Francesc, el chocolatero
Las identidades son m¨¢s fluidas y m¨¢s ricas en las fronteras El l¨ªmite entre Catalu?a y Valencia es un buen ejemplo
Entre los muchos recuentos realizados en el a?o 2000, uno de los m¨¢s curiosos fue el que llev¨® a varios peri¨®dicos europeos a preguntar a diversos intelectuales por el lugar m¨¢s emblem¨¢tico del siglo XX. Algunos propusieron Auschwitz, otros Siberia y otros Hiroshima. Alguno m¨¢s, Sarajevo, por lo que ten¨ªa ¡ªentre guerra y guerra: la primera mundial, la de los Balcanes¡ª de apertura y de cierre. El escritor triestino Claudio Magris eligi¨® la estaci¨®n espacial MIR. ?Por qu¨¦? Porque hubo un cosmonauta que subi¨® a ella como ciudadano sovi¨¦tico y baj¨® convertido en ruso. Cuando ese cosmonauta, Serguei Krikaliov, viaj¨® al espacio en mayo de 1991 todav¨ªa exist¨ªa la URSS. Cuando aterriz¨® en la estepa kazaja en marzo del a?o siguiente, hab¨ªa desaparecido. Su misi¨®n ten¨ªa que haber durado cinco meses pero dur¨® el doble. La convulsi¨®n pol¨ªtica y la crisis en la agencia Glavkosmos lo mantuvieron m¨¢s de lo previsto a 400 kil¨®metros de altura. La media hora que la nave Soyuz TM-13 tard¨® en devolverlo a la Tierra es lo m¨¢s cerca que ha estado un ser humano de viajar en el tiempo fuera de la imaginaci¨®n de H. G. Wells.
Tirando del hilo de los lugares simb¨®licos, un buen candidato para representar algo de lo sucedido en Espa?a ¡ªo en el Estado espa?ol, seg¨²n gustos¡ª en el ¨²ltimo a?o ser¨ªa un pueblo de diez mil habitantes en el l¨ªmite de Catalu?a con la Comunidad Valenciana: Alcanar. ?Por qu¨¦? Porque ha sido el escenario de varios terremotos: algunos reales y uno simb¨®lico. Los reales, m¨¢s de 500, se debieron al c¨¦lebre Castor, el almac¨¦n de gas natural situado en aguas de Vinar¨°s (Castell¨®n) pero visible desde la zona costera de Alcanar, que, por supuesto, sufri¨® los temblores ¡ªalguno de hasta 4,3 grados de magnitud¡ª provocados por las inyecciones de gas bajo el fondo marino. El mar no conoce fronteras. Que la compa?¨ªa Escal UGS (propiedad en un 67% del grupo ACS, presidido por Florentino P¨¦rez) renunciara en junio a la explotaci¨®n del almac¨¦n ha sido la noticia del verano, por m¨¢s que la plataforma, inactiva, recuerde desde el horizonte que alguien ¡ªseguramente los que miran desde la orilla¡ª tendr¨¢ que pagar a la compa?¨ªa 1.700 millones de indemnizaci¨®n.
El terremoto simb¨®lico tuvo lugar el 11 de septiembre del a?o pasado cuando, por ser el ¨²ltimo pueblo de Tarragona por la costa, la cadena por la independencia termin¨® en Alcanar. De ah¨ª la foto de Llu¨ªs Llach, Josep Llu¨ªs Carod Rovira y Pere Portabella tomados de la mano delante del cartel que anuncia el comienzo de la provincia de Castell¨®n. El tramo de la llamada V¨ªa Catalana en las Tierras del Ebro fue el que m¨¢s tard¨® en completarse e incluso el todav¨ªa muy honorable Jordi Pujol acudi¨® a El Perell¨® despu¨¦s de lamentar la debilidad del sentimiento patri¨®tico de algunos habitantes de esas tierras (ahora sabemos que ese sentir es m¨¢s fuerte en Andorra). Su hijo Oriol estuvo en L'Ampolla y mucha gente acudi¨® desde otros lugares de Catalu?a, conscientes de lo simb¨®lico del lugar y, tal vez, de aquel viejo adagio que sostiene que una cadena es tan fuerte como su eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil.
Historias l¨ªquidas
En 1705 el pueblo de Alcanar (Tarragona)apoy¨® a Felipe V frente al archiduque Carlos en la Guerra de Sucesi¨®n al trono de Espa?a. La mayor¨ªa de la Corona de Arag¨®n apoy¨® al candidato contrario. En 1714 las tropas felipistas conquistaron Barcelona.
En 1965 Trinitari Fabregat, republicano exiliado en Francia, escribi¨® la novela Jardins ignorats para llamar la atenci¨®n sobre las tierras catalanas al sur del Ebro.
El 11 de septiembre de 2013 termin¨® en Alcanar la cadena humana que reivindicaba la independencia de Catalu?a. Este ¨²ltimo tramo fue el que m¨¢s tard¨® en completarse.
