ª. ¡°Hay que ir adonde te llevan las historias, insisto, pero a¨²n no s¨¦ c¨®mo lo afrontar¨ªamos. Eso s¨ª, habr¨ªa tanto actores chinos y espa?oles¡±. Y ese es un reto a¨²n in¨¦dito en el cine patrio.
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