El cuarto claro

El microcosmos de un lago natural, en pleno bosque, como alter ego luminoso del cl¨¢sico cuarto oscuro. El encuentro homosexual, el cruising, pocas veces se hab¨ªa visto en el cine con tal naturalidad como en El desconocido del lago, sexto largometraje del franc¨¦s Alain Guiraudie, hasta ahora in¨¦dito en Espa?a, ganador el a?o pasado del Festival de Cine Europeo de Sevilla y del premio al mejor director en la secci¨®n Una cierta mirada del Festival de Cannes. No es un thriller, pero lo parece; no es un pel¨ªcula rom¨¢ntica, pero hay amor desbocado; no es una pel¨ªcula de sexo, aunque se base en el encuentro furtivo y este se trate con explicitud. Estamos ante una peque?a gran sorpresa amparada en la rigurosidad formal; una historia que esconde una visi¨®n desoladora del encuentro homosexual, pero que, al mismo tiempo, ejerce de catarsis emocional.

Se supone que los visitantes de este lugar de citas tienen una vida ajena al lago, claro est¨¢, pero esta nunca se ve. Al terminar la diversi¨®n, o la frustraci¨®n, seg¨²n el caso, siempre viene la elipsis. As¨ª, el escenario no se conforma solo como habit¨¢culo, sino tambi¨¦n como verdadera esencia formal. Guiraudie, con arriesgada escrupulosidad en el punto de vista, nunca saca la acci¨®n de all¨ª, uniendo cada jornada por un reiterado plano del aparcamiento, casi malsano, donde los coches van marcando el paso del tiempo. Pel¨ªcula casi fe¨ªsta debido a su naturalismo, a una puesta en escena tan funcional como exacta y a una fotograf¨ªa de luz desangelada, perfecta para el tono del relato, El desconocido del lago no evita la crudeza, el impacto: aunque hay secuencias donde el intr¨ªngulis del sexo es tapado por piernas o espaldas, el director epata con un primer plano de un miembro en plena eyaculaci¨®n y hasta con una felaci¨®n a unos cent¨ªmetros del objetivo de la c¨¢mara. Opciones no solo v¨¢lidas; tambi¨¦n precisas dentro de su metodolog¨ªa formal.

Eso s¨ª, m¨¢s all¨¢ del sexo, la luz que desprenden las conversaciones entre el protagonista y su orondo amigo, y sus visiones de la vida y del amor, del paso del tiempo y de la amistad, son lo mejor de una pel¨ªcula donde los cr¨ªmenes y la intriga, que las hay, son meros pretextos, simples macguffins que mueven a los personajes.