Cuando el arte es un arma diplom¨¢tica
Grandes instituciones intensifican el intercambio de obras con fines pol¨ªticos y comerciales El Prado env¨ªa a Australia una embajada de ¡®maestros italianos¡¯
El pr¨¦stamo de un centenar de obras maestras del arte italiano para su exposici¨®n a partir de la semana que viene en la Galer¨ªa Nacional de Victoria (Melbourne) no solo marca un hito art¨ªstico ¡ªpor primera vez, la pinacoteca deja salir fuera de Europa telas de Rafael (La virgen de la Rosa), Ti¨¦polo (La Inmaculada Concepci¨®n) o Annibale Carracci (La asunci¨®n de la Virgen)¡ª;tambi¨¦n expresa aspiraciones pol¨ªticas y econ¨®micas. Detr¨¢s del acuerdo est¨¢, entre otros, la Fundaci¨®n Consejo Espa?a-Australia. Promovida por Exteriores, busca hacer camino empresarial en esas tierras. Adem¨¢s, el Prado cobrar¨¢ un canon (una donaci¨®n cuyo monto es confidencial por contrato) por la cesi¨®n de las piezas.
Zugaza: ¡°Debemos cuidarnos de no convertir todo esto en un puro negocio¡±
En esta tendencia creciente de Gobiernos y grandes museos y corporaciones empresariales de sumar fuerzas por un bien diplom¨¢tico com¨²n, el Prado, que ya se embarc¨® en empresas parecidas en Houston o Brisbane (Australia), no est¨¢ solo. Cuando Croacia ingres¨® en la Uni¨®n Europea en julio de 2013 la Pinacoteca de Brera (Mil¨¢n) prest¨® al Museo de Artes y Oficios de Zagreb una de sus joyas, Cena en Ema¨²s, de Caravaggio. Era una forma de amortiguar una relaci¨®n hist¨®rica compleja entre ambos pa¨ªses. Hace unas semanas esa misma tela pintada en 1606 por el maestro toscano (que rara vez viaja) se pudo ver en la Asia Society de Hong Kong. Con el lienzo se quer¨ªa despejar mercado para que calase un mensaje en China: la Exposici¨®n Internacional de 2015 se celebrar¨¢ en Mil¨¢n y el gigante asi¨¢tico ser¨¢ m¨¢s que bien recibido. ¡°Es un preludio de lo que ocurrir¨¢ all¨ª el a?o pr¨®ximo¡±, admite Sandrina Bandera, directora del museo de Brera. El pa¨ªs acumula experiencia en estas lides. En 2013, Italia ya hab¨ªa prestado a la ciudad asi¨¢tica otra belleza: la Venus de Sandro Botticelli. Y muchos recordar¨¢n que el Vaticano mand¨® uno de sus tesoros, El descendimiento, tambi¨¦n de Caravaggio, al Prado con motivo de la visita en 2011 del entonces papa Benedicto XVI.
La vertiente pol¨ªtica de esa diplomacia del arte que ahora acapara titulares viene de lejos. Y registr¨® un hito fundacional en el pr¨¦stamo de la Gioconda para su exposici¨®n en 1963 en la National Gallery de Washington. Durante 27 d¨ªas unas 674.000 personas hicieron cola para contemplar la tabla de Leonardo en la National Gallery. Fue la primera vez que Francia acced¨ªa a prestarla. Kennedy (quien acababa de afrontar la crisis de los misiles cubanos) mostr¨® el cuadro como una divisa de libertad. Sin embargo, para Francia era un reconocimiento t¨¢cito de la nueva potencia hegem¨®nica a sus ambiciones nucleares. O una plasmaci¨®n pr¨¢ctica temprana del ¡°poder blando¡±, como defini¨® en los noventa Joseph Nye, profesor de la Universidad de Harvard, la clase de influencia transnacional que no precisa de ej¨¦rcitos.
