Caperucita decapitada
La pel¨ªcula luce factura exquisita y un tono que equilibra su sentido de la comedia con una h¨¢bil dosificaci¨®n de la crueldad
Directores de la que se considera la primera pel¨ªcula de terror de producci¨®n israel¨ª de la historia ¡ªKalevet (2010)¡ª, Aharon Keshales y Navot Papushado recibieron un inesperado golpe de fortuna cuando Quentin Tarantino declar¨®, con inflamado entusiasmo, que su segundo largometraje ¡ªBig Bad Wolves¡ª era la mejor pel¨ªcula del a?o (pasado). Comedia negr¨ªsima que juega, como Kalevet, al cruce letal de trayectorias entre personajes dispares que se relacionan a trav¨¦s de la violencia ¡ªla sombra del propio Tarantino y de las farsas noir de los Coen es alargada¡ª, Big Bad Wolvesconforma su particular tri¨¢ngulo del dolor, sirvi¨¦ndose de un as¨¦ptico profesor de religi¨®n ¡ªsospechoso de cr¨ªmenes ped¨®filos¡ª, un polic¨ªa con tendencia al interrogatorio desmandado y el padre de una v¨ªctima con turbio pasado militar.
BIG BAD WOLVES
Direcci¨®n: Aharon Keshales y Navot Papushado.
Int¨¦rpretes: Lior Ashkenazi, Rotem Keinan, Tzahi Grad, Doval'e Glickman.
G¨¦nero: comedia. Israel, 2013.
Duraci¨®n: 110 minutos.
?La pel¨ªcula luce factura exquisita ¡ªel pr¨®logo, con un juego infantil rematado en desaparici¨®n, pone el list¨®n alto¡ª y un tono que equilibra su sentido de la comedia con una h¨¢bil dosificaci¨®n de la crueldad: no se enfrentar¨¢ al espectador a ninguna respuesta jud¨ªa al torture porn, sino a una comedia torva, que no ahorra cargas de profundidad de puertas adentro, con especial predilecci¨®n por buscar las cosquillas a las fuerzas vivas y lanzar malintencionados apuntes sobre la familiaridad con la tortura en todo aprendizaje en zona conflictiva. En algunos momentos, la pel¨ªcula parece fundir las herencias de la escena del martirio al polic¨ªa en Reservoir Dogs (1992) y del interrogatorio que abr¨ªa Malditos bastardos (2009), con los ascensos y descensos de la c¨¢mara entre dos niveles del decorado. Big Bad Wolves demuestra que el cine israel¨ª sabe hacer piezas posmodernas de g¨¦nero y que a Tarantino le gusta reconocerse en ese espejo.
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