?Podr¨ªa atribuirse el desencuentro entre el expresident y las comarcas del Ebro al hecho de que su partido, CiU, votara en 2001 junto al Gobierno de Aznar a favor de un Plan Hidrol¨®gico Nacional que indign¨® a los ribere?os? Zapatero lo derog¨® pero las protestas volvieron a la calle cuando en 2008, debido a la sequ¨ªa, se dise?¨® un trasvase a Barcelona percibido como un ejercicio de centralismo de la capital catalana. Y es que si las Tierras del Ebro son un territorio peculiar en Catalu?a, los pueblos del llamado Bajo Ebro (Baix Ebre) lo son a¨²n m¨¢s. No es casual que Jardins ignorats, la novela emblem¨¢tica de Alcanar, sea, desde el t¨ªtulo, un ejercicio de reivindicaci¨®n. Publicada en catal¨¢n en 1965 por el editor barcelon¨¦s Rafael Dalmau, la novela de Trinitari Fabregat ¡ªun republicano exiliado en Francia que hoy da nombre a la maravillosa biblioteca del pueblo¡ª es una ficci¨®n cuya ingenuidad se compensa con el certero retrato de un espacio que no deja de sorprender al protagonista: un periodista barcelon¨¦s que descubre por azar que Catalu?a no termina en L'Ampolla, curiosamente, el lugar en el que pasa las vacaciones. ¡°Eran numerosos, en efecto¡±, se lamenta Fabregat por boca de su narrador, ¡°los catalanes que fijaban en el curso del Ebro los l¨ªmites de Catalu?a. La expresi¨®n ¡®de los Pirineos al Ebro¡¯ para designar Catalu?a o para concretar la unanimidad catalana era habitual, sin darse cuenta de que m¨¢s all¨¢ del Ebro hab¨ªa pueblos y tierras catalanas muy leg¨ªtimas que pod¨ªan sentirse heridas. Era una figura c¨®moda que la pereza de esp¨ªritu aceptaba f¨¢cilmente, pero inexacta, injusta y perniciosa. Los l¨ªmites legales de Catalu?a ya se han reducido bastante a lo largo de la historia y ser¨ªa lamentable que se redujeran todav¨ªa m¨¢s por la incuria intelectual de los propios catalanes¡±.
Los partidarios de arrimar anacr¨®nicamente el ascua de la Historia a la sardina de sus intereses actuales ¡ªhay museos enteros dedicados a eso¡ª podr¨ªan explicar el hecho diferencial canareu en un factor: en 1705 la villa, ¡°fidel¨ªsima¡± desde entonces, apoy¨®, como otros en Catalu?a, la causa de Felipe V frente a la del archiduque Carlos dentro de una guerra de Sucesi¨®n que algunos prefieren catalogar de Secesi¨®n y otros de guerra civil promovida por las potencias internacionales del momento. Reduciendo la Historia al absurdo cabr¨ªa decir que lo que Alcanar celebra cada 11 de septiembre podr¨ªa ser no una derrota ¡ªla toma de Barcelona por las tropas borb¨®nicas¡ª sino una victoria: la que le concedi¨® privilegios frente a sus vecinos y rivales ¡ªUlldecona, Amposta, Vinar¨°s¡ª partidarios de la dinast¨ªa austr¨ªaca. A veces, sin embargo, la geograf¨ªa tiene razones que ni la historia ni la pol¨ªtica entienden. De ah¨ª que en las fronteras las identidades se tornen menos monol¨ªticas, las lenguas m¨¢s impuras y las costumbres m¨¢s mestizas. Es decir, m¨¢s ricas. Los pa¨ªses solo cambian de color en los mapas. Pie a tierra, todo es m¨¢s promiscuo, menos tr¨¢gico, menos categ¨®rico, de una riqueza y una naturalidad que no cabe en una arenga de mitin ni en un minuto de telediario.
Alcanar ha sido el escenario de terremotos reales y uno simb¨®lico
Un extraterrestre ¡ªo uno de C¨¢ceres¡ª que llegara a Alcanar y se informara un poco dir¨ªa que las categor¨ªas all¨ª son el Ebro y el catal¨¢n (aunque la gente, para entenderse, habla lo que haga falta; adem¨¢s, casi un tercio del pueblo es inmigrante de un par de continentes). Podr¨ªa a?adirse el precio de las naranjas ¡ªcontrolado por un pu?ado de multinacionales¡ª y, acaso, los correbous, esos espect¨¢culos taurinos de humanidad dudosa ¡ªel animal no muere, eso s¨ª¡ª que la ley que prohibi¨® en Catalu?a las corridas de toros no se atrevi¨® a tocar porque nadie que quiera ganar las elecciones se atrever¨ªa a tanto. El despotismo ilustrado no cruz¨® el r¨ªo. Otra de las impresiones que podr¨ªa llevarse el extraterrestre cacere?o es que desde el Ebro parece f¨¢cil ser independiente de Madrid ¡ªalgunos madrile?os tambi¨¦n sue?an con serlo¡ª, no tanto separarse de Benicarl¨® (Castell¨®n) sin perder algo propio. Vendr¨ªa bien tenerlo presente si se diera el caso. Mientras llega el futuro, la banda de m¨²sica de Alcanar ¡ªotra se?a de identidad, la m¨²sica¡ª volver¨¢ en unos d¨ªas, el 11 de septiembre, a rendir homenaje a Rafael Casanovas, defensor de Barcelona al que combatieron hace tres siglos sus antepasados. En su recuerdo tocar¨¢n, con todos los honores, Els Segadors. Durante el pasacalles, pasodobles. Aunque puede que no suene en ocasi¨®n tan solemne, algunos miembros de la banda tienen debilidad por un cl¨¢sico: Paquito, el chocolatero.
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