El plan del Louvre Abu Dabi es un desembarco en una regi¨®n pujante
Paralelo a ¨¦ste, en los ¨²ltimos tiempos aumenta imparable el uso diplom¨¢tico del arte en su vertiente econ¨®mica, que ¡°est¨¢ ligada a la situaci¨®n financiera mundial¡±, asegura el catedr¨¢tico, cr¨ªtico y ensayista Francisco Calvo Serraller. ¡°Existe una apetencia de otras ciudades y pa¨ªses por recibir las colecciones de los grandes museos y ah¨ª habita una forma de financiaci¨®n que hasta ahora no era tan visible. Pero tenemos que tener la suficiente precauci¨®n para no convertir el intercambio de nuestras colecciones en un puro negocio. Eso ser¨ªa pan para hoy y hambre para ma?ana¡±, advierte Miguel Zugaza, director del Prado. Y a?ade: ¡°Es un camino equivocado pensar que haciendo negocio con tu colecci¨®n puedes sostener al final el museo¡±.
Equivocado o no el sendero, responde a un hundimiento de los presupuestos de las grandes instituciones p¨²blicas. Cada vez lo toman m¨¢s museos. Un taxi traslada a la conservadora Carmen Gim¨¦nez al Guggenheim de Nueva York. A trav¨¦s del m¨®vil su voz suena rotunda. ¡°El inter¨¦s del museo neoyorquino [abrir¨¢ una sede en Abu Dabi en 2017 dise?ada por Frank Ghery] es econ¨®mico. Necesita dinero desesperadamente¡±. Muchos grandes colosos culturales tienen que encontrar la respuesta a ¡°c¨®mo sobrevivir hoy con unas infraestructuras muy pesadas¡±, reflexiona Gim¨¦nez. Sobre todo cuando, por ejemplo, las ayudas p¨²blicas para el arte (National Endowment for the Arts) no superan en conjunto en Estados Unidos los 50 millones de d¨®lares (36,3 millones de euros). ¡°Es tan poco a repartir que hay museos, como el MOMA, que ni lo piden¡±, dice Manuel Borja-Villel, director del Reina Sof¨ªa.
C¨®nsules y pintores
La utilidad econ¨®mica y pol¨ªtica del arte es indudable. Y veterana. "Desde hace muchos a?os", recuerda Michael Findlay, director de la m¨ªtica galer¨ªa Acquavella, "Estados Unidos mantienen un programa estatal denominado Arte en las embajadasdestinado a promocionar a sus artistas en el extranjero".
La propia Acquavella coloc¨® Mutiverse, You Are, I?Am, de James Rosenquist, en la Embajada estadounidense en Mosc¨².
Estas propuestas, impulsadas originalmente por el fil¨¢ntropo David Rockfeller, y el Departamento de Estado, "fue criticada como propaganda imperialista, pero ahora muchos pa¨ªses usan sus embajadas para mostrar obras de artistas nacionales en otros territorios".
De esta carest¨ªa nadie se salva. Sicilia, desde el a?o pasado, cobra (de media un 0,5% sobre el valor del seguro) por dejar salir sus caravaggios o antonellos da messina de la isla. Y es bien conocido que el Louvre abrir¨¢ en 2015 un Louvre Abu Dabi en la isla de Saadiyat. Proyectado por Jean Nouvel recibir¨¢ pr¨¦stamos no solo de la instituci¨®n francesa, sino tambi¨¦n del Museo de Orsay y del Pompidou. M¨¢s all¨¢ de una propuesta art¨ªstica es un desembarco econ¨®mico en toda regla en una de las regiones m¨¢s pujantes del planeta. Aunque la propia instituci¨®n, a trav¨¦s del correo electr¨®nico, niega la mayor. ¡°Desde nuestra perspectiva, el arte no es un instrumento pol¨ªtico, sino una forma de estrechar lazos entre culturas a trav¨¦s de experiencias est¨¦ticas y una mayor exposici¨®n a las civilizaciones hist¨®ricas¡±.
Pero no todo son transacciones comerciales o intereses pol¨ªticos. El arte tambi¨¦n es embajador de la mejor condici¨®n humana. En junio de 2011, la instituci¨®n holandesa Van Abbemuseum lanz¨® el proyecto Picasso en Palestina. Prest¨® a la Academia Internacional de Arte de Palestina el cuadro Buste de Femme (1943). Fue la primera vez que se ve¨ªa all¨ª un lienzo de Picasso. Khalid Hourani, director de la IAAP, pens¨® que el ¨¦xito de este proyecto ¡°crear¨ªa en Palestina un sentimiento de normalidad¡±. Al menos, por un tiempo, lo logr¨®.